El 5 de octubre de 1994 la UNESCO proclamó este día como el
Día Mundial del Docente, celebración con la que se rinde
homenaje a los millones de docentes de todo el mundo; unos
trabajando en peores circunstancias que otros, claro, porque
no debemos olvidar las condiciones laborales en las que
desempeñan su labor docentes de países como India, Mali,
Somalia, Yemen, Libia, Tanzania y Angola, por nombrar solo
algunos países asiáticos y africanos.
En occidente hemos alcanzado condiciones laborales dignas y
acordes a Estados de Bienestar, aunque seguimos
reivindicando mayor reconocimiento social y una educación
para una sociedad sostenible. Por ello, este año el lema,
según la Declaración de INCHEON, WEF 2015, es ‘Empoderar al
profesorado para construir sociedades sostenibles’, con el
siguiente compromiso de velar por que los docentes y los
educadores, estén empoderados, sean debidamente contratados,
reciban una buena formación, estén cualificados
profesionalmente, motivados y apoyados dentro de sistemas
que dispongan de recursos suficientes, que sean eficientes y
que estén dirigidos de manera eficaz.
A parte de Declaraciones programáticas llenas de buenas
intenciones, la realidad sigue siendo que en muchos lugares
de España, sin irnos muy lejos, aquí mismo, en nuestra
ciudad, algunos docentes trabajan en condiciones
especialmente difíciles, no solo en los centros de difícil
desempeño, sino en otros, en los que las aulas son
minúsculas para albergar a 30 alumnos/as porque en principio
se destinaron a almacenes; no se cubren las sustituciones
hasta pasados 10 días laborales, lo cual es un disparate en
aulas de infantil y en el Centro de Educación Especial San
Antonio, en las que tienen que entrar 5 maestros de
distintas especialidades al día durante 10 días, con la
consiguiente confusión que generan los distintos estilos
docentes y el desconocimiento del alumnado del aula. Han
ahorrado sí, a costa de los/as niños/as que no tienen culpa
de que algunos directivos de Bankia hayan, presuntamente,
gastado dinero a mansalva y el Estado español se haya tenido
que encargar del rescate de dicha entidad.
En este día quiero hacer llegar mi reconocimiento y mis
felicitaciones a esos millones de maestros que cada día
enseñan a los/as niños/as y a los adultos a hablar, a
relacionarse satisfactoriamente, a colocarse el chaquetón, a
abrochar un botón, a colocar, recoger, guardar cada cosa en
su lugar, leer, escribir, sumar, restar, multiplicar,
dividir, pensar, ser, aprender, a prepararles para la vida
activa, a orientarles en su futuro académico y profesional,
que quitan mocos y mocos, que atan cordones, que peinan, que
retiran vómitos, que les curan cuando se caen, que los
consuelan cuando lloran, que les escuchan cuando quieren
hablar, que resuelven sus conflictos, que les ayudan a
querer, compartir, a luchar por sus sueños… A dotarles, en
resumen, de estrategias básicas de supervivencia en la
sociedad que les ha tocado vivir.
* Secretaria de Educación y Cultura del PSOE de Ceuta
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