La Shica ofreció ayer por la tarde
en el Escenario Ceitil, ubicado en la Plaza de España, un
brillante y sencillo pregón que dio el pistoletazo de salida
a la celebración del Festival Tingitana, que se extiende
desde ayer hasta este domingo día 6 de septiembre.
Y nadie mejor que una artista de
la tierra, polifacética, ecléctica y carismática, para abrir
con todo el arte un evento de estas características.
Pasaban las 18:15 horas cuando la
artista ceutí subió al escenario destacando “la ilusión que
me hace dar este pregón”. También recordó a su padre, al que
“le hubiera encantado verme aquí”.
A continuación recordó el germen
de Tingitana. Desde las Navidades de 2013 un grupo de
personas viene trabajando en la realización de este
festival. “Lo que me ha movido es la obsesión de devolveros
el cariño y el respeto que siento”, dijo en alusión a sus
paisanos.
La Shica destacó lo importante que
es y lo valiosa que le hace sentirse el hecho de “ser
profeta en su tierra”. La última vez que actuó en Ceuta fue
la pasada Navidad, en La Sala, “y se llenó”, recordó.
También destacó la importancia de
la cultura, “que sirve para salvar”. En el caso de que no
hubiera sido una artista “habría sido una asesina en serie”,
aseguró la cantante.
En clave local comentó que los
caballas “nos hemos visto rodeados de gente diferente, que
habla diferente, que come diferente, que se viste diferente,
que reza diferente”. Pese a las “dificultades de
acoplamiento” este mestizaje cultural supone para Ceuta
“muchas ventajas”.
Por eso definió Tingitana como “el
festival de las diferencias, que se celebran, no suponen
ningún problema”. El espíritu del Festival es multicultural.
La Shica dijo que “igual algunos
esperaban un discurso más solemne, pero no me sale”.
Después relató cómo se fraguó
Tingitana. En las Navidades de 2013 “me encontré con Noelia
Ortega, que trabaja en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, y
a la cuarta copa decíamos ‘tía tenemos que hacer algo’, pero
no arrancábamos. El detonante fue la aparición de mi prima
Esther Úbeda y de Manolo Jiménez, de La Sala”.
Entonces “empezó a sumarse mucha
gente preciosa, demostrando su entrega”. La Shica, además de
pregonera, es una de las impulsoras de este Festival y forma
parte de la organización. La Ciudad lo apoya, así como
muchos empresarios.
La Shica se mostró rotunda al
afirmar que “el Festival ya ha triunfado, ocurra lo que
ocurra”. Todos los participantes “han puesto mucho de su
parte”. A los ciudadanos les animó a “echarse a la calle,
porque este Festival es para ir con tu madre y con tus
niños”.
Además hizo un llamamiento
especial a los padres a que “las grandes divas mundiales
como yo necesitamos un público exquisito y sensible”.
Tras el pregón interpretó varias
canciones. Acompañada por su guitarrista, Josete Ordóñez,
abrió el recital con ‘Compuesta y sin novio’. Después dijo
que “defiendo el repertorio clásico español y voy a cantar
una de sus joyas”, como es ‘Y sin embargo te quiero’.
No podía faltar ‘La bien pagá’, en
la que animó a cantar al público, y ‘Uno, dos y tres’, un
poema taurino de Manuel Benítez que cantaba Gabriela Ortega,
“la Beyoncé de Sevilla. Es bastante desconocida, como todo
lo que me gusta”.
Ya con la Banda Municipal de
Música interpretó ‘Francisco alegre’ y bailó ‘Suspiros de
España’. Después se despidió y la banda tocó varias
canciones.
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