Esta tarde, a partir de las 20 horas en la Biblioteca
Pública del Estado ‘Adolfo Suárez’, tendrá lugar la
presentación del libro ‘Luz para el olvido. De Melilla a
Paracuellos (1922-1936)’. María Luisa Alonso Montalbán
recorre el itinerario vital de su padre, el capitán médico
Luis María Alonso. La obra, de 500 páginas, se lee con
facilidad y se sigue con gran interés la vida de este
médico. Desgraciadamente perdió la vida en Paracuellos en
1936, con 40 años recién cumplidos. Al médico le quedaron
pendientes sus estudios sobre la relación entre la
enfermedad y la delincuencia. María Luisa Alonso ha
realizado un interesante ejercicio de investigación,
recopilando documentos, algunos procedentes del Museo de la
Legión de Ceuta.
Pregunta.- ¿Por qué elige este título: ‘Luz para el
olvido’?.
Respuesta.- Mi intención fue rescatar del olvido la figura
de mi padre. En el transcurso de la elaboración del libro
fui descubriendo otras figuras importantes que también
merecían ser rescatadas del olvido.
P.- ¿Le llevó mucho tiempo elaborar el libro?.
R.- Teniendo en cuenta que no he podido trabajar a tiempo
completo le he dedicado una media de entre tres y cuatro
horas diarias y me ha llevado realizar el libro tres años.
P.- ¿Cuándo lo editó?.
R.- En enero de 2015.
P.- ¿Se trata de un libro de ficción o de no ficción?
R.- Es un libro totalmente histórico. Lo he elaborado a
través de documentos.
P.- ¿En qué ha consistido el trabajo de investigación?.
R.- El trabajo de investigación ha sido en primer lugar
consultar las pocas cartas que tenía de mi padre y sobre
todo la hoja de servicios. Luego ya los documentos que he
pedido al Museo de la Legión de Ceuta y al Museo de la
Legión de Melilla. De allí me han llegado documentos
importantísimos que me han descubierto una faceta de mi
padre totalmente desconocida para mí. Luego por Internet he
podido tener acceso a los escritos que él había hecho,
también desconocidos para mí. También he consultado una
tesis doctoral escrita por un psiquiatra militar: ‘La
historia de la psiquiatría militar española’ que figura mi
padre, porque ha sido uno de los pioneros de la psiquiatría
científica. Empezó en Melilla después del Desastre de Annual,
donde llegó forzoso.
P.- ¿Cuál es el punto de partida del libro? ¿Cómo
arranca?
R.- Arranca en su mundo familiar y social y luego para
entrar en materia hago una breve historia de cómo se gestó
el Desastre de Annual, que fue el que dio un giro a su vida,
y a él, como muchísimos españoles de entonces, este
acontecimiento le supuso un giro en su vida. Lo que hago es
explicar cómo se gestó. Eso es una primera parte importante.
Cuando llega a Melilla en 1922 ya relato todo lo que hace en
esa época hasta 1932, que es cuando se va a la Península a
especializarse en psiquiatría. Intervino también en la
campaña de 1926, que fue dura y es muy desconocida, como
médico.
P.- ¿Qué aspecto destacaría de la vida de su padre?.
R.- Destacaría su preocupación por la relación entre la
enfermedad y la delincuencia. Esa fue su gran preocupación,
a la que dedicó todo su esfuerzo profesional como
psiquiatra. No pudo ver realizado porque murió en 1936 en
Paracuellos. También destacaría que, como hombre de su
tiempo, se implicó en todas las corrientes que había en ese
momento de la psiquiatría científica. Escribió artículos muy
interesantes, por ejemplo sobre el médico y el juez ante el
código para que los jueces sepan psicología y tengan
elementos básicos para poder juzgar a las personas. Además
de eso el valor que tuvo en los combates porque pidió ir
voluntario al tercio para estudiar la conducta del hombre en
combate. Ante todo era un médico.
P.- ¿Cómo fue su formación para ser pionero en
psiquiatría experimental?.
R.- Hubo cinco fundadores y él fue discípulo de ellos. En
Melilla le nombraron jefe de la clínica de presos y dementes
con una formación que era la que se proporcionaba en la
Academia de Sanidad Militar, entonces en España no había
cátedras de psiquiatría. Él iba con una formación muy
básica, como un autodidacta. En 1932 fue a hacer el curso de
especialización en psiquiatría.
P.- ¿Cómo fue su experiencia en el Hospital Docker de
Melilla?.
R.- Debería de ser muy enriquecedora porque allí es cuando
empieza a escribir sus artículos. Esas cartas no se han
conservado, pero los artículos sí.
P.- ¿Cómo le pilló a su padre el estallido de la Guerra
Civil?.
R.- En el corazón de la tragedia, en el cuartel de Pontejos
de Madrid donde estaban los guardias de asalto. De ahí parte
la primera tragedia que es la salida de la camioneta 17 y
ahí empieza todo.
P.- ¿Cómo fue su muerte?.
R.- Le detuvieron en casa el 29 de septiembre. Escribió
cartas esperanzadoras diciendo que iba a salir. Estando en
la cárcel le llegó la noticia del nacimiento de su segundo
hijo y ya no le pudo conocer. Acababa de cumplir 40 años. En
Paracuellos todos los que murieron eran jóvenes, los
seleccionaron a los menores de 40 años. No pudo realizar su
sueño.
P.- ¿Qué le faltó a su padre por desarrollar?.
R.- El estudio y la práctica de la relación entre la
enfermedad y la delincuencia. Esa era su preocupación, eso
lo plasma él en todos los escritos que he podido rescatar
que estaban en la revista de sanidad médica.
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