Tras mi regreso a Algeciras,
después de 25 años residiendo lejos de mi querida comarca
del Campo de Gibraltar, necesitaba empaparme nuevamente de
la idiosincrasia y peculiaridades de este especial pueblo.
Porque en ese periodo de tiempo, el cambio fue enorme en
España, al haberse pasado de una dictadura a una ansiada
democracia. Por ello, en las dos últimas décadas, mis
actividades periodísticas me facilitaron conocer, sin que me
lo contaran otros, todo lo que se cocía en esos mundos, que
son los míos (cultural y artístico…). Hasta el punto que,
después de introducirme en las interioridades y hacerles una
exhaustiva radiografía a personajes con entrevistas
publicadas semanalmente, tribunas de opinión, reportajes… el
‘algodón’ nunca me fallaba. Porque el proceder de muchos de
ellos, y de otros comediantes de altos, medios y de bajos
vuelos, de la política de las diferentes siglas y de la
sociedad en general, dejaban mucho que desear.
Provocándome un hartazgo y empacho
de tal magnitud que, me fue imposible seguir desarrollando
dicho estudio. Importándome poquísimo lo que me decían en
las entrevistas… Al interesarme solamente una o dos
preguntas claves que les hacía. Porque estaba hasta el gorro
de tantos trepas, saltimbanquis, palanganeros, falsos e
hipócritas, etc. Que sólo les interesaba trepar y engordar
sus egos saliendo en la foto con el político de turno...
Pero, sin embargo, las personas con empaque, cultura, don y
personalidad, que tuve el honor de tratar y conocer a través
de mis facetas periodísticas... jamás me defraudaron. Porque
cuanto más importante son por sus principios, conocimientos,
estatus y rol. Más significantes siguen siéndolo por su
tacto y saber estar en todo momento y lugar, dándole a cada
cual el sitio adecuado…
Por el contrario, los tipos
gaseosos de media rosca, a los que me refiero,
pertenecientes al inmundo ‘rebaño’ ovejuno y perruno,...
Nada positivo me aportaron y me aportan cultural, político,
social, artístico, cívico, moral…, sino todo lo contrario.
Por lo que, al haber cumplido mis objetivos calándolos, lo
mismo que se hacen con los melones. Dejó de interesarme lo
más mínimo el sentir y pensar de ese poblacho, que nada
contribuye al bienestar general de la comunidad, al ser todo
barbecho por seguir las lindes que le marca el poder
político de turno… Habiendo dejado de realizar esa labor
periodística, porque el disco duro de mi mente no admitía
que me relacionara con esa oscuridad. Y por negarles, les he
negado a la mayoría de ellos el saludo, sobre todo, a los
que fueron y quieren seguir siendo, cueste lo que les
cueste, “el niño en el bautizo, el novio en la boda y el
muerto en el entierro”.
Recuerdo que, en ciertas
publicaciones de antaño, se ponía una coletilla que decía:
“cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”.
Pero lo que cuento en esta tribuna de opinión, es tan real
como la vida y el discurrir de esos fulanos. Hasta el punto
que, mí admirado amigo el gran poeta, Domingo F. Failde (q.e.p.d.).
Al ser conocedor de haberle cogido, servidor, el pulso a
esos donnadie de los podridos consorcios analizados. Me
animó a que publicara un libro, con una selección de las
entrevistas realizadas, que detallaban claramente el sentir
de lo que estoy expresando.
Consecuentemente, ejemplos de
titiriteros y saltimbanquis muchísimos tengo grabados en
cintas magnetofónicas... Hasta el punto que, durante esa
gran enseñanza aprendida, no me fiaba ni de mi sombra,
porque cualquiera de esos lobos disfrazados de corderitos,
te la jugaba, a pesar de lo noble que presentaban. Como es
el caso del represor ‘poeta chusquero’, que me azuzaba para
que arremetiera en mis tribunas contra un determinado
político. No haciéndole el menor caso, contestándole que lo
hiciera él si tenía motivos y agallas. Porque me percaté de
sus malignas intenciones, desde que me percatara, años
atrás, que ya seguía mis pasos en la Sociedad Cultural La
Perseverancia sita en la calle Munición… Siendo, dicho
‘poeta’, más falso que Judas. Encontrándomelo, aún, de
esquina en esquinas circundándome…
En fin, otro ejemplo de
falsos y traidores, es el del fulano que tuvo la
desvergüenza de pararme un día en la calle Convento de
Algeciras, diciéndome “¡Fuiste muy duro en tu tribuna contra
las recientes subidas de impuestos!”. Contestándole –Tú me
vas a decir eso, que eres uno de los organizadores de las
masivas manifestaciones contra esas subidas--. Cambiándome
el tercio diciéndome “es que el político… me ha dado 80.000
pesetas, para financiar mi primer libro”. Allá tú, le
replique, porque ese es tu precio por venderte al poder.
Libro que fue publicado gracias al proceder de ese indigno
personaje, al qué ignoro por su total desprecio a la ética,
honradez y dignidad humana…
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