La Biblioteca pública de nuestra ciudad de Ceuta obtuvo a
finales de 2013 el premio internacional obras CEMEX en la
categoría Industrial/Institucional y posteriormente, el
premio Luis M. Mansilla en el Colegio de arquitectos de
Madrid (2014). Este año 2015 no ha sido menos y ha
conseguido el II Premio Europeo de Patrimonio Arquitectónico
AADIPA (Agrupación de arquitectos para la defensa e
intervención del patrimonio arquitectónico). Tirando de
hemeroteca cito textualmente lo que el Jurado señaló de
nuestro lugar de estudio: “una intervención capaz de poner
en valor el patrimonio, estableciendo una perfecta
convivencia con un programa público contemporáneo, y por
construir un nuevo lugar donde la dualidad interior-exterior
se mantiene en el tiempo”.
Efectivamente, la arquitectura de
la Biblioteca es digna de admiración, pero vamos a dar un
paso más. Invitemos a los señores de ese Jurado, a todos los
dirigentes interesados, a los ciudadanos de nuestra ciudad,
y a quien quiera, a adentrarse dentro de esta magnífica
Biblioteca premiada. Observarán cómo un ascensor que le
cuenta las noticias del día los eleva por sus 6 plantas,
cada una de ellas destinadas a un uso concreto. Dentro
podrán ser testigos de cómo la distribución de las salas
armonizan el conjunto arquitectónico ceutí.
Señores visitantes de nuestra
Biblioteca pública, sentirán nada más entrar en sus salas
como el arte contemporáneo se adueña de vuestros sentidos a
través del inmobiliario blanco que refleja la luz del sol e
ilumina cada sala. Mesas redondas con sillas que no pueden
arrimarse debido a su tamaño y que no te permiten tener una
posición erguida, estanterías llenas de libros distribuidas
por toda la sala, (lugar que podrían ocupar más mesas y
sillas –a poder ser cómodas-), enchufes cada 10 metros y no
por cada mesa, y lo más interesante de todo, salas vip
vacías (para quien sea usuario de la Biblioteca, sí, hablo
de la sala transparente de la 3º planta destinada a personas
que según los empleados “no tengan intención de robar ni los
monitores ni los televisores que en ella se encuentran”).
Pero oigan, todo muy armonizado, recuerden que nuestra
Biblioteca tiene premio.
Pero el problema de nuestra
Biblioteca no son las sillas inútiles e insuficientes, no
son las estanterías con los libros que deberían estar en
depósito y no ocupando el sitio de las mesas, no son las
salas vips cerradas, ni los enchufes, ni siquiera el
ascensor que te habla. El problema de esta Biblioteca es que
hay gente.
¿Pero qué se creen esos
estudiantes que acuden a ella? ¡Deberían irse a otro lugar!
Por ejemplo, a la eminente Universidad que tan pocos años
tiene. Pero de nuevo, otro problema, está cerrada. ¿Cómo
podría estar una Universidad abierta en época de
pre-exámenes? ¡Qué barbaridad!
Volvamos a nuestra Biblioteca, la
que tiene varios premios. La misma Biblioteca que por la
tarde cierra tres de sus plantas (2º, 5º y 6º) y deja
abierta las demás. La 1º, lugar donde no cabe ni una familia
que se reúne por Navidad, y las dos restantes (3º y 4º) que
será el lugar que queda para todos los estudiantes de
nuestra querida Ceuta.
Y ahora, demos un paso más y
contemos lo sucedido en el día 31-08-2015, que para quien no
lo sepa, es una semana antes de los exámenes. Hoy, en
nuestra Biblioteca, por falta de espacio, un grupo de
estudiantes se encontraba en la planta 2º, que por cualquier
motivo estaba abierta, cuando de repente, han sido
EXPULSADOS de la sala y por consiguiente de la Biblioteca
por ser un área “reservada a infantil”. El sentimiento de
frustración ha inundado por completo a los estudiantes,
quienes han tenido que volver a casa por no tener un lugar
donde estudiar una semana antes de sus exámenes.
Resulta que una Biblioteca puede
ser bonita, pero sobre todo DEBE ser funcional.
Así, que este es el panorama
que nos encontramos en plena época de exámenes, pero no pasa
nada, sigamos sonriendo porque lo importante no son los
estudiantes, lo importante es que nuestra Biblioteca tiene
un premio.
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