Todo esto va a ayudar, un poco
más, a que los enemigos de la fiesta de los toros se vuelvan
cada vez más obtusos y reacios a que la fiesta se siga
celebrando.
Sin embargo y hay que decirlo, de
antemano, esas carreras de reses sueltas por las calles no
son la verdadera fiesta de los toros, porque lo primero que
hay es que muchas de esas carreras no están reguladas, no
hay en ellas un control riguroso y como se mete en ellas
todo el que quiere y, a veces, en unas condiciones no aptas
para mantenerse en pie, por sí solos, con lo que llegan los
accidentes con tanta frecuencia y con tantos problemas para
la integridad física de muchos de ellos.
Los encierros por excelencia en
nuestra geografía son los de Pamplona y ahí, con accidentes
y todo, pocas veces hay tantos problemas como ha habido este
verano en multitud de ciudades y pueblos en Castila-León, en
Levante y en otras partes.
Ante tanta tragedia y para evitar,
en parte, accidentes, San Sebastián de los Reyes, a unos 20
kilómetros de Madrid, en sus encierros de estos días y para
que a ellos vayan muchos menos de los que iban otros años,
en malas condiciones, a las 8 de la mañana, como
prolongación de la”larga noche” y el alcohol, ha decidido y
así se están celebrando, retrasar tres horas el comienzo del
encierro. Todos saldrán ganando, los que han bebido mucho, a
esa hora se habrán ido a “dormir la mona” y los corredores
de verdad no serán obstaculizados por esos “patanes” del
alcohol que no sabían a donde iban, ni a qué se estaban
arriesgando.
Pero volviendo al principio, hay
que recordar que la fiesta de los toros es otra cosa y si en
una circunstancia y en otra hay riesgos, en un festejo
regulado se sabe quien actúa, se sabe como hay que actuar y
son profesionales los que están en el ruedo.
El riesgo lo hay, como lo hay para
un conductor de autobuses, pero es distinta la misión y la
formación de un conductor de autobuses que la de “un niñato”
que coge el volante para hacer varios “derrapes” ante los
amigos y luego presumir de saber derrapar.
Eso es lo que, como comparación,
hay en la fiesta de los toros, el profesional aun sabiendo
lo que hace puede sufrir un serio percance, como el de
Francisco Rivera Ordóñez, hace muy pocos días en Huesca,
pero él sabía a qué se arriesgaba, en tanto que muchos de
los que entran en un encierro y con un poco de alcohol, van
a la ventura y ..., que luego ocurra lo que tenga que
ocurrir.
Es cierto, y vuelvo al comienzo,
que esto parece que les da pie a los “anti” para clamar
contra la fiesta de los toros, una fiesta controlada y
regulada, a pesar de los muchos errores que se den en ella.
Ahora bien, los errores que hay
ahí los detectamos y los rechazamos quienes conocemos lo que
es la fiesta, no esos que hablan de “mal trato” sin conocer
lo que es un toro de lidia, sin saber los terrenos que se
pisan y sin que distingan una banderilla de un estoque,
pongamos por caso.
Con la temporada ya muy
avanzada, lo cierto es que, este año ha habido más
accidentes en esas carreras no reguladas que en todos los
espectáculos que se han dado en ferias o fiestas de pueblos
y ciudades, festejos en los que sí hay riesgos, en los que
sí hay problemas y accidentes, pero donde se sabe lo que hay
y lo que puede haber a lo largo de cada uno de los festejos
que allí se dan, por lo que cada uno sabe lo que tiene que
hacer.
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