Los expertos del Ministerio de Defensa se unen a las
advertencias de los servicios de Inteligencia del Estado: en
España se está produciendo un proceso de “radicalización
exprés” de futuros yihadistas, quienes, en cuestión de
semanas y a través de internet y las redes sociales, se
convierten en potenciales terroristas dispuestos a atentar
en territorio nacional o desplazarse a Siria o Irak para
integrarse en el Estado Islámico.
El aviso figura en un informe, fechado esta misma semana,
del Instituto Español de Estudios Estratégico (IEEE), la
escuela de analistas de Defensa.
El estudio, denominado ‘El auge del yihadismo en Occidente,
un producto de la modernidad’, pone el acento en que las
nuevas técnicas del Daesh para captar adeptos de manera
rápida también están funcionando en España. El estudio
considera especialmente preocupantes las revelaciones que
llevó emparejada la operación del pasado 8 de abril, cuando
los Mossos d’Esquadra detuvieron en diferentes puntos de
Cataluña a once activistas relacionados con el Daesh.
“Cinco de ellos eran españoles conversos, sin antecedentes
árabes o musulmanes de ningún tipo”. Aunque los analistas de
Defensa apuntan a que la célula básicamente se “dedicaba a
la captación de combatientes para el grupo y a la
radicalización de jóvenes mediante charlas”, también había
planeado “una inminente actuación terrorista, consistente en
secuestrar y decapitar a un individuo al azar, vistiendo a
la víctima de naranja, con el objetivo de difundir su
ejecución en la red”. Una operación -avisa el IEEE- de
extrema gravedad, ideada por unos neófitos y de clara
inspiración venida de internet. “Se trataba de imitar un
procedimiento que ya nos es tristemente conocido, pues el
grupo terrorista se ha encargado de que todos en Occidente
hayamos visto, al menos, una decena de estas situaciones”,
apunta el informe.
Los expertos del Ministerio de Defensa tienen claro que
también en España ha cuajado la doble técnica del Estado
Islámico para reclutar acólitos de esta “yihad 2.0”, una
mezcla de una realidad “utópica” de la vida en el ‘Califato’
de Abu Bakr al-Baghdadi y otra de “violencia atroz” que
transmiten sus canales de comunicación que replican los
medios de occidente.
Entre 18 y 35
“La mayoría de los reclutados son jóvenes, de entre 18 y 35
años, aunque no hay un perfil social concreto. A veces son
de familia musulmana pero otras no, a veces son de ciudades
o de zonas rurales, de entornos desfavorecidos o de clase
media, hombres jóvenes, pero también mujeres y familias
enteras”, señala el instituto de análisis.
Preocupante para Defensa es que entre todos los yihadistas
de “radicalización exprés” que ya se encuentran en el Estado
Islámico destaque como “figura paradigmática” un siniestro
personaje con lazos con España, el terrorista Mohamed
Hamduch, ‘Kokito de Castillejos’. “Se ha convertido en
símbolo y prueba fehaciente de la radicalización y su
peligro”, apunta sin ambages el documento del IEEE.
“Regentaba un pequeño comercio en un zoco, y ejercía algunas
veces de mecánico en Castillejos, ciudad marroquí vecina de
Ceuta, pasando allí una vida anodina, anónima y sin
expectativas de ningún tipo. Tras la llamada del radicalismo
pasó de ser un perfecto don nadie a un héroe del yihadismo,
que lucha por los valores del islam y se permite amenazar
directamente a países enteros”, recuerda Defensa, que
insiste en que ‘Kokito’, en apenas unos meses, pasó de ser
poco más que un paria a uno de iconos del Estado Islámico
por su brutalidad, que se afana en mostrar en las redes
sociales posando con las cabezas cortadas de sus víctimas.
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