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OPINIÓN - MARTES, 8 DE SEPTIEMBRE DE 2015

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

No hay futuro sin pasado

Por Jesús González


Existe un principio, quizá no escrito, según el cual en Historia los hechos son los hechos y las interpretaciones son otra historia. Al hilo de la anterior afirmación, es preciso e importante hacer hincapié en el error que supone observar los hechos históricos desde nuestra perspectiva del siglo XXI (con ojos del siglo XXI) y desde nuestras preferencias actuales, cualesquiera que sean estas. Es decir, adecuar los hechos históricos a nuestros intereses. Así, relacionar cierto hecho histórico sucedido en la lejana edad media con calificativos actuales, como “imperialista”, hace que le veamos el ‘plumero’ y sus aviesas intenciones a quien ha llevado a cabo tamaño despropósito. Y, a este respecto, sería llamarse a engaño escandalizarnos porque en aquellos ‘tiempos oscuros’ medievales se arrasaban pueblos, se aniquilaban culturas y se perseguían a los que profesaban la religión de enfrente. Ahora, en estos tiempos tan ‘luminosamente hipócritas’, nos la cogemos con papel de fumar al tiempo que les vendemos armas a los de enfrente para que sean ellos los que se despellejen y se aniquilen en nuestro nombre y por nuestros intereses. En fin, no se nos oculta que la Historia es utilizada una y otra vez según las necesidades del momento “como forma de explicar el presente y proyectar el futuro”. Pero manejar los hechos históricos con ironía y/o sarcasmo no es hacerles un flaco favor a los hechos históricos, sino a quien enarbola, bien, la ironía, o, bien, el sarcasmo, o ambos, para referirse a ellos. En otras palabras, los hechos históricos como tales son demasiado serios como para caricaturizarlos, parodiarlos o ridiculizarlos mediante el uso de la ironía y/o del sarcasmo, insisto, y aquel que lo intentare saldrá escaldado y salpicado, y, acaso, ridiculizado.

Creíamos que con el fiasco de la celebración del VI Centenario de la conquista de Ceuta por Joao I habíamos dado por terminado los dichosos 600 años. Pues parece que no, que aún colea en la prensa y en celebraciones colaterales la llegada de los portugueses. No es preciso volver a traer aquí el fiasco en que se convirtió el VI Centenario. Pero todavía asoman flecos, como la celebración del Día de Ceuta, el 2 de septiembre. Así, Mohamed Alí, líder de Caballas, calificó el Día de Ceuta organizado por la Ciudad Autónoma de “patochada planteada por el PP”. Alí manifestó que ese 2 de septiembre no tiene una “finalidad reivindicativa”, sino que es un simple acto para entregar medallas y nada más. Y abogó por que se ponga el acento en aquello que une a todos los ceutíes, que no es otra cosa que “nuestra españolidad”. Por tanto, propone cambiar el 2 de septiembre por el 13 de febrero, pues en tal día del año 1668 se ratificaba en Portugal (¿por qué en Portugal?) el Tratado de Lisboa y mediante el cual Ceuta pasaba a la corona de España. A este respecto, Aróstegui, que remarcó que “la fiesta del borrego no ha sustituido a nada”, pidió, eso sí, “sustituir el espíritu luso por la españolidad de Ceuta”. Pero como es difícil hacer una tortilla sin romper el huevo, también es difícil explicar el hecho de pasar a depender de la corona de España sin la llegada, primero, de los portugueses, es decir, sin haber dependido de Portugal. Si Ceuta no hubiese sido conquistada por los portugueses, ahora Mohamed Alí y Fátima Hamed y sus epígonos –Aróstegui incluido– no estarían esforzándose por celebrar nada, ni por señalar fechas, ni estarían hablando de “españolidad”. Sencillamente, no serían españoles. En fin, seamos serios, de lo que se trata –de lo que tratan– es de hacer desaparecer todo lo que huela a Portugal y a su conquista. Les duele y se identifican con aquellos habitantes de la Ceuta de 21 de agosto de 1415. ¡Joder, pues que lo digan de una jodida vez y que no se anden con rodeos, zarandajas y masacres! La hoja de ruta en la que podría estar escrito el futuro de Ceuta es la de ser una ciudad islamizada, arabizada y, a ser posible, integrada en una estado islámico, en donde la sharia y el corán sean códigos de conducta a los que el ciudadano habría de ajustar su vida.

El pasado 2 de septiembre, Mabel Deu, Consejera de Educación y Cultura y presidenta de la Fundación Premio Convivencia, suscribió un convenio de colaboración con el presidente de la Asociación Cultural Al Idrissi, Abdelkader Chaib, para llevar a cabo actividades académicas y culturales dirigida a los ciudadanos. La Fundación Premio Convivencia aporta un total de 4.000 euros. Esta Asociación Cultural Al Idrissi es la misma que se descolgó de la Comisión Multicultural (junto con Luna Blanca) alegando que no iba a celebrar la llegada de los portugueses porque “no era conveniente”. Por lo visto ahora sí es conveniente poner la mano para que le echen 4.000 euros sacados de los presupuestos de la Ciudad. Esta Asociación, según se desprende de la lectura de la noticia, “da a conocer la cultura árabe en la sociedad ceutí”, pero, claro, no le interesa la llegada de los portugueses, ni su cultura ni nada que huela a portugués. Por otra parte, los fines de la Fundación Premio Convivencia son fomentar la convivencia en paz, la igualdad y la libertad, pero aquí en Ceuta parece que unos son menos iguales que otros. La consejera debería haberle dicho al presidente de Al Idrissi que “no era conveniente” meterle la mano en el bolsillo a los ciudadanos que consideran como propio el pasado portugués para llenarle a él la suya, para que, así, fomente la cultura árabo-islámica, y, sobre todo, que hay que saber estar a las duras y a las maduras. ¡Hasta ahí podíamos llegar, Mabel!

Y en estas estábamos, cuando el pasado domingo, día 6, leíamos en este periódico que en la iglesia del Valle, el padre Fernández Alcedo fue el encargado, el sábado, día 5, de iniciar los actos que se celebrarán para conmemorar el sexto centenario de la llegada de la Virgen del Valle con el rey portugués Joao I. Con una exaltación sencilla, el padre Fernández Alcedo quiso recoger: “la esencia histórica de lo que han supuesto los seiscientos años desde la llegada de la virgen y la recuperación de la fe cristiana”. Puso, asimismo, el acento en la relación existente entre la llegada portuguesa, la fe mariana y la fe cristiana. El martes, día 8, a las 8 de la noche, culminarán los actos con una Eucaristía a la que está previsto que acuda, entre otros, el alcalde Vivas. Espero y deseo que el alcalde Vivas acuda a esos actos religiosos como un feligrés más, como un ciudadano de a pie, y se siente en cualquier banco que no sea en primera fila, ni le sean tributados saludos y honores a su llegada y a su despedida. ¿Por qué? Pues ya que el alcalde Vivas se negó a institucionalizar el 21 de agosto, fecha del VI Centenario de la conquista de Ceuta, por escrúpulos hacía la comunidad musulmana ceutí, y no tuvo agallas para celebrar como se merecía el VI Centenario, sería, ahora, de mal gusto y quedaría a la altura del betún si se arrogase con su presencia la institucionalización de la llegada de la Virgen del Valle con el rey portugués Joao I. Su comportamiento con todo lo relacionado con el VI Centenario ha sido vergonzoso y desdichado. Estaremos atento.

Ese mismo martes, día 8, llega a Ceuta el secretario de Estado de Negocios Extranjeros y Cooperación del Gobierno portugués, Luis Campos Ferreira. Vendrá acompañado por Francisco Ribeiro, embajador de Portugal en España; Jorge Monteiro, cónsul general de Portugal en Sevilla; Pedro Berhan da Costa, consejero cultural de la embajada de Portugal en España y Bernardo Costa Pereira, adjunto secretario de Estado de Negocios Extranjeros y Cooperación. Leemos en El Pueblo de Ceuta que esta embajada de personalidades portuguesas coincide (¿mera coincidencia?) con la celebración del partido internacional de fútbol entre las selecciones sub-19 de España y Portugal, que tendrá lugar en Alfonso Murube, ¡dentro de los actos con motivo del 600 aniversario de la llegada de los portugueses a Ceuta! Vamos a ver, ¿pero no se suprimió el acto institucional de la llegada de los portugueses hace 600 años, cómo que ahora aparece toda esa corte de personalidades portuguesas para presenciar un partido de fútbol, el cual se inscribe dentro de los actos del VI Centenario? ¡Pero si aquí no se han celebrado actos institucionales para conmemorar la llegada-conquista de los portugueses! Lo dicho: quieren hacer una tortilla sin romper el huevo. Esa figura se llama desvergüenza política. Como en el acto de la iglesia del Valle, espero que el alcalde Vivas asista, si asiste, al partido citado, pero como mero ciudadano y se siente en su silla, pero sin protocolo alguno como alcalde. ¡Ah, espero, también, que a esos que se opusieron a la celebración del VI Centenario no se les ocurra tampoco, por coherencia, asistir al partido! Estaremos atento, igualmente.

“Es una gran locura –decía el orador– pretender descubrir nada, no tenemos nada que no hayamos recibido. Cada uno de nosotros debe comprender, por joven que sea, que dependemos de un pasado y que este pasado nos obliga. Él nos traza nuestro porvenir”, escribió André Gide en una de sus novelas. Sería muy conveniente, por tanto, que el alcalde Vivas y sus epígonos no siguieran obviando que el presente y, aun, el futuro se hacen con materiales del pasado, y no precisamente de ‘derribo’.

(Postdata: Resulta muy llamativo que el “periodismo lacayo” se muestre tan sorprendido de que no se haya celebrado institucionalmente el VI Centenario, puesto que él, “el periodismo lacayo”, ha contribuido muy eficazmente al acoso y derribo de la celebración institucional del VI Centenario y a la desaparición de la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015. )
 

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