El Rey Felipe VI, ha hecho gala de prudencia, con discursos
muy medidos que no pudieran soliviantar a ningún sector
social y a una ciudadanía inmersa en campañas electorales.
Su defensa estricta de los valores y derechos
constitucionales, pero con continuas alusiones a los tiempos
y necesidades nuevas de la sociedad, han propiciado que la
Monarquía del Rey Felipe VI, quede fuera del debate sobre el
cambio radical que necesitan todas las instituciones, según
planteamiento de todos los partidos. En la España actual la
Corona contribuye “a respaldar y salvaguardar el sistema
democrático en momentos de crisis”.
Ese respeto institucional puede derivarse de la forma
imparcial, sin partidismos del Rey Felipe VI como ejerce sus
funciones. No hay duda de la aprobación que suscita en su
labor de “proyectar hacia el exterior una imagen positiva de
España”. Ninguna de sus acciones ha suscitado polémica. El
monarca mantiene reuniones continuas sin publicidad con
representantes de las instituciones, de colectivos sociales
y profesionales y de los partidos políticos. Y no solo del
Gobierno. Su afán de no aparecer en situación de prevalencia
ante la ley, ha llevado al monarca a dejar patente el
distanciamiento con su hermana. El Rey Felipe VI retiró el
titulo de condesa de Palma y desmintió que la iniciativa
hubiera sido de la afectada, como ella pretendió. Y todo,
con las luces encendidas, para el conocimiento general. Hace
un año, ante las Cortes, el Rey se alineó con la España
plural y diversa, en la que hay “distintas formas de ser
español”. Su aprobación generalizada, no obstante, le puede
venir por mantener una actitud en línea con el broche a su
discurso de coronación. “No es un hombre más que otro si no
hace más que otro”.
En estos tiempos de procesos electorales constantes, la
figura del Rey Felipe VI, ha dado una imagen de estabilidad
constitucional y política a los españoles, su figura y la
adaptación de la Corona Española a los nuevos dirigentes
políticos, deja patente la solidez del Rey Felipe VI en una
sociedad en constante cambio político, donde los ciudadanos
en una gran mayoría, vemos como la Monarquía Española da la
estabilidad a un país dentro de nuestras fronteras como en
el extranjero, comprobando a través de los medios de
comunicación, como la Monarquía Española es respetada y
admirada en cualquier país que visitan, causando una gran
expectación en cualquiera de sus muchos viajes como notables
embajadores de España.
Desde su proclamación, Felipe VI ha tenido varios gestos
dirigidos a tratar de cauterizar la herida de las dos
Españas separadas por la Guerra Civil y sus consecuencias.
En su discurso de coronación citó a poetas republicanos como
Antonio Machado, Salvador Espriu, Gabriel Aresti o Alfonso
Daniel Rodríguez Castelao. Y en su reciente viaje oficial a
París realizó un oportuno homenaje a los combatientes
republicanos españoles que abandonaron su país con la
victoria del dictador Franco y participaron en la liberación
de la capital francesa.
El Rey Felipe VI ha exhortado en varias ocasiones a los
directivos de las empresas españolas, a que adopten valores
éticos en su gestión que vayan más allá del logro de los
resultados empresariales, y que tengan en cuenta “la
equidad, la solidaridad y la inclusión de todas las
personas”.
El Rey Felipe VI ha solicitados a los directivos de las
empresas españolas, que “favorezcan el necesario diálogo
intergeneracional entre directivos jóvenes y veteranos, y no
desperdiciar ningún talento, no descartar ninguna inquietud
emprendedora por juvenil que sea”. Asimismo, se ha mostrado
partidario de “buscar modelos energéticos que hagan
compatibles las demandas crecientes de energía con el normal
desarrollo de la vida en nuestro planeta”. “La lógica de esa
generación de soluciones sostenibles llevará, efectivamente,
a configurar nuevos modelos energéticos, y pondrá de relieve
la apuesta decidida por soluciones que limiten los efectos
del cambio climático”.
El Rey Felipe VI ha demostrado en numerosos actos en los que
asiste, que esta totalmente informado y sensibilizado con la
realidad de la sociedad española, con los problemas
laborales de los jóvenes y con la preocupación por el medio
ambiente.
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