Amnistía recuerda que según datos de EUROSTAT, la oficina de
estadísticas de la UE, España ha recibido 16.000 solicitudes
de asilo entre enero de 2013 y junio de 2015 y que de ellas
quedan pendientes de resolución 12.000.
“Hasta ahora, la respuesta del gobierno español a las
solicitudes del Alto Comisionado de Naciones Unidas para
reasentar personas refugiadas ha sido realmente
decepcionante: entre los años 2013 y 2015 sólo se han
ofrecido 260 plazas”, destaca.
Por ello, considera que “la respuesta (de España) a las
personas que huyen de la guerra y el horror deja mucho que
desear”. En concreto cita la situación en Ceuta y Melilla,
con el “hacinamiento” en los Centros de Estancia Temporal de
Inmigrantes (CETI), la falta de atención médica y
psicológica o la ausencia de mecanismos para la
identificación de las víctimas de trata. En particular,
Amnistía denuncia las “expulsiones sumarias” en Ceuta y
Melilla de personas migrantes y refugiadas.
AI también hace una mención especial a la cuestión de la
limitación de la libertad de movimiento de los inmigrantes y
solicitantes de asilo y recuerda que hay varias sentencias
que recuerdan al Estado que no se puede impedir a los
solicitantes de asilo admitidos a trámite circular
libremente por todo el territorio del país.
“Amnistía Internacional ha reiterado que se debería revisar
el sistema de asilo español, que garantice que está en línea
con el marco internacional de derechos humanos”, concluye.
Amnistía Internacional denunciaba ayer el “fracaso moral
catastrófico” de los dirigentes mundiales, en particular de
los países ricos, ante la crisis de refugiados, ya que
apenas una décima parte de los 1,14 millones de refugiados
está siendo reasentada en países desarrollados.
“Las crisis globales múltiples de refugiados están dejando a
millones de personas en una situación desesperada, pero la
respuesta de los países ricos ha sido un fracaso
catastrófico. La historia juzgará con dureza a los actuales
dirigentes mundiales, a menos que cambien de actitud”, ha
afirmado el secretario general de Amnistía Internacional,
Salil Shetty.
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