El director del Museo del Mar de Ceuta, el científico e
investigador öscar Ocaña, presentó ayer los resultados del
programa de esstudio, monitoreo y conservación del
coralígeno en la región de Ceuta que arroja resultados hasta
ahora desconocidos. Estuvo acompañado por el presidente de
la asociación conservacionista Septem Nostra, José Luis
Pérez Rivera.
En síntesis es un proyecto que se ha realizado con
mediciones y observaciones en distintos puntos del litoral,
fundamentalmente a través de mediciones e inmersiones a
profundidades que rondan los 40 metros bajo el nivel del mar
y que son inéditas.
El resultado inicial es que el coralígeno -ésto es la zona
poblada por corales que tiene asociado un ecosistema marino
con multitud de especies- padece “problemas”. Éstos
problemas están derivados de varios factores que alteran a
la comunidad viva del mar.
Son varios los factores que se conjuntan, como la
contaminación, los ciclos naturales del agua, las especies
invasoras foráneas y también la acción antròpica, ésto es,
la mano del hombre.
Gorgonias
Los coralígenos del litoral ceutí están definidos
fundamentalmente por la presencia de la gorgonia roja
mediterránea, que es la que sustenta el ecosistema asociado
y que a su vez es extremadamente sensible a los factores de
influencia de riesgo. Además, la salud de estas gorgonias
suponen un buen indicador de cambios en el medio.
El estudio no sólo es a nivel local, sino que partió de una
reunión de expertos que se celebró en Córcega, a la que
asistió Óscar Ocaña, y de la que surgió el proyecto de
aglutinar datos de más de cuarenta laboratorios desplegados
en todo el Mediterráneo, desde Turquía hasta Ceuta, la
estación más meridional del Mediterráneo.
Los datos que ha arrojado este estudio en Ceuta iban a ser
presentados anteriormente -el proyecto es cíciico durante un
año- pero se esperaba, según indicó Ocaña, a poder hacerlo
en presencia del que fuera delegado del Gobierno, el
desaparecido Francisco Antonio González Pérez. Finalmente se
hizo ayer en el Museo del Mar de Ceuta.
El estudio se ha realizado en base a mediciones realizadas a
través de tres estaciones fijas en las que se instalan
cadenas de termómetros y también por la observación directa.
El mismo Óscar Ocaña, experimentado buceador, es
prácticamente el único que se ha aventurado en las
profundidades, si bien ha contado con el apoyo de
profesionales del buceo profundo, del Centro Sub. A veces
incluso utilizan un ‘torpedo’, esto es un medio de
transporte submarino que les permite moverse con mayor
rapidez a cuarenta metros de profundidad, para rentabilizar
el tiempo de inmersión. También han intervenido Enric
Carabau, del Centro Superior de Investigaciones Científicas
de Barcelona, así como Alfonso Ramos de la Universidad de
Alicante. El presupuesto ha sido de en torno a 15.000 euros,
aportados por el Ministerio de Medio Ambiente.
Dos de los puntos de medición se han situado en torno a los
denominados ‘ciclones’, que son arrecifes rocosos
sumergidos, y que se encuentran frente al Monte Hacho.
El daño que puedan sufrir las gorgonias se transmite a todo
el ecosistema y también refleja el estado del fondo marino y
de las especies que en él viven. Hasta ahora, las
mediciones, por ejemplo, de temperatura que se habían venido
realizando en el Mediterráneo se limitaban a la superficie,
lo que induce a que éstos nuevos datos obtenidos a
profundidad supondrán una fuente de información impagable.
En cuanto a Ceuta se destectan varios problemas que se unen
para dañar el ecosistema: la pesca, los ciclos naturales de
masas de agua, las algas invasoras, el tráfico marítimo e
incluso el buceo. öscar Ocaña se mostró abierto a que se
respete la naturaleza marinera de Ceuta y la interacción de
los humanos, pero con ciertas medidas correctoras.
El daño que les producen a las gorgonias los factores
negativos influyen en que aumente el número de parásitos que
estas sufren, con lo cual el ciclo es cada vez más negativo.
No pareció tan preocupado por la invasión de algas: “van a
seguir, pero no se van a hacer las dueñas”, explicó
gráficamente.
“Se produce una tormenta perfecta en la que un efecto basado
en múltiples factores produce cambios importantes en las
comunidades ecológicas”, explica öscar Ocaña.
El director del Museo del Mar, en cuanto a la preservación
del litoral se mostró “decepcionado por la falta de interés
de la ciudad en el ordenamiento litoral”, criticó Óscar
Ocaña.
Por su parte, el presidente de Septem Nostra, asociación que
colabora más que activamente con el Museo del Mar en varios
campos y concretamente con este proyecto, quiso felicitar al
Museo del Mar por el proyecto, que tiene, desde su
perspectiva, “la enorme virtud de aportar información de
relieve de manera rigurosa para conocer los problemas
ambientales”.
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