Existe un principio, quizá no escrito, según el cual en
Historia los hechos son los hechos y las interpretaciones
son otra historia. Al hilo de la anterior afirmación, es
preciso e importante hacer hincapié en el error que supone
observar los hechos históricos desde nuestra perspectiva del
siglo XXI (con ojos del siglo XXI) y desde nuestras
preferencias actuales, cualesquiera que sean estas. Es
decir, adecuar los hechos históricos a nuestros intereses.
Así, relacionar cierto hecho histórico sucedido en la lejana
edad media con calificativos actuales, como “imperialista”,
hace que le veamos el ‘plumero’ y sus aviesas intenciones a
quien ha llevado a cabo tamaño despropósito. Y, a este
respecto, sería llamarse a engaño escandalizarnos porque en
aquellos ‘tiempos oscuros’ medievales se arrasaban pueblos,
se aniquilaban culturas y se perseguían a los que profesaban
la religión de enfrente. Ahora, en estos tiempos tan
‘luminosamente hipócritas’, nos la cogemos con papel de
fumar al tiempo que les vendemos armas a los de enfrente
para que sean ellos los que se despellejen y se aniquilen en
nuestro nombre y por nuestros intereses. En fin, no se nos
oculta que la Historia es utilizada una y otra vez según las
necesidades del momento “como forma de explicar el presente
y proyectar el futuro”. Pero manejar los hechos históricos
con ironía y/o sarcasmo no es hacerles un flaco favor a los
hechos históricos, sino a quien enarbola, bien, la ironía,
o, bien, el sarcasmo, o ambos, para referirse a ellos. En
otras palabras, los hechos históricos como tales son
demasiado serios como para caricaturizarlos, parodiarlos o
ridiculizarlos mediante el uso de la ironía y/o del
sarcasmo, insisto, y aquel que lo intentare saldrá escaldado
y salpicado, y, acaso, ridiculizado.
Creíamos que con el fiasco de la
celebración del VI Centenario de la conquista de Ceuta por
Joao I habíamos dado por terminado los dichosos 600 años.
Pues parece que no, que aún colea en la prensa y en
celebraciones colaterales la llegada de los portugueses. No
es preciso volver a traer aquí el fiasco en que se convirtió
el VI Centenario. Pero todavía asoman flecos, como la
celebración del Día de Ceuta, el 2 de septiembre. Así,
Mohamed Alí, líder de Caballas, calificó el Día de Ceuta
organizado por la Ciudad Autónoma de “patochada planteada
por el PP”. Alí manifestó que ese 2 de septiembre no tiene
una “finalidad reivindicativa”, sino que es un simple acto
para entregar medallas y nada más. Y abogó por que se ponga
el acento en aquello que une a todos los ceutíes, que no es
otra cosa que “nuestra españolidad”. Por tanto, propone
cambiar el 2 de septiembre por el 13 de febrero, pues en tal
día del año 1668 se ratificaba en Portugal (¿por qué en
Portugal?) el Tratado de Lisboa y mediante el cual Ceuta
pasaba a la corona de España. A este respecto, Aróstegui,
que remarcó que “la fiesta del borrego no ha sustituido a
nada”, pidió, eso sí, “sustituir el espíritu luso por la
españolidad de Ceuta”. Pero como es difícil hacer una
tortilla sin romper el huevo, también es difícil explicar el
hecho de pasar a depender de la corona de España sin la
llegada, primero, de los portugueses, es decir, sin haber
dependido de Portugal. Si Ceuta no hubiese sido conquistada
por los portugueses, ahora Mohamed Alí y Fátima Hamed y sus
epígonos –Aróstegui incluido– no estarían esforzándose por
celebrar nada, ni por señalar fechas, ni estarían hablando
de “españolidad”. Sencillamente, no serían españoles. En
fin, seamos serios, de lo que se trata –de lo que tratan– es
de hacer desaparecer todo lo que huela a Portugal y a su
conquista. Les duele y se identifican con aquellos
habitantes de la Ceuta de 21 de agosto de 1415. ¡Joder, pues
que lo digan de una jodida vez y que no se anden con rodeos,
zarandajas y masacres! La hoja de ruta en la que podría
estar escrito el futuro de Ceuta es la de ser una ciudad
islamizada, arabizada y, a ser posible, integrada en una
estado islámico, en donde la sharia y el corán sean códigos
de conducta a los que el ciudadano habría de ajustar su
vida.
El pasado 2 de septiembre, Mabel
Deu, Consejera de Educación y Cultura y presidenta de la
Fundación Premio Convivencia, suscribió un convenio de
colaboración con el presidente de la Asociación Cultural Al
Idrissi, Abdelkader Chaib, para llevar a cabo actividades
académicas y culturales dirigida a los ciudadanos. La
Fundación Premio Convivencia aporta un total de 4.000 euros.
Esta Asociación Cultural Al Idrissi es la misma que se
descolgó de la Comisión Multicultural (junto con Luna
Blanca) alegando que no iba a celebrar la llegada de los
portugueses porque “no era conveniente”. Por lo visto ahora
sí es conveniente poner la mano para que le echen 4.000
euros sacados de los presupuestos de la Ciudad. Esta
Asociación, según se desprende de la lectura de la noticia,
“da a conocer la cultura árabe en la sociedad ceutí”, pero,
claro, no le interesa la llegada de los portugueses, ni su
cultura ni nada que huela a portugués. Por otra parte, los
fines de la Fundación Premio Convivencia son fomentar la
convivencia en paz, la igualdad y la libertad, pero aquí en
Ceuta parece que unos son menos iguales que otros. La
consejera debería haberle dicho al presidente de Al Idrissi
que “no era conveniente” meterle la mano en el bolsillo a
los ciudadanos que consideran como propio el pasado
portugués para llenarle a él la suya, para que, así, fomente
la cultura árabo-islámica, y, sobre todo, que hay que saber
estar a las duras y a las maduras. ¡Hasta ahí podíamos
llegar, Mabel!
Y en estas estábamos, cuando el
pasado domingo, día 6, leíamos en este periódico que en la
iglesia del Valle, el padre Fernández Alcedo fue el
encargado, el sábado, día 5, de iniciar los actos que se
celebrarán para conmemorar el sexto centenario de la llegada
de la Virgen del Valle con el rey portugués Joao I. Con una
exaltación sencilla, el padre Fernández Alcedo quiso
recoger: “la esencia histórica de lo que han supuesto los
seiscientos años desde la llegada de la virgen y la
recuperación de la fe cristiana”. Puso, asimismo, el acento
en la relación existente entre la llegada portuguesa, la fe
mariana y la fe cristiana. El martes, día 8, a las 8 de la
noche, culminarán los actos con una Eucaristía a la que está
previsto que acuda, entre otros, el alcalde Vivas. Espero y
deseo que el alcalde Vivas acuda a esos actos religiosos
como un feligrés más, como un ciudadano de a pie, y se
siente en cualquier banco que no sea en primera fila, ni le
sean tributados saludos y honores a su llegada y a su
despedida. ¿Por qué? Pues ya que el alcalde Vivas se negó a
institucionalizar el 21 de agosto, fecha del VI Centenario
de la conquista de Ceuta, por escrúpulos hacía la comunidad
musulmana ceutí, y no tuvo agallas para celebrar como se
merecía el VI Centenario, sería, ahora, de mal gusto y
quedaría a la altura del betún si se arrogase con su
presencia la institucionalización de la llegada de la Virgen
del Valle con el rey portugués Joao I. Su comportamiento con
todo lo relacionado con el VI Centenario ha sido vergonzoso
y desdichado. Estaremos atento.
Ese mismo martes, día 8, llega a
Ceuta el secretario de Estado de Negocios Extranjeros y
Cooperación del Gobierno portugués, Luis Campos Ferreira.
Vendrá acompañado por Francisco Ribeiro, embajador de
Portugal en España; Jorge Monteiro, cónsul general de
Portugal en Sevilla; Pedro Berhan da Costa, consejero
cultural de la embajada de Portugal en España y Bernardo
Costa Pereira, adjunto secretario de Estado de Negocios
Extranjeros y Cooperación. Leemos en El Pueblo de Ceuta que
esta embajada de personalidades portuguesas coincide (¿mera
coincidencia?) con la celebración del partido internacional
de fútbol entre las selecciones sub-19 de España y Portugal,
que tendrá lugar en Alfonso Murube, ¡dentro de los actos con
motivo del 600 aniversario de la llegada de los portugueses
a Ceuta! Vamos a ver, ¿pero no se suprimió el acto
institucional de la llegada de los portugueses hace 600
años, cómo que ahora aparece toda esa corte de
personalidades portuguesas para presenciar un partido de
fútbol, el cual se inscribe dentro de los actos del VI
Centenario? ¡Pero si aquí no se han celebrado actos
institucionales para conmemorar la llegada-conquista de los
portugueses! Lo dicho: quieren hacer una tortilla sin romper
el huevo. Esa figura se llama desvergüenza política. Como en
el acto de la iglesia del Valle, espero que el alcalde Vivas
asista, si asiste, al partido citado, pero como mero
ciudadano y se siente en su silla, pero sin protocolo alguno
como alcalde. ¡Ah, espero, también, que a esos que se
opusieron a la celebración del VI Centenario no se les
ocurra tampoco, por coherencia, asistir al partido!
Estaremos atento, igualmente.
“Es una gran locura –decía el
orador– pretender descubrir nada, no tenemos nada que no
hayamos recibido. Cada uno de nosotros debe comprender, por
joven que sea, que dependemos de un pasado y que este pasado
nos obliga. Él nos traza nuestro porvenir”, escribió André
Gide en una de sus novelas. Sería muy conveniente, por
tanto, que el alcalde Vivas y sus epígonos no siguieran
obviando que el presente y, aun, el futuro se hacen con
materiales del pasado, y no precisamente de ‘derribo’.
(Postdata: Resulta muy
llamativo que el “periodismo lacayo” se muestre tan
sorprendido de que no se haya celebrado institucionalmente
el VI Centenario, puesto que él, “el periodismo lacayo”, ha
contribuido muy eficazmente al acoso y derribo de la
celebración institucional del VI Centenario y a la
desaparición de la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015.
)
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