La Guardia Civil celebró ayer un
acto con motivo de su día grande, el próximo 12 de octubre,
en el que se conmemora también el aniversario de su
fundación en 1856. Ya ha pasado más de un siglo y medio de
aquello y la Benemérita, lejos de quedarse obsoleta, se ha
afianzado en la sociedad y cada vez es más necesaria. Toda
defensa de este Cuerpo y de sus trabajadores es poca, y
buena muestra de ello se dio ayer. Ahora la ley les respalda
en sus acciones en el ámbito de la inmigración y ya era
hora. No podía ser que unos trabajadores, que sólo cumplen
con su deber y las órdenes que reciben, acaben siendo
señalados por ese mismo cometido. Por ello, ayer fue una
buena ocasión para defender la labor de los guardias
civiles, sobre todo de aquellos que se han visto envueltos
en el proceso judicial abierto por aquel 6 de febrero que
quedó marcado en la historia ceutí por las vidas que se
perdieron en la costa durante el aborto de una avalancha de
inmigrantes. Un incidente lamentable, pero que de ningún
modo puede poner en cuestión el trabajo de la Guardia Civil.
La Benemérita es un Cuerpo necesario y sin el que la
sociedad, sobre todo la ceutí, se vería desamparada. A
quienes integran la Guardia Civil se les debe mucho, ya que
su labor, en gran medida, es humanitaria. Son garantes de
mantener la seguridad tanto en tierra firme como en el mar y
no son pocas las vidas que han salvado en las aguas. Unas
vidas que las mafias de la inmigración ponen en juego por
dinero y que los guardias civiles salvan por vocación. Por
ello, es necesario agradecerles su labor y mostrar un
respaldo firme a este Cuerpo. Desde las instituciones se ha
hecho, pero nunca es suficiente y con motivo del 12 de
octubre siempre es buen momento para afianzar este apoyo a
la Guardia Civil.
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