El dinero no es solo el nervio de
la guerra, como decía Napoleón. También lo es de la
política. “Poderoso caballero” en palabras de Quevedo, barre
los frentes y ablanda voluntades abriendo el paso triunfal
de las siglas más generosas. Con todo, en Marruecos su uso
electoral está oficialmente limitado por ley.
Dejando a un lado el Medio y Alto
Atlas así como la mayoría de la campiña donde aun vive el
50% de la población, seis son las grandes regiones en que
las espadas están en alto esperando para caer el veredicto
de las urnas del próximo viernes 4 de septiembre. De norte a
sur y de oeste a este, la lucha electoral se plantea
particularmente cruda entre las 8 primeras formaciones
políticas.
Tánger-Tetuán-Alhucemas, 3,55
millones de habitantes. En Tánger y Alhucemas todo queda en
familia, la “familia” del Partido de la Autenticidad y
Modernidad (PAM). El ubicuo Ilyas El Omari, “l´homme de
menage” de la formación del tractor y nº 2 de la misma, se
presenta a dos bandas: como alcalde en Alhucemas y como
candidato al consejo regional, mientras su hermano Fuad
intenta revalidar la alcaldía de Tánger, motor de la región.
El principal oponente de Ilyas en la región es Rachid Talbi
Alami, ex ministro y ex alcalde de Tetuán por el Encuentro
Nacional de Independientes (RNI), veterana formación
tecnócrata, quien no parece que soltará las riendas
(presidió la anterior región). En Tetuán parte como favorito
Mohamed Idaomar, el alcalde del PJD muy arropado por los
suyos pese a la reciente defenestración política del radical
Amín Boujubza (uno de los históricos fundadores del PJD),
quien se batirá fundamentalmente contra los representantes
del PAM, Afailal y del Istiqlal (Independencia), Abroum, dos
conocidas caras del mundo empresarial.
Rabat-Salé-Kenitra, 4,58 millones
de habitantes. En la capital política del Reino y sus
populosos aledaños de Salé, sita en la margen derecha del
Bou Regreg y en la cercana Kenitra, 30 kms. más al norte, la
competición es particularmente reñida. El PJD sale en cabeza
con Abdelaziz Rebbah, ministro de Equipamiento y Transporte
y alcalde de Kenitra, que luchará por los sillones de la
ciudad y el consejo regional, teniendo como principal
oponente al veterano Driss Radi, de la Unión Constitucional
(UC). En Rabat y tras la retirada del socialista (USFP)
Fathallah Oualalou, el PJD presenta a Abdelali Hamieddine,
hombre de confianza de Benkirán mientras que PAM ha escogido
a Mehdi Bensaïd, actual presidente de la Comisión de Asuntos
Exteriores de la Cámara de Representantes (Cámara Baja o
Senado). Pero la novedad en liza en Rabat es Omar Balafrej,
histórico socialista que ha apostado por el pequeño pero
corajudo PSU (Partido Socialista Unificado) de Nabila Mounib,
encabezando la lista de la nueva Federación de Izquierda
Democrática (FGD). En la cercana Temara, ciudad dormitorio
de la capital, Younes Sekkouri encabeza la lista del PAM.
Fes-Mekinés, 4,23 millones de
habitantes. Son tres los mosqueteros que velan sus armas.
Quien se juega su futuro inmediato es el actual alcalde Fes
y patrón del Istiqlal, Hamid Chabat, quien opta por su
reelección en la imperial ciudad y el sillón de la histórica
región, siendo su mayor problema las deserciones en el seno
de su partido, nada contentos con sus tejemanejes. El
maniobrero Chabat se enfrenta a dos bandas: el PJD que
presenta al ministro delegado Driss El Azami El idrissi,
natural de Fes y con un perfil tecnócrata más que islamista
y, por otra parte, el harakí Mohamed Ouzzine, ex ministro de
Juventud y Deportes hasta enero, quien además se presenta
como alcalde para su villa natal de Oued Ifrán por las
siglas bereberes del Movimiento Popular.
Gran Casablanca-Settat, 6,86
millones de habitantes. En la capital económica y populosa
región, la más poblada del Reino, batirán sus opciones
cuatro pesos pesados: el PJD lanza al ruedo al ministro
Abdelaziz El Omari, dos ex ministros, Yasmina Baddou (Istiqlal)
y Moncef Beljatat (RNI), entran en liza mientras que la
Federación de Izquierda Democrática (FDG) juega su suerte
con Nabila Mounib, secretaria general del PSU y emblemática
figura de la oposición.
Marrakech-Safi, 4,52 millones de
habitantes. En la ciudad ocre y su región es el PAM,
oficiosamente “el partido del Rey”, el que apuesta el todo
por el todo: como alcaldesa intentará repetir su mandato la
mediática Fátima Zahra Mansouri, mientras que a la región se
presenta un antiguo ministro de Educación Nacional vinculado
al gabinete real, Ahmed Akhchichen. El RNI lleva en sus
listas a Abdelaziz El Banine, mientras que el Istiqlal
intenta recuperar terreno con tres de sus pesos pesados:
Abdelatif Abdouh, Hassan Naouar y Younes Boussekssou. El PJD
por su lado intenta batir a sus oponentes en la región con
Larbi Belcaid.
Agadir-Sous Massa, 2,67 millones
de habitantes. La situación política es muy fluida, con el
ex socialista y ahora independiente Tariq Kabbage, ex
alcalde de Agadir apoyado por la USFP y el PJD, que parte
como favorito. Enfrente tiene a Lahcen Bijdiguen (RNI) y
Hamid Ouabhi (PAM), mientras que el PJD presenta a Oubari
por la región y a Saleh Malouki para la ciudad de Agadir.
Desde el gobierno, los islamistas
parlamentarios de Partido de la Justicia y el Desarrollo
(PJD) han puesto en línea toda su maquinaria electoral para
afrontar el envite. El Otmani, ex ministro de Exteriores
dimitido en circunstancias poco claras, ya ha señalado al
punto de retirarse de candidato regional que “el PJD será
importante en el gobierno o en la oposición, mientras que el
jefe de Gobierno, el incombustible Abdelilah Benkirán, ha
advertido reiteradamente que, de continuar con su programa
político, su vida correría peligro. Gravísimas palabras. En
sí mismas y por lo que apuntan. ¿Acaso existe en Marruecos
una trama secreta capaz de atentar contra el jefe de
Gobierno...? Benkirán conserva su popularidad y no para de
recorrer el país de cabo a rabo: si el sábado estaba en el
noreste, en Ujda, al lado de la frontera argelina, hoy
domingo ya había bajado al sur, hasta Agadir. Un intenso
maratón que aguanta del tirón, sin desmayo.
Haya salud.
Visto.
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