La diputada de MDyC, Fátima Hamed, defendió una propuesta
por la que se instaba a proceder a la formación para contar
con técnicos de mediación social para la inclusión con la
finalidad de implementar acciones tendentes a equilibrar las
desigualdades sociales y favorecer la mediación social de
colectivos vulnerables.
En este sentido, desde el MDyC se consideró que sería
altamente positivo para la sociedad ceutí, la realización
por parte de la ciudad de acciones formativas para contar
con técnicos de mediación social para la inclusión con la
finalidad de implementar acciones tendentes a equilibrar las
desigualdades sociales y favorecer la mediación social de
colectivos vulnerables.
En este sentido, Hamed consideraba que sería una formación
con apenas costes y que podría suponer a la ciudad la
profundización y apertura de un nicho laboral muy
beneficioso y de gran aportación para diferentes áreas de
Ceuta, como por ejemplo, la de realizar funciones de
acompañamiento a personas y colectivos vulnerables para
numerosas gestiones de tipo social, fomentar la comunicación
y la efectividad entre los agentes sociales que participan
en la inclusión social, etcétera.
La formación podría complementarse con prácticas en
diferentes áreas sociales de la ciudad para poder ser
incluídos en una bolsa de trabajo o en el plan de empleo de
la ciudad para que desarrollen su labor profesional en
diferentes ámbitos.
Todo ello, redundaría en beneficio de toda la ciudadanía y
especialmente de aquella que se encuentra en exclusión
social ya que esta figura podría jugar un papel fundamental
dentro de las diferentes barriadas más desfavorecidas de
nuestra ciudad y sería elemento de conexión entre éstas y la
administración. En muchos ayuntamientos de nuestro país, la
figura de mediador social para la inclusión está muy
arraigada y ha dado unos resultados bastante positivos para
la administración y su eficacia en materia de inclusión
social.
Susana Román, como responsable del área de empleo, indicó
que la Ciudad no tiene la competencia en materia educativa y
que además la Ciudad no se plantea contratar personal de
estas características porque tanto en la Consejería de
Asuntos Sociales como en la de Educación, ya se cuenta con
este tipo de técnicos, por lo que indicaba que si se estaba
proponiendo ofrecer cursos para esta formación o contratar
nuevo personal con este fin, no podría ser apoyada la
propuesta, mientras que si se pretende que a nivel interno
se pueda llevar a cabo esta formación entre los
profesionales de las diferentes áreas existentes, esta
iniciativa estaría bien vista por el Gobierno.
Además, Román avanzó la posibilidad de ampliar a través del
Centro Asesor de la Mujer (en la escuela del empoderamiento)
ampliar esa oferta formativa en el campo de la formación de
los trabajadores sociales.
Esta matización fue bien recogida por el MDyC siempre y
cuando, a corto y medio plazo, esta inciativa, tal y como se
solicitaba desde el MDyC, redundara en acciones tendentes a
equilibrar las desigualdades sociales y favorecer la
mediación social de colectivos vulnerables.
En este sentido, Aróstegui planteó la creación de una
brigada de apoyo o de atención social para ayudar a estos
ciudadanos más desfavorecidos.
Al existir un principio de acuerdo en la filosofía de la
propuesta, Vivas instó a fortalecer los esfuerzos destinados
a la mediación social y por consiguiente la iniciativa
presentada por MDyC recibió el apoyo unánime del pleno de la
asamblea.
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