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OPINIÓN - JUEVES, 8 DE OCTUBRE DE 2015

 

OPINIÓN / SNIPER

Marruecos, el Sáhara y la “bomba” de Estocolmo
 


José Luis Navazo
yebala07@yahoo.es

 

Cada país tiene sus líneas rojas y en nuestro vecino país del sur, la imagen del Rey primero y después el Sáhara, las Provincias del Sur para Rabat, son virtualmente figuras sacralizadas si bien, formalmente, ya se sabe que en teoría Dios (Allah) ocupa la cúspide de la pirámide.

El desencuentro: el reciente anuncio por parte de Suecia de reconocer a la RASD (República Árabe Saharaui Democrática) y por ende al Frente Polisario, como estado legal y legítimo, posición con la que ya había amagado en 2012, ha abierto la caja de los truenos.

La respuesta marroquí ha sido dura y continuada, en varios actos:

- 28 de septiembre: reunión de crisis en Rabat presidida por el jefe de Gobierno Abdelilah Benkirán (PJD), con los representantes de 9 formaciones políticas de todo el espectro ideológico.

- 29 de septiembre: encuentro en Nueva York, durante los trabajos de la 70 Asamblea General de las Naciones Unidas, entre los responsables de Exteriores de ambos países: Salaheddine Mezouar (RNI) y Margot Wallström.

- 5 octubre: desembarco en Estocolmo de una delegación política marroquí, que al calor de la “diplomacia paralela” intenta estos días tender puentes.

La peculiar delegación está integrada por formaciones de izquierda (PSU, USFP y PPS, éste último en el gobierno) lideradas por la atractiva y carismática Nabila Mounib, profesora universitaria de ciencias biológicas en la universidad de Casablanca y secretaria general del pequeño pero aguerrido Partido Socialista Unificado (PSU). ¿La explicación...? Obvia, pues Rabat nunca da (y hace bien) puntada sin hilo: en Suecia, sin duda uno de los países más avanzados del mundo, gobierna el Partido Socialdemócrata de Trabajadores (PSD), con el que la izquierda marroquí (formalmente de “referencia islámica” como todos los partidos políticos del país) puede tantear cierta sintonía. Además, al frente de los dos países hay sendos reyes: uno democrático y constitucional, Carlos Gustavo y otro, Mohamed VI, soberano por derecho divino.

Por su lado la diplomacia sueca (sostenida también por Noruega) ha ido moviendo fichas. Así y en un recientecomunicado remitido a los medios marroquíes por la embajada de Suecia en Rabat, el país nórdico matiza su posición sobre el Sáhara adhiriéndose a las resoluciones adoptadas por las Naciones Unidas (ONU), “una solución política justa y durable aceptada por las dos partes”, explicando que el gobierno estudiaba un “análisis interno” (sic) sobre el Sáhara Occidental “a la luz del interés por esta cuestión en el seno de la sociedad sueca”, precisando que al día de hoy “Suecia no ha reconocido al Sáhara Occidental como un estado”.

De entrada, los primeros en pagar los platos rotos de la temperamental respuesta marroquí al uso han sido los intereses y las inversiones suecas en Marruecos, convertidas en virtuales “escudos económicos” del affaire, todo un aviso para la famosa estrategia del presunto “colchón de intereses” en las siempre complejas relaciones bilaterales con Marruecos, preconizada por el presidente Felipe González en su momento y que no evitó por ejemplo el conflicto de baja intensidad hispano-marroquí que desembocó en la crisis del islote de Perejil (Laila o Taula para los marroquíes) en julio de 2002. Un aviso en toda regla a tener en cuenta. Claro que los suecos no tienen “perejiles”, pero si todo un entramado de inversiones en Marruecos confiando en consabidas seguridades jurídicas que ahora han quedado en entredicho. Así y de entrada, Marruecos anunciaba el 28 de septiembre la suspensión de la apertura de Ikea en Casablanca, justo después de la reunión organizada por Benkirán tras la cual el ministro y secretario general del PPS, Nabila Benabdelah, no descartaba que “los intereses suecos en el país” (sic, al menos 20 importantes empresas) pudieran verse afectados si Suecia acaba reconociendo al Frente Polisario.... No obstante el boicot marroquí (incluyendo manifestaciones organizadas desde arriba) a las inversiones suecas se había relanzado el 1 de septiembre, si bien desde el otro lado ya desde 2013 numerosas empresas suecas habían rechazado importar productos marroquíes, mientras que la multinacional Volvo era expulsada judicialmente el pasado 23 de septiembre de su sede social en Casablanca.

Si duda Marruecos es un país soberano y dignísimo... pero Suecia también. Y España, por cierto, jurídica y oficialmente (derecho internacional en mano) sigue ostentado la responsabilidad administrativa del Sáhara Occidental, las Provincias del Sur anexionadas unilateralmente (y administradas sin duda de hecho) por Rabat. Es lo que hay.

Haya salud. Visto.
 

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