La Real y Fervorosa Hermandad del
Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora del
Mayor Dolor celebrará, en cumplimiento de sus reglas, dos
funciones religiosas en conmemoración de la Santa Cruz y los
Siete Dolores de María Santísima.
Los solemnes cultos tendrán lugar
hoy lunes y mañana martes 15 de septiembre en la capilla que
la Hermandad posee en la Parroquia de Nuestra Señora de los
Remedios y se iniciarán a las 19.15 horas con un completo y
cuidado programa que incluye Exposición del Santísimo
Sacramento, rezo de la Corona Dolorosa y Vísperas,
Eucaristía y canto final de la Salve en honor de la Virgen
del Mayor Dolor. Para facilitar a los fieles su
participación en estas ceremonias religiosas la Hermandad ha
editado sendos guiones que se repartirán a los asistentes.
Los Estatutos que actualmente
rigen esta Hermandad, aprobados en 2010, obligan a celebrar
estos cultos, tal como queda reflejado en el Título IV
‘Estatutos y Reglamentos de régimen interno’ en su artículo
18º punto 7: “se celebrará una Eucaristía extraordinaria en
las festividades de la Santa Cruz y Dolores Gloriosos de la
Virgen, los días 14 y 15 de septiembre”.
La fiesta de la Exaltación o
Triunfo de la Santa Cruz se celebra por la Iglesia Católica
el día 14 de septiembre para conmemorar la Cruz en la que
fue crucificado Jesucristo, “a la que se debe profunda
veneración pues en ella murió el Señor para redimirnos,
convirtiéndose en signo que identifica a todos los
cristianos”, indican desde la Hermandad.
La liturgia católica romana señala
este día como “fiesta del Señor” de segunda categoría entre
las fiestas de los santos y su color litúrgico es el rojo.
En este día se exponen especialmente a la veneración de los
fieles imágenes del Santo Crucifijo y reliquias de la Cruz (Lignum
Crucis).
Conmemora el aniversario de la
recuperación de la verdadera Cruz de Cristo por el emperador
bizantino Heraclio en el 628, ya que la santa reliquia había
sido robada por los persas en 614, explican desde la Real
Hermandad.
El emperador dispuso una solemne
procesión para el regreso de la Santa Cruz a Jerusalén en la
que él mismo la llevaría sobre sus hombros; pero llegado el
momento, misteriosamente, no podía avanzar. El Arzobispo
Zacarías aconsejó al emperador cambiar sus ricos ornamentos
reales por un atuendo penitencial... y de esta manera entró
la sagrada reliquia en la ciudad santa, portada por Heraclio
descalzo y en actitud humilde y reverente.
Para evitar nuevos robos los
maderos de la Cruz fueron fragmentados en varios pedazos que
se repartieron por Roma, Constantinopla y diversas iglesias
del mundo.
Estos fragmentos de la verdadera
Cruz son conocidos como Lignum Crucis. En todas las
catedrales católicas se venera esta reliquia expuesta en
ricos ostensorios que, generalmente, custodian pequeñísimas
astillas procedentes de la Cruz en la que Jesús ofreció su
vida por nosotros.
El culto a la Santa Cruz es
consustancial a los cristianos, existiendo desde los
primeros siglos de nuestra era la costumbre de hacer la
señal de la Cruz como protección ante cualquier peligro
espiritual y corporal.
Los Dolores Gloriosos de
Nuestra Señora es una fiesta que la Iglesia dedica a
recordar los Dolores que durante su vida sufrió la Virgen
María, especialmente en su papel de Corredentora en el
momento de la Pasión y Muerte de Cristo.
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