“Gracias España, hola Madrid, Sevilla…”, exclamaba al cielo
con una sonrisa de oreja a oreja un joven natural de Guinea
Conakry que ayer consiguió embarcar para cruzar legalmente
el Estrecho de Gibraltar, convirtiéndose en uno del casi
centenar de inmigrantes que han logrado el permiso.
Noventa y seis subsaharianos han salido de Ceuta en tan solo
dos días para aliviar ligeramente el Centro de Estancia
Temporal de Inmigrantes (CETI), donde las numerosas llegadas
del fin de semana habían elevado a 902 el número de personas
alojadas en el recinto, pese a estar habilitado para 512
plazas.
Enmanuelle, que así dice llamarse el joven de Guinea
Conakry, entró en Ceuta hace cuatro meses oculto en el
interior del doble fondo de un vehículo y desde entonces
aguardaba en el CETI para poder seguir su periplo europeo.
En la mañana de ayer ya pudo embarcar rumbo a la península
en un buque de pasajeros de la compañía naviera Balearia que
ha partido a las once del puerto ceutí cargado de emociones,
sueños y esperanzas. Esos 55 sueños que encierra cada uno de
los 55 inmigrantes subsaharianos que ayer salieron de Ceuta
hacia el puerto de Algeciras (Cádiz) para dirigirse hacia
centros de acogida de Madrid, Almería, Sevilla, Murcia y
Guadalajara gracias a la mediación de las organizaciones no
gubernamentales Cepain y Accen.
Abrazos, llantos y fotografías…. muchas fotografías era la
estampa que inundaba la estación marítima del puerto ceutí.
“Es una gran felicidad”, comentaba la joven Luccie, una de
las subsaharianas de Camerún que este jueves cumplió un
nuevo sueño de salir de Ceuta.
Los teléfonos móviles echaban humo. Todos querían
inmortalizar el momento de partir de Ceuta e incluso algunos
buscaban la originalidad señalando un cartel situado encima
del embarque ceutí donde se aprecian los símbolos de la
Unión Europea.
“Allá vamos”, exclamaba un joven de 19 años que estaba en la
lista de los subsaharianos que han podido abandonar el CETI,
uniéndose a los 41 compatriotas que el pasado miércoles
también lograron los permisos legales para hacer esta
travesía. “Hay muchos en el CETI, pero todo está bien”,
explicaba otro subsahariano, procedente de Burkina Faso para
ofrecer su testimonio particular de la situación en el
recinto ceutí.
Tongo, Gambia y Liberia eran otras nacionalidades de los
inmigrantes que se han reunido en el puerto ceutí, junto a
trabajadores del CETI, para despedirse de amigos que se
quedaban en la ciudad a la espera de obtener el
“laissez-passer”, el salvoconducto que les lleva a la
península.
Un cúmulo de sentimientos se vivieron en el puerto ceutí en
una jornada alegre para estos subsaharianos que sólo quieren
seguir buscando un futuro mejor, ya sea en Madrid, Sevilla o
donde les lleve el destino.
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