Tras la declaración de
Antonio López ante la juez de Instrucción nº1, en la que
Mohamed Alí tuvo gran protagonismo, el portavoz de Caballas
estaba obligado a comparecer para no dar por bueno aquello
de que ‘quien calla otorga’. Y como era de preveer, lo hizo
para negar todo lo afirmado por López en los juzgados. Es
decir, que es “rotundamente falso” que conociera la
existencia de la lista publicada y que la Comisión Local de
la Vivienda aprobara dicha lista. Eso, más un par de
críticas dirigidas hacia el Gobierno de Vivas y el MDyC de
Fatima Hamed. Y hasta ahí, todo perfecto. Ya dijo el
moralista y ensayista francés Joseph Joubert que “es mejor
debatir una cuestión sin resolverla, que resolver una
cuestión sin debatirla”.
Pero ocurrió que en ese momento tomó la palabra Juan Luis
Aróstegui y ... Muchas veces en televisión hemos visto la
escena donde arrestan a alguien, le leen sus derechos y le
dicen “todo lo que diga puede ser utilizado en su contra”.
Eso es lo que alguien debería haber hecho ayer con Aróstegui.
No arrestarlo, claro está, sino leerle ese derecho. De haber
sido así, con toda seguridad éste no hubiera afirmado de
forma contundente y sin despeinarse, que estaba
“absolutamente seguro” de que habían existido
irregularidades en el procedimiento de adjudicación de otras
promociones anteriores, ya que con esa afirmación lo que
conseguía inconscientemente era poner a su compañero Mohamed
Alí otras vez a los pies de los caballos, porque no debería
ser necesario recordar que Alí, junto a Antonio López, que
ha sido la única persona que se ha mantenido como miembro de
la Comisión Local de la Vivienda durante los últimos 8 años,
tiempo en el cual se han adjudicado un total de 6
promociones de viviendas, en las que Mohamed Alí ha aprobado
con su voto el listado de adjudicatarios, como queda
reflejado en los actas de, al menos, las dos última
promociones entregadas de 225 y 170 VPO de Loma Colmenar.
Juan Luis Aróstegui volvió a dejarse llevar por su
purificador apasionamiento y a envolver su oratoria en una
cantinela verborreica evaporada en su propio humo de
indefinición. Solo consiguió que sus declaraciones
resultaran ser todavía mucho más graves para su compañero,
que las realizadas, un día antes, por Antonio López en sede
judicial. Una vez más, Aróstegui olvidó el valor del
silencio y la fuerza de los hechos. Por desgracia para
Mohamed Alí.
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