La segunda fase del Plan de Empleo de la Ciudad está
provocando las críticas y la ira de gran parte de los
desempleados de larga duración de Ceuta, que ayer no dudaron
en mostrársela al presidente de la Ciudad, Juan Vivas,
durante su visita a uno de los stands ubicados con motivo de
la celebración del Día Mundial del Alzheimer. El presidente
Vivas, Vivas, algo apurado por la situación, se ofreció a
recibirles previa audiencia. “Van ustedes al Ayuntamiento,
piden audiencia, yo se la doy y le doy las explicaciones
oportunas. Pero yo no puedo saltarme los reglamentos”,
afirmó Vivas.
Mientras algunos ciudadanos exclamaban que “muchísmo
enchufismo es lo que hay aquí en Ceuta. Ya estamos cansados.
Hay gente que no tiene ni un año de antigüedad y la han
llamado a trabajar, mientras que hay padres con diez años de
antigüedad y no se les llama”, Vivas subrayaba que “Ceuta
tiene el nivel de prestación de servicios sociales al nivel
de otras ciudades españolas”.
Ante las críticas de los ciudadanos a los servicios sociales
de la ciudad, el presidente Vivas aseguró que “los servicios
sociales funcionan en base a un reglamento. No podemos
funcionar a base de impulsos”, añadiendo que “el IMIS tiene
un límite y un reglamento. Tengo plena confianza en las
personas que trabajan en los Servicios Sociales. No tienen
una capacidad ilimitada, el Ayuntamiento tiene unas partidas
limitadas”.
Plan de empleo
Y que muchos de estos parados no comprenden cómo hay
desempleados que no llevan en la lista del paro ni cinco
meses y formen parte de este segundo listado del plan de
empleo.
Según expertos en la materia, todo esto se debe a una
gestión realizada por la que en su día fuera consejera de
Presidencia, Gobernación y Empleo, Yolanda Bel, quien tras
una reunión con la secretaria de estado en materia de empleo
y con el por entonces director del SEPE, Manuel Sánchez
Gallego, luchó por que el cupo del 13% en los planes de
empleo para los ‘sin renta’ pasara al 35%, ocasionando por
tanto que la antigüedad perdiera peso en la selección final.
El caso es bien sencillo, tal y como ha podido comprobar
este diario, de las 1.121 personas beneficiadas por este
plan de empleo, el 35% (392 personas) las propone la Ciudad
Autónoma a través de un listado que posee Servicios
Sociales, lo que provoca que las personas que estén dentro
de ese listado o censo de Servicios Sociales tienen
preferencia, para ocupar alguno de los 392 puestos, por
delante de los que no estén en este censo y que tan sólo
sean demandante de empleo a través del SEPE, aunque sean
parados de larga duración.
Además, el plan de empleo puesto en marcha por la Ciudad no
intenta dar respuesta a los demandantes de empleo, sino a
las necesidades de la ciudad, lo que cercena, en cierta
medida, que se pueda dar una respuesta proporcional a la
demanda real.
Además de ese 35%, otro 23,05% se reparte, según el criterio
establecido por orden ministerial entre personas
discapacitadas (7%), víctimas de violencia de género (3%),
presos en tercer grado (1%), drogodependientes (2%),
víctimas del terrorismo (0,5%) y también un 10% para el
colectivo de menor protección por desempleo y que
actualmente se encuentran cobrando la ayuda conocida como
‘Prepara’. Este porcentaje del 23,05% unido al 35%, provoca
que un 58,05% de los puestos del plan de empleo estén muy
delimitados para una ciudad con una tasa de paro tan alta y
que más del 90% son personas sin cualificar.
Continuando con este análisis, se ha demostrado que ese
58,05% (651 personas) de los 1.121 puestos ofertados en el
plan de empleo se han cubierto, prácticamente, con personas
sin cualificar, quedando por tanto tan sólo 470 puestos a
cubrir (un 41,05%) que se ha cubierto con personal
cualificado, de ahí que se haya producido un gran malestar
entre el colectivo de desempleados, de larga duración y del
ámbito de peones o personas sin cualificar.
No es la primera vez, ni será la última, en la que se ha
resaltado que los planes de empleo están muy mal enfocados y
mal estructurados, y prueba de todo ello es esta situación,
que gracias a ese 35% que se lleva el censo de Servicios
Sociales, provoca que quien sólo esté apuntado como
demandante de empleo en el SEPE se vea seriamente
perjudicado por esta circunstancia, ya que cualquier persona
que esté dentro del censo de Servicios Sociales por un ‘sin
renta’, aunque lleve tan sólo un mes en esta situación, se
sitúe por delante del que tan sólo esté en el listado del
SEPE aunque lleve demandando un empleo años.
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