La V Feria del Mar cuenta desde
ayer y hasta hoy con unos invitados de excepción. Son
animales majestuosos, bellísimos, cuya sola presencia
impone.
Son los únicos que hay en Ceuta y
en número de seis: dos ejemplares de águila de Harrys -Cleo
y Fígaro-, sus dos polluelos, y un azor finlandés que lleva
nombre mitológico escandinavo: Baldr (pronunciado “baldar”).
Baldr viene de la mano de su
dueño, Alfonso Morey, veterinario y especialista en
cetrería. Mientras, Cleo y Fígaro son propiedad de Franci
Valero, miembro de la Asociación Cetrera de Ceuta que
preside Nacho Jiménez.
Las águilas de Harrys proceden del
continente americano. Suelen vivir en el ddesierto de
Sonora, así como en California y también en Perú.
Destacan por su inteligencia y
tienen una capacidad inusual, que los equipara a los lobos:
son capaces de cazar en grupo, algo que muy pocas rapaces
son capaces de hacer.
El neófito pregunta si la caperuza
que se les pone a estas aves les molesta: “todo lo
contrario”, explica Morey. Estas aves, indica el experto,
tienen “un cerebro óptico. No sufren. Al contrario, se
relajan”.
La hembra, Cloe, tiene cinco años,
mientras que Fígaro, el macho, tiene 11. La expectativa
media de vida de un águila de Harrys es de 25 años, por lo
que todavía les queda mucho por vivir y disfrutar.
El azor finlandés, Baldr, es
espectacular. Procedente del zoológico de Finlancdia, fue
criado en cautividad en Inglaterra. Tiene un año. Es una de
las aves más rápidas, pero no alcanza la velocidad de un
halcón peregrino. Es velosísimo pero en los bosques.
De hecho, el doctor Félix
Rodríguez de la Fuente llamaba al azor finlandés “el pirata
de la espesura”.
Estos animales no son muy caros,
aunque pudiera parecer lo contrario. Por ejemplo, las
hembras de águila de Harrys cuestan en torno a 400-450
euros, mientras que el azor finlandés ronda los 1.000 euros.
Ahora bien, se ha llegado a pagar hasta 10.000 euros por un
ejemplar como Baldr, aunque no sea este el caso.
Ahora bien, se impone el mercado
árabe, con lo cual ellos son los que marcan los precios de
estos ejemplares al alza. El azor finlandés es más
complicado de conseguir que las águilas.
Estos animales no son mascotas
como pudiera serlo un perro, un gato o un hurón. Hay que
hacerlos volar todos los días y para ello se les dota,
además de un pequeño cascabel para localizarlos por sonido,
de transmisión de su geolocalización hasta una distancia de
40 kilómetros a la redonda.
Nacho Jiménez, el presidente de la
Asociación Cetrera de Ceuta y que hasta no hace mucho poseía
un fantástico halcón, señala que el cuidado de este tipo de
animales “no es tan difícil”. Existe, señala un gran
desconocimiento de estos animales, que fundamentalmente se
alimentan de trozos de carne fresca.
“Hay gente que los tiene en casa,
pero lo cierto es que cada animal requiere su sitio cuando
mudan el plumaje”, destaca el experto.
Suelen estar más tranquilos en
épocas entre muda y no se suelen alterar en estos ciclos por
la presencia humana o los ruidos del entorno. Su
mantenimiento no es caro y el mayor desembolso es a la hora
de comprarlos y adquirir las herramientas básicas para su
manejo.
“El mantenimiento de ellos es lo
que no se paga nunca. Es un trabajo de cetrería al que hay
que echar muchas horas”, significa Nacho Jiménez.
Las pihuelas o las muñequeras
selenecostar en torno a 12 euros y los guantes especiales
-sus garras son afiladísimas y las utilizan para matar, no
lo hacen con el pico- cuestan en torno a unos 50 euros.
Han de volar a diario y hay que
tener en cuenta muchos detalles. Son intrínsecamente unos
depredadores, de forma que si se descuidara, si no se les da
lo que necesitan, se pueden volver agresivos e innobles,
llegando a escaparse para cazar.
Precisamente no hace muchos días,
Baldr se escapó, y no porque su dueño lo descuidara, sino
por que le venció el instinto. Volvió con el buche lleno y
es que sintió la necesidad de cazar.
Su plumaje es
extraordinariamente suave y, como se ha indicado
anteriormente, su presencia, su mirada, los hacen animales
singularmente especiales.
|