El puerto de Ceuta no estaba
registrando ayer precisamente una afluencia masiva de
tránsito de viajeros de la fase de retorno de la Operación
Paso del Estrecho, tal y com había sido prevista por la
Dirección General de Protección Civil y Emergencias del
Ministerio del Interior.
A primeras horas de la mañana
estaba todo más que tranquilo en la zona de preembarque para
Algeciras para personas y vehículos procedentes de Marruecos
dentro del dispositivo OPE.
Esperando al barco de
Trasmediterránea que zarparía en torno a las 13.00 horas,
pocos vehículos se veían. Hasta los jóvenes que venden el
paquete de telefonía móvil de Lebara señalaban la escasa
afluencia de personal.
La zona estaba prácticamente
vacía, pero “en unos minutos se puede llenar”, explicaban
Antonio y Bilal, empleados de Trasmediterrána, encargados de
facilitar las tarjetas de embarque a aquellas personas que
van acercándose en sus vehículos de manera más que
paulatina.
La mayoría ya traen sus billetes
para embarcar adquiridos en Marruecos, pero también hay
quien los compra en agencias de viajes ubicadas en el
entorno portuario.
Antes de llegar a la zona de
preembarque, un control de la Guardia Civil, compuesto por
dos unidades, para a los vehículos de forma que se han de
someter a una inspección previa para evitar problemas
posteriores. Además, los agentes también están atentos a que
se cumplan las normativas vigentes en cuanto a controles de
alcoholemia y drogas para los conductores de los vehículos
que se aproximan al puerto de Ceuta.
En general, las personas que van
llegando en sus vehículos, casi todos con niños a bordo, se
muestran muy reacias al contacto con la prensa.
No suelen facilitar sus nombres, a
excepción de una joven madre que viaja con su hijo. Se llama
Nisrike y su pequeño es Hamssa: “el día diez de agosto
cumplí siete años”, señala el pequeño, orgulloso.
Vienen de Tetuán, donde han pasado
un mes de vacaciones y se dirigen hacia Barcelona, al igual
que todas las personas entrevistadas.
También se dirige a Barcelona un
soldador, que viaja con su esposa y sus hijos. Han pasado un
mes en Larache y están contentos por cómo lo han pasado
estos días.
También van a Barcelona un
empresario y su esposa, con tres hijos pequeños. Han estado
en una pequeña población marroquí que se encuentra entre
Larache y Xaouen, Beni Aroz.
Prácticamente todos los que iban a
embarcar en el buque de Trasmediterránea que zarpaba a las
13.00 horas tenían como destino Barcelona.
En todo caso, la situación era de
calma total. El propio delegado del Gobierno, Nicolás
Fernández Cucurull, supervisó el dispositivo previsto en
torno a la fase de retorno de la Operación Paso del Estrecho
el pasado viernes, visitando la torre de control de
Capitanía Marítima del puerto de Ceuta.
En el control de la Guardia Civil
previo al embarque, la situación era de calma total, lo que
permitía que los agentes pudieran inspeccionar los vehículos
que se iban aproximando esporádicamente con detenimiento.
El servicio cinológico de la
Guardia Civil tenía allí destinado al perro ‘Quique’, un
labrador negro muy afable y noble, pero al que no se le pasa
ni una.
Los agentes indicaron que de vez
en cuando localizan algún tipo de transporte de droga, pero
que en líneas generales la situación es tranquila, lo que
les permite que su trabajo sea más concienzudo si cabe.
Por otra parte, hay que
señalar que la fase de retorno, que iba a concluir
oficialmente el día 15 de septiembre, será ampliada, a
petición de la Unión Federal de Policía. En efecto, la UFP
había solicitado que se ampliara el dispositivo dispuesto
para la OPE hasta la finalización de la fiesta musulmana
“del cordero”, que concluirá a principios de octubre.
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