Buenos días, gente:
Regreso de un corto viaje por el
suroeste peninsular rememorando las gestas de otros tiempos,
como Guzmán el Bueno en Tarifa y el almirante Nelson en
Trafalgar, con curso de historia incluido para mi hijo.
Llegar a casa y encontrarte con un
panorama informativo cruel y desazonador no ha hecho que me
quite la alegría del viaje.
La gente que conozco me habla del
drama de los refugiados sirios, algunos con intenciones de
invitarlos a su casa, sin comprender que es un problema muy
peliagudo que en estos momentos y en nuestro país no se debe
intentar resolver sin tomar medidas de seguridad.
Que la gente de izquierdas se
vuelquen con el tema no tiene mayor significado que la
ignorancia suprema sobre un efecto político que tendrá
consecuencias muy graves: el efecto llamada y con él, el
agregado del efecto de “caballo de Troya”.
El Gobierno, de éste país y el del
resto de Europa, hará bien reforzando las medidas de
seguridad fronteriza, ya, estudiando a fondo las solicitudes
de refugiados políticos e identificando adecuadamente a cada
uno.
No quiero ser alarmante, pero
tomar precauciones preventivas no es poco.
No sé si es verdad el comunicado
que adjunto, del que me hago eco, y la información que
recibo acerca de que más de 4.000 extremistas del Estado
Islámico (EI) entran en la UE haciéndose pasar por
refugiados.
El comunicado que cito, es una
circular de la Brigada Central de falsedades documentales.
Sección Técnica de la policía a todas las comisarías a las
que alerta porque el mismo EI ha robado 3.800 pasaportes
sirios en blanco.
Ignoro si es una falsificación o
un bulo, pero está ahí circulando por las redes sociales a
toda velocidad.
No tengo, absolutamente nada
contra los refugiados, pero no estaría de más que se tomara
esas precauciones en la admisión de los mismos ya que el EI
está usando viejas estrategias, desde la más antigua como el
caballo de Troya hasta las creadas por los judíos, como es
la invasión pacífica de territorios que luego invaden las
zonas adyacentes y las convierten en su patria con el poder
de las armas.
Mucha importancia tienen las
fronteras de Ceuta y Melilla, porque si ahora están en calma
eso no quiere decir que no sea, esa calma, predecesora de la
tempestad. Lo mismo ocurre con todo el litoral del país por
cuanto la llegada de pateras u otros medios de navegación es
igualmente imprevisible y hemos de estar totalmente alerta.
Cierto es que hay muchos niños,
mujeres y ancianos en esa desbandada migratoria y por los
que pueden valer cualquier sentimiento que expresemos, pero
no hay que olvidar que siempre han sido los escudos de esos
seres sin sentimientos, como son los guerrilleros del EI,
ante posibles ataques de otras fuerzas, occidentales por
ejemplo, y que luego utilizan en propagandas contra
Occidente en general al que acusa de asesinos de niños,
mujeres y ancianos.
Ciertamente que no podemos dejar
de lado nuestra Memoria Histórica, con la que recordamos las
mismas vicisitudes y miserias que sufrieron cientos de miles
de españoles, pero con una diferencia enorme: fueron
víctimas de sus propios hermanos y, ciertamente, sin ningún
pretexto de incluir terroristas entre ellos que vayan a
destrozar vidas en países ajenos porque sí.
A fin de cuentas debemos ser
conscientes que la existencia del EI (o ISIS), con todas sus
variantes -algunas de ellas autoras de mucha destrucción y
brutalidades inexplicables- es resultado de las actuaciones
del Capitalismo salvaje de las grandes potencias que
realizan en todo el Oriente Medio con el único propósito de
aumentar sus ganancias monumentales.
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