Cuando tenemos la capacidad de decidir debido a que no
estamos supeditados al poder o a la idea de querer ocupar un
cargo, nos sentimos libres y con la valentía suficiente para
tomar una posición o dar una opinión, aunque ésta sea
contraria a una amplia y fingida mayoría. Es en este caso
cuando tus principios adquieren poder y la coherencia fluye
con toda lógica y sentido común. Además, si encima estas
decisiones se toman dentro de una gran familia, donde todas
las personas que la integramos nos unen lazos de fraternidad
y amor por las siglas, la gratificación es mayor y el
resultado se vuelve muy positivo.
Pongamos que hablamos de la
persona que más quiero en esta vida, mi hija. Ella lo es
todo para mí y no la cambiaría por nada en el mundo, quiero
lo mejor para ella. Esto no significa que le diga las cosas
que no hace bien, o la castigue por alguna circuns-tancia.
¿Esto es contraproducente? Todo lo contrario, eso es
educarla y hacerla consciente de sí misma, de sus aciertos y
errores, eso es ayudarla a madurar. Pues bien, esta
similitud sirve para un partido político como el mío. El
sábado yo fui una de las seis personas, tal como vino
reflejado en un medio de esta ciudad, que se abstu-vieron en
las votaciones para la ratificación de las listas para el
Congreso y el Senado, y eso no significa que no ame a mi
partido, que quiera con todas mis fuerzas que gane y que
haré todo lo posible e imposible para que, aportando mi
granito de arena, así sea.
Mis motivos para esa abstención
están más que justificados en los órganos internos
correspondientes, y sólo respondía
a un gesto mío de cordura y responsabilidad. ¿Por qué?
Porque toda acción conlleva una meditación, y aquí cada
persona tiene su papel en la regeneración y en el camino que
nos llevará directo a quitarle el Gobierno al Partido
Popular.
Quienes estamos, día a día, dentro
de un partido sabemos las líneas rojas y, sobre todo, somos
conocedores de sus debilidades y potencialidades. Quizás
esto hace que el PSOE sea más humano, más pasional, menos
medido y más natural, quizás esto hace que seamos el partido
que más se parece a la sociedad porque existe pluralidad,
diversidad y disparidad, y sobre todo libertad para exponer
las distintas ideas. Eso sí, una vez expuestas luego toca
sumar, pero eso no significa que para sumar haya que restar
cosas que hacen intoxicar un ideario. Entiendo que es
difícil de comprender, pero sólo quienes compaginan cabeza y
corazón están suficientemente preparados para pensar,
mientras se dejan llevar sin ningún tipo de dogmatismo.
Dicen que es como escribir un
libro, siempre con la misma portada, el puño y la rosa, pero
con capítulos diferentes y llenos de historias de miles de
personas, vivencias e ideas.
Me gustaría que dejaran de ver
esto como algo negativo, es importante avanzar. No existe un
PSOE roto, lo que existe es un PSOE tolerante, abierto y
flexible. Esto es lo que tiene que ver la gente porque esto
es lo que hace grande a nuestras siglas, la libertad.
No tenemos nada que esconder, no
andamos con tapujos ni secretos ocultos, no so-mos el corsé
del PP porque, como decía Pablo Iglesias, “sin libertades
políticas no puede haber acción política, y sin esta acción
no hay posibilidades de que triunfe el socialismo”.
Y va a triunfar. El 20 de
diciembre ganará el PSOE porque tenemos la esencia del
cambio, pero un cambio que empezó con las ideas de la
Conferencia Política de 2013, donde Ceuta tuvo un papel
primordial, y continuó con hechos en los distintos
territorios donde gobernamos.
Hemos apostado por el empleo digno
y de calidad del modelo productivo, hemos defendido la
Sanidad universal y de calidad, hemos ayudados a las
familias, se ha reforzado el derecho a la educación con más
becas y ayudas, hemos disminuidos las tasas universitarias,
se ha luchado contra la pobreza y los desahucios, hemos
visualizado el apoyo público a la inmigración y a la
cooperación, hemos seguido peleando por la igualdad e
implantado la auténtica participación y la transparencia
mediante la apuesta del Buen Gobierno y la lucha contra la
corrupción. No nos hemos cansado de erradicar la violencia
de género y de rechazar la Ley Mordaza que nos priva de los
derechos fundamentales. Es decir, estamos demostrando que
hay otra forma de hacer política con y para las personas, y
os lo vamos a transmitir. Pero no vamos a transportar
exclusivamente propuestas junto a nuestras candidatas y
nuestro candidato,, también llevaremos ilusión, la ilusión
de saber que otro mundo, en igualdad de condiciones, es
posible.
El Cambio que une.
|