Desde que se anunciase que
este año los hermanos Olivencia han sido reconocidos con la
Medalla de Oro de la Ciudad Autónoma de Ceuta sus teléfonos
no han parado de sonar, y así lo traslada el pequeño de
ellos, Francisco. Hoy los dos llegan a la ciudad para
recibir este galardón que recogen con satisfacción y
alegría, pero antes Francisco atendió desde Ronda a EL
PUEBLO en una entrevista en la que recuerda la Ceuta de su
infancia y de sus primeros años como político. Una etapa que
repasa haciendo una parada especial en el 23-F y cómo lo
vivió dentro del Congreso. Además, Francisco Olivencia
también comparte su visión de lo que es hoy Ceuta y de cómo
debe afrontar algunos de sus retos para tener más presencia
a nivel nacional.
Pregunta.- ¿Cómo han tomado usted y su hermano esta
distinción que les otorga la Ciudad Autónoma?
Respuesta.- Con mucha alegría y
satisfacción, pero también excede de nuestros méritos. De
todas maneras, lo recibimos y tendrá un lugar de honor en la
casa de cada uno.
P.- A ustedes les propuso
la Fundación Gallardo, ¿en algún momento pensaron en que
podían llegar a recibir este reconocimiento?
R.- Sabía que la Fundación
Gallardo nos había propuesto, pero después le perdí la pista
al tema. Fue una sorpresa enterarme de la concesión.
P.- ¿Cómo fue ese momento
en el que se enteró de que les habían concedido esta
medalla?
R.- Alguien llamó por teléfono y
nos lo dijo. Fue a través de un periodista.
P.- Ustedes han tenido
unos lazos muy especiales con Ceuta y han llevado la ciudad
como bandera allá donde han ido. ¿Qué significa Ceuta para
usted y para su hermano?
R.- Ceuta es la ciudad que
llevamos en nuestro corazón. Somos unos apasionados de
Ceuta. Además, mis tareas siempre han estado relacionadas
con Ceuta y he procurado llevar muy alto el nombre de
nuestra ciudad, así como conseguir para ella lo que pudiera
dentro de su régimen económico y fiscal y sus
especificidades. Que no ha sido tan fácil.
P.- Ha sido 29 años
secretario de la Cámara de Comercio...
R.- Sí. La Cámara de Comercio, en
aquellos tiempos, por lo menos era una Cámara combativa que
estaba dispuesta a enfrentarse a autoridades de cualquier
tipo siempre en defensa de los intereses económicos de
Ceuta. Fue una época que nunca olvidaré. Además, hay que
tener en cuenta que mi padre fue el secretario anterior. El
apellido Olivencia estuvo durante 60 años en las actas de la
Cámara de Comercio y eso no se olvidará nunca.
P.- ¿Y cómo ve ahora el
sector comercial en Ceuta? ¿Cree que debe ser más combativo
como antaño?
R.- Yo he conocido épocas de
gloria, llamadas de los paraguayos, que fueron unos años
felices para gran parte del comercio local con las calles
abarrotadas de visitantes que venían a comprar a Ceuta. Todo
eso se perdió con el ingreso de España en la Unión Europea y
la igualación del tema tarifario y aduanero. Ahora veo que
está resurgiendo el comercio ceutí, ya dedicándose en gran
parte a la demanda local, pero también a la de los vecinos
de Marruecos, y está atravesando una época más próspera.
P.- Desde la experiencia
que usted tiene ¿qué consejos les daría a los representantes
del sector empresarial para que este siguiera creciendo?
R.- Lo que hay que hacer en Ceuta
es luchar contra las tarifas de los buques. El precio del
billete del barco ahuyenta a cualquier visitante que piense
venir a la ciudad para hacer unas compras. Yo que tengo la
experiencia de la Cámara de Comercio, puedo decir que esta
se fundó en 1904 y en el acta de la primera sesión que
celebró viene la protesta por los precios del buque. Desde
ese momento se ha luchado contra eso y espero que poco a
poco vaya solucionándose. Ahora se está moviendo el tema con
mayor interés, hay iniciativas por parte de la Ciudad y
también de la Cámara de Comercio, y nada más pensando en el
precio del combustible, el del billete ya debería haber
bajado al menos un 20%.
P.- Usted también ha
escrito artículos sobre ‘la Ceuta’ de su infancia, ¿qué
recuerda de esa ciudad y cómo ha cambiado desde entonces?
R.- La ciudad de mi infancia y mi
primera juventud, de la que ya han pasado años porque tengo
81, era lo que entonces se llamaba una ciudad alegre. Era
una ciudad feliz con una sociedad muy homogénea, en la que
nos llevábamos bien, y el contingente importante era el
Ejército con el que había una fraternidad. Para mi, que no
tenía entonces conciencia de los problemas económicos que
pudiera haber, esta fue una época muy feliz. No olvidaré
nunca los veranos cuando llegaba a Ceuta tras estudiar en la
Facultad de Derecho en Sevilla porque eran deliciosos.
P.- Además de ejercer como
abogado también ha vivido intensamente la vida política
tanto local como nacional. ¿Qué destacaría de esa época de
político?
R.- Yo he sido desde concejal
hasta diputado en el Congreso, senador y lo último fue
diputado de la Ciudad Autónoma. Empecé en el Ayuntamiento,
donde fui teniente de alcalde y muchísimos días me quedaba
de alcalde accidental con sólo 26 años. En aquella época
empezaba a desarrollarse el tema de la venta a los
visitantes, era una etapa en la que iba creándose una Ceuta
mayor y otra menor. Después he sido diputado, otra vez
concejal y teniente de alcalde, senador y por último
diputado de la Ciudad. He pasado por todo y por eso tengo
que agradecer a los votantes de Ceuta que me fueran
eligiendo sucesivamente. La verdad es que era difícil seguir
saliendo legislatura tras legislatura.
P.- ¿Era muy diferente la
política en la época en la que usted la ejerció a la actual?
R.- No era muy diferente. Yo fui
uno de los que estaba dentro del Congreso cuando tuvo lugar
el golpe de Estado del 23-F y eso marca una diferencia muy
sensible. Allí estuvimos secuestrados. Esa es la realidad.
Había tiros, había armas y había peligro. Aunque los propios
guardias civiles nos decían que no nos preocupáramos,
también decía que si venían a por ellos eso se iba a
convertir en un campo de batalla.
P.- ¿Este es el momento
más destacado que ha vivido en su etapa política?
R.- Es un momento que, desde
luego, no se olvida. He estado en la tribuna del Congreso,
en la tribuna del Senado... pero de mi época de
parlamentario nacional, ese es el día que más recuerdos me
trae.
P.- Ahora, y tras los
casos de corrupción que han salido a la luz, ¿cree que están
peor vistos los políticos que entonces?
R.- Realmente están muy mal
vistos. Creo que se está haciendo una generalización de lo
que es un fenómeno parcial. El 90% de los políticos son
honrados, pero hay muchísimas ovejas negras, que es lo
triste, y como los jueces son lentos en la tramitación de
los expedientes, pues la cosa se alarga, vuelve a repetirse
el mismo caso y parece que es distinto y que hay más casos
de los que existen. Hay un ritmo lento en la justicia y
parece que constantemente se están produciendo casos nuevos
y no es así. Hay ovejas negras y de eso no hay duda, pero la
generalidad de los políticos es honrada.
P.- Y a nivel político
nacional, ¿qué papel cree que debe jugar Ceuta dentro de
España?
R.- Ceuta tiene que esforzarse
para que se le tenga en cuenta. Ese es uno de los problemas
que yo he tenido y ha sido una lucha constante contra la
ignorancia, el desconocimiento y los recelos, por que cuando
se habla de Ceuta, en muchas ocasiones, se empieza a pensar
en contrabando y en terrorismo. Eso es una cosa que es
difícil de cambiar y que en su lugar sepan que Ceuta es una
ciudad trabajadora, donde la inmensa mayoría de los
ciudadanos no tienen nada que ver con el terrorismo ni
ningún acto delictivo, y donde lo que queremos es procesar.
Pero es difícil, es un muro, y algunas veces lo he vencido,
pero tengo que reconocer que otras he fracasado y lo
lamento.
P.- ¿Cómo se puede vencer
este muro, tan complicado, para que se conozca la realidad
de Ceuta y la de sus ciudadanos?
R.- En mi vida he tenido una lucha
de muchos años y todavía no se conoce... Es triste, pero hay
un concepto muy sesgado de lo que es Ceuta. Incluso el
político de altura te mira como un bicho raro cuando escucha
que vienes de Ceuta. Aunque también hay gente que te acoge
con mucho cariño y conoce lo que es Ceuta. De hecho algún
político me dijo: “No tengas miedo que, mientras haya un
español que ame España, Ceuta seguirá siendo española”. Yo
le dije que no me lo pusiera tan mal porque quedamos muy
pocos (risas). De vez en cuando se encuentra gente que apoya
a la ciudad. Aquel era ministro de Transportes.
P.- Como fundador del
Instituto de Estudios Ceutíes, ¿cree que este organismo
ayuda a que se tenga una mejor imagen de Ceuta y a que se
conozca más su historia?
R.- Sí porque organiza
congresos y actos, y también sus publicaciones llegan a
todos los rincones de España y el extranjero. Además, tiene
contacto con investigadores portugueses y va a haber un
congreso en esa línea. El Instituto de Estudios Ceutíes
trabaja bien y se esfuerza para que Ceuta sea conocida
porque sus congresos siempre giran en torno a la ciudad y la
zona del Estrecho. Con el presupuesto que tiene, hace lo que
puede y lo hace bien.
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