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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 26 DE AGOSTO DE 2015

 
OPINIÓN / COLABORACION

Fuentes históricas del corsario “Desnarigado”

Por Francisco José Fernández Andújar


Al sur del Monte Hacho, en la costa sureste de Ceuta, se encuentra una conocida cala, denominada con frecuencia como la “Playa de la Pota”, en recuerdo de la antigua potabilizadora, que se encontraba por allí. Sin embargo, tiene otro nombre, como es conocida oficialmente, que es el de la Cala del Desnarigado, y por eso mismo, la pequeña fortificación que se encuentra dominando la zona, recibe el nombre del “Castillo del Desnarigado”. No han faltado proyectos turísticos que han usado ese mismo nombre, por el atractivo de la pequeña leyenda que guarda esa área.

Julio Contreras Gómez se encargó de organizar la recuperación de aquella antigua fortificación que a lo largo del tiempo tuvo un accidentado recorrido en su uso y conservación. Es así como se convirtió en el museo militar que es hoy día. Contreras publicó un libro explicando la historia del castillo y la nueva organización del nuevo museo, y es en sus páginas donde encontramos la mayoría de las leyendas que circulan hoy sobre un temible corsario que anduvo por las costas de Ceuta. Cita a Mascarenhas y a la obra de Manuel Criado y Manuel Ortega, que relatan el episodio de un pirata conocido como “El Desnarigado”, por la ausencia de su nariz, que realizó en mayo de 1417 una osada operación nocturna contra los portugueses, capturando a numerosos guardias y vigías alrededor de la cala y del Monte Hacho, escapando posteriormente con numerosos prisioneros cuando, por fin, los cristianos dieron la alarma y organizaron una persecución por mar con un desigual resultado.

Julio Contreras informa que un “experimentado” submanirista, cuyo nombre no recuerda (¿quizás Juan Bravo o alguien de su entorno?), le transmitió oralmente el relato que leyó en alguna ocasión, que tampoco recuerda dónde. Ahí habla de los orígenes de aquel pirata, un esclavo que supuestamente trabajó en las minas del Rif y que por ello se le cortó la nariz, práctica habitual para marcar a los esclavos de las minas en aquella época y ser identificados en caso de fuga. Relata asimismo que, tras huir junto a un grupo de seguidores, se echó a la piratería con tres pequeños barcos y estableció su base de operaciones en la mencionada cala de Ceuta, antes de la conquista portuguesa de la ciudad norteafricana. Contreras se muestra convencido que el Desnarigado vivió anteriormente por esta cala, o al menos la surcó en numerosas ocasiones. Supone que su ataque nocturno, de gran osadía, no se podía realizar ante una costa tan escarpada y defendida por recientes conquistadores, y menos aún, que se hubiera atrevido a tan siquiera idear, pensar, proyectar y planear la operación, salvo que supiera muy bien lo que estaba haciendo. Esta lógica hace que se reivindique como una figura propia de Ceuta, si bien las fuentes históricas conocidas solo entran en el detalle de su aparición y ataque en 1417, sin especular ni afirmar la posibilidad de que viviese en esta zona antes de 1415, año de la conquista portuguesa de Ceuta. Por ello, se trata tan solo de una especulación lógica que necesitaría alguna confirmación documental, ya que la motivación de aquel ataque corsario podría deberse a otros factores, como por ejemplo la guía de antiguos habitantes, la pericia de los corsarios y/o su desesperación ante la necesidad de conseguir un botín rápido. Por el momento, no hemos localizado el texto que leyó el submanirista, que sería de extraordinaria importancia.

Otro conocido libro contemporáneo es el mencionado trabajo de Manuel Criado y Manuel Ortega, que presenta un relato semejante sobre este pirata basado en una crónica que se ha ido convirtiendo, quizás, en el gran clásico de la historia de Ceuta, escrita ya en la época del Antiguo Régimen -siglo XVII-: Jerónimo Mascarenhas. Contreras está convencido que estos autores del siglo XX siguen prácticamente el relato de Mascarenhas, pero debemos mostrar dudas, ya que comete dos contradicciones casi insalvables con la versión del cronista hispano-luso. Una es que Mascarenhas afirma que Fernando Barreto no pudo alcanzar a los corsarios, mientras que en Criado-Ortega se afirma con mucha firmeza que Barreto rescató a todos los prisioneros. Asimismo, Criado-Ortega citan al adalid Alfonso Muñoz, que en Mascarenhas no se menciona en ningún momento durante los pasajes del Desnarigado. Finalmente existen en la actualidad artículos en los periódicos locales de Ceuta sobre este corsario, destacando los trabajos de Francisco Sánchez Montoya. Otro de estos artículos es el escrito por Manuel García de la Torre en los años ochenta y que fue bastante primerizo; pero sin embargo, debemos indicar que el articulista cita a Alejandro Correa de Franca como un cronista que relata las andanzas del Desnarigado, lo cual resulta extraño, pues Correa de Franca nunca menciona al corsario, por lo que creemos que lo confundió con la crónica de Mascarenhas, al ser los dos grandes cronistas de habla castellana de la ciudad de Ceuta, si bien uno es del siglo XVII y otro del XVIII. Señalamos que Correa de Franca solo escribe unas referencias sobre la fortificación y batería que recibió el nombre del Desnarigado, y no habla del origen de tal denominación, como ocurre en otros autores. Tal es el caso de Lucas Caro, que además de mencionar la existencia del Castillo del Desnarigado, señala que antiguamente la fortificación era denominada “Finisterre”.

Jerónimo de Mascarenhas es figura clave en la historiografía de Ceuta, y curiosamente, también para la historia del Desnarigado. Suele ser el autor más citado, y, en general, se le atribuye ser la fuente más antigua conocida sobre este episodio. Pero solo en las crónicas de habla castellana, porque existen fuentes portuguesas anteriores, que sin duda inspiraron a Mascarenhas, de origen portugués, pero partidario de la unificación hispánica, por lo que se decantó por el bando español. El relato de Mascarenhas se resume en un ataque corsario con la toma de numerosos prisioneros, distribuidos en las tres embarcaciones piratas, escapando cuando se da la alarma, por lo que sale una nave cristiana en su persecución, pero no con el objetivo de capturar a los piratas, sino de entretenerlos en el mar hasta la llegada de refuerzos, maniobra que tiene éxito. Cuando llega todo el apoyo, los corsarios quieren huir, pero entonces el Desnarigado, en un gesto que le valió la admiración cristiana, los alentó a la pelea, de tal manera que los corsarios plantaron cara, con un resultado más bien adverso. El Desnarigado y su nave consiguió escapar, pero no consiguieron hacerlo las otras dos que le acompañaban, resultando que en una de ellas se ejecutaron a todos los prisioneros cristianos, y en la otra se salvaron todos. Pero el relato de Mascarenhas no termina en este episodio, porque continúa con otra operación marítima, en la que se armaron “tres grandes fustas” con la mejor y más valiente gente musulmana de la zona del Estrecho. Fueron los capitanes de estas tres embarcaciones: primero, el Desnarigado; segundo, Abenzagao; y por último, Bucar Candil. Pedro de Meneses, el gobernador portugués de Ceuta, preparaba una propia operación de pillaje contra embarcaciones localizadas en la zona de Málaga con tres fustas propias, y durante la navegación se encontraron por casualidad, en la punta de Bullones (Beliones), con la flota berberisca, que entonces tenían otras tres naves de refuerzo, entablandose así un duro combate. A pesar de la desventaja cristiana, la actuación agresiva de los cristianos consiguió desequilibrar la lucha, arrollando a los musulmanes con la acción del resto de la flota portuguesa. Tras vencer y acabar con sesenta enemigos, cuatro de ellos muy famosos, según Mascarenhas, pero no señala si el Desnarigado estaba entre ellos. Este es el relato histórico más popular sobre el Desnarigado que se recoge en las fuentes, pero resultaba extraño que un autor como Mascarenhas, del siglo XVII, conociera esta historia en una ciudad con muy pocas familias, que no echaban raíces y que por ello debía limitar las posibilidades de la transmisión oral que vemos en otras localidades. Resultaba sospechoso que se conservara en el tiempo, indicando la posibilidad de la existencia de una fuente aún más antigua, probablemente de origen portugués o árabe. Por lo que buscando, con alguna ayuda del actual cronista oficial de la ciudad de Ceuta, señor d. José Luis Gómez Barceló, que indicó el título más probable, resultó que se pudo encontrar uno de esos relatos, que es casi de la misma época de lo que aconteció en la costa ceutí.

La fuente localizada pertenece a Gomes Eannes de Zurara, quien los actuales investigadores dan por hecho que conoció directamente a muchos de los participantes de la toma de Ceuta y de su posterior gobierno, al ser un autor que vivió en el siglo XV en medio de la corte real y la aristocracia, poco después de la conquista de la ciudad africana. Aunque no fue testigo personal de los hechos que relata, como le ocurre a la inmensa mayoría de los historiadores, estamos seguros que sus relatos se deben a los testimonios orales de primera mano que debió escuchar. Es en su crónica, escrita aproximadamente cuarenta años después de la toma, donde aparece por primera vez, según lo que sabemos, el Desnarigado, con la versión portuguesa de su apodo: O Esnarigado. Pero no aparece en su famosa -entre los historiadores ceutíes- “Crónica de la Toma de Ceuta”, sino en la biografía que escribió sobre Pedro de Meneses, escrita en 1463. En sus páginas lanza incluso datos sorprendentes aún no conocidos hoy, tal como que el Desnarigado tenía un hijo llamado Bemirgáo, al final del capítulo XXIII del Primer Libro, y en el LXI, que menciona que en las luchas tal hijo se asemejaba mucho a su padre. El relato principal, sin embargo, aparece en el capítulo XLI, semejante al de Mascarenhas, que sin duda se inspira en esta fuente. En el capítulo X del Segundo Libro aparece una larga descripción de la feroz batalla naval entre unas tres fustas portuguesas con la misión dada por Pedro de Meneses de piratear por las costas malagueñas, contra una flota fuertemente preparada por los musulmanes para responder a los contínuos daños por mar que estaban recibiendo durante aquellos tiempos, llegando a armar seis fustas (tres de ellas posteriores y de refuerzo, como indica también Mascarenhas), todas de Tánger, excepto una, que era de Arcila, y que nombraron como capitanes a sus tres hombres más famosos e importantes: los ya mencionados Esnarigado, Abenzagaõ y Bocar Caudil. Una dura lucha que se inició por un encuentro casual y fortuito, por la noche, donde los musulmanes sufrieron una gran mortandad, a pesar de estar en superioridad numérica, muriendo entre ellos cuatro grandes hombres, como ya indicó Mascarenhas. Después de este largo relato no hay ninguno más del Desnarigado en las páginas de Eannes, lo que da pie a especular que el Desnarigado estaba entre esos cuatro grandes hombres, teniendo en cuenta, también, que Bocar Caudil parece que sí sobrevivió, por lo que la lista se va cerrando.

Finalmente, existen estudios contemporáneos en la historiografía portuguesa que tratan el tema de los cronistas o de la piratería berberisca, donde mencionan las actividades del “Esnarigado”, sobre todo usando como fuente principal a Eannes de Zurara. Tal es el caso de Abel dos Santos Cruz o de Daniel Augusto Arpelau Orta, o los artículos de difusión de Frederico Mendes Paula en su más que interesante y aportador blog. En el caso español, cuya fuente principal es Mascarenhas, además de los ya mencionados García de la Torre y Francisco Sánchez Montoya, hay otro artículo de Julio Contreras Gómez que escribió para Cuadernos del Revellín, en su número 14, sobre la fortificación que ahora es Museo Militar, aparte del libro que mencionamos anteriormente. Fortificación y cala cuyo nombre ha ayudado a muchos ceutíes a tener presente esta memoria pequeñita y desconocida de nuestras costas que, sin embargo, puede ofrecernos nuevos datos sobre nuestra historia, tales como el problema de la piratería berberisca, la importancia del control del Estrecho para hacer frente a la actividad corsaria, la organización de flotas corsarias por los portugueses y cristianos (otro tema aún poco estudiado), la importancia de las características físicas de nuestras costas para el desarrollo histórico, el carácter y naturaleza de las encaramuzas y enfrentamientos navales, el modo y las estrategias de ataque y defensa en Ceuta, la transmisión oral y su problemática en la historia, y otros muchos temas de nuestro pasado, que tanto nos puede decir sobre nuestro presente y actualidad.
 

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