Dejad que ellos hagan las leyes, que yo haré los
Reglamentos”, frase que se le atribuye a D. Álvaro de
Figueroa y Torres, Conde de Romanones, y que nos viene como
anillo al dedo en el día de hoy, pues la pasada semana
terminaba el plazo para presentar alegaciones al borrador
del Reglamento de Gobierno y los Servicios de la
Administración de Ceuta, una propuesta que a pesar de ser
publicada el día 31 de julio, tuvo que volver a repetirse su
publicación al ser “constatada la existencia de un error”
casi un mes más tarde, lo que demuestra la capacidad de
gestión que ostenta este Desgobierno, que ni es capaz de
publicar un anuncio en el BOCCE correctamente, ni de captar
el error hasta que alguien de fuera se lo señala.
Este borrador de Reglamento pretende sustituir a los de
Presidencia y del Consejo de Gobierno existentes, un
borrador realizado con tantas prisas y con tanta prepotencia
que hasta se les olvidó comunicárselo a los Grupos Políticos
de la oposición en el Ayuntamiento, tan seguros están de que
ratificarán lo que ellos quieran. Una prepotencia que
quieren imponer con sus trece concejales para aprobar un
Reglamento que en nada intenta cubrir los objetivos para los
que se realiza: “suplir la laguna existente hasta el momento
y mejorar la eficacia en el funcionamiento de la
Administración de la Ciudad”, dicen en la exposición de su
propuesta.
Amparándose en una Disposición Adicional de la Ley de
Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local,
pretenden introducir una serie de cambios políticos que
afectan a nuestro Estatuto de Autonomía. Cuál debe ser el
respeto con el que nos trata este gobierno, que para
modificar una ley orgánica, nuestro estatuto, constitutiva
del llamado bloque constitucional, utilizan la disposición
adicional de una ley ordinaria con el único apoyo del
Partido Popular. ¿Qué hubiera pasado en cualquier otro
territorio si una reforma del Estatuto se impone desde el
Gobierno de España y por la puerta de atrás? Ese es el
respeto que para el PP y el Desgobierno del Sr. Vivas
merecen los y las ceutíes.
Ahondando en el “presunto” borrador, la interpretación
partidista que realizan de la Disposición Adicional sólo
busca crear una estructura administrativa al servicio del
Sr. Vivas; bueno, decir que se crea una estructura
administrativa es presuponer demasiado, lo que se hace es
idear un inmenso número de cargos (Vicepresidentes,
Viceconsejeros, Directores Generales, Subdirectores
Generales, etc.) sin que exista una organización detrás, lo
único que busca el Sr. Vivas con este Reglamento, es
intentar dar una “imagen” de legalidad a todos esos
nombramientos que ha ido realizando y la justicia anulando,
para eludir que la denuncia que se desliza por la
jurisdicción penal acabe llevándoselo por delante. Aduciendo
que se tiene capacidad para realizar unos nombramientos de
unas figuras que no existen en nuestras normas, ni
estatutarias, ni municipales y que sólo pretenden repartir
sus canonjías entre ese grupo de allegados que constituyen
su “empleo estructural”.
Si tienen la paciencia de leer este pestiño de Reglamento,
podrán comprobar que se habla de los cargos, no de la
organización, no se delimita el número de “consejerías”, ni
de “viceconsejeros”, ni siquiera de “vicepresidentes”,
señalando que “El Presidente podrá nombrar de ente los
Consejeros uno o más Vicepresidentes”, aparte de ser una
figura que no existe en nuestro ordenamiento, ¿cuántos
vicepresidentes necesita nombrar para calmar las ansias de
su corte de los milagros? Menos mal que la Disposición
Adicional es de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad
de la Administración Local.
Pero las prisas se demuestran en la vacuidad que tiene el
proyecto cuando llega al denominado Sector Público
Institucional, creando un sector que sobrepasa la
legislación, la jurisprudencia y sobre todo la sensatez, ni
sociedades mercantiles, ni fundaciones forman parte de la
Administración, pero eso de cumplir la ley al Desgobierno
del Sr. VIvas le da absolutamente igual, por lo que bien
haría en suprimir el título en su totalidad.
En otras ocasiones el “corte y pega” llega al extremo de la
hilaridad, al señalar que se “comunicará al Presidente de la
Asamblea” cuando el Presidente se encuentre imposibilitado
física o mentalmente para ejercer su cargo, ¿no son la misma
persona? ¿o no puede ejercer cono Presidente del Consejo de
Gobierno y si de la Asamblea? O cuando llega el Reglamento a
los últimos cuatro artículos, tres para unos supuestos
“otros principios”, unos artículos que deberían desarrollar
el régimen jurídico de la Administración de la Ciudad lo
realizan con una pobreza absoluta. Y un artículo para normar
la potestad reglamentaria del Consejo de Gobierno,
capacidad, como muchas otras competencias, que sustrae al
Pleno.
Podemos concluir que lo mejor que puede hacer este
Desgobierno del Sr. Vivas es retirar esta chapuza de
proyecto que sólo pretende justificar los nombramientos de
su corte de aduladores y que presente un borrador que
permita establecer una verdadera regulación de la
Administración de la Ciudad.
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