La Asociación de Vigilantes de
Seguridad Privada, Marea Negra, ha querido salir a la
palestra para defender a los profesionales del sector
después de las diversas críticas que se han hecho en varios
medios nacionales sobre la presencia de los vigilantes en
entornos como las prisiones. La asociación se ha hecho eco
de noticias donde se habla sobre las funciones que realizan
los vigilantes de seguridad en las prisiones,y han querido
explicar la situación para “no alarmar al ciudadano”.
El vicepresidente de Marea Negra,
José Antonio Carbonell, a través de un comunicado explica
como la Asociación Unificada de Guardia Civiles (AUGC) no
consideran adecuado que los vigilantes controlen en
solitario las barreras del control de acceso a las
prisiones. Según señala, desde la AUGC aseguran que, al
hacerlo, están registrando datos personales de los
visitantes tales como nombre y documento nacional de
identidad, además de las salas de control donde están las
cámaras, permitiéndoles conocer la disposición de cada
dispositivo en zonas oscuras que no graban. “Ellos deducen
que es una información demasiado valiosa para estar en manos
de alguien que podría estar en la calle al día siguiente”,
lamenta Carbonell.
Marea Negra cree que esta
valoración es “un ataque y una salida de tono hacia el
personal de seguridad privada que no ayuda en nada a este
sector”. “Estos profesionales no están para parchear o
sustituir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado,
sino para complementar y reforzar a la seguridad pública y
todo ello encaminado a que el ciudadano, que es soberano, se
sienta protegido de todas las amenazas que hay en la
actualidad, y goce de un estado de derecho”, recuerda
Carbonell. Así, insiste en que, la seguridad pública debe
ser “el principal pilar de esta sociedad, como la privada
debe ser una alianza para acabar con las amenazas exteriores
a nuestro país”.
“Queremos entender la difícil
situación por la que están pasando los diferentes Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado, que tienen el derecho y el
deber de defender sus intereses, pero lo que también
queremos en esta asociación es que a este sector, que es
subordinado y controlado por la seguridad pública, se le
deje al margen de cualquier reivindicación que puedan llevar
a cabo los sindicatos de estos cuerpos, puesto que los
vigilantes no son culpables de que en la actualidad su
presencia tenga relevancia en un país como el nuestro”,
apunta Carbonell.
En las cumbres internacionales de
seguridad, añade el vicepresidente de Marea Negra, se trata
y cataloga al colectivo de la seguridad privada “como
emergente, necesario y complementario a la seguridad
pública”. Además, añade, en países como Inglaterra o Suecia
este colectivo lleva años desempeñando estas y otras muchas
funciones “sin entrar en debates ni controversias”. Por
ello, Carbonell aboga por la colaboración más allá de las
disputas y asegura que el colectivo de vigilantes está ahí
para sumar y no restar.
Por otro lado, Carbonell insiste
en que “es erróneo” si la sociedad piensa que este sector
quiere atribuirse las funciones de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado. “La ley de seguridad privada pasa de
poner el acento en el principio de la subordinación a
desarrollar más eficazmente el principio de
complementariedad a través de otros que la desarrollan, como
los de cooperación o de corresponsabilidad”, en resumen
apunta el vicepresidente de Marea Negra, ratifica que, el
modelo español de la seguridad privada “es complementaria,
subordinada, colaboradora y controlada por la seguridad
pública”.
“Una actividad amplia y
compleja es la que llevan estos profesionales, con una serie
de riesgos y amenazas constantes”, recuerda Carbonell en su
comunicado.
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