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OPINIÓN - MARTES, 25 DE AGOSTO DE 2015

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Tragedia en los encierros descontrolados
 


Jesús Carretero
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Todo esto va a ayudar, un poco más, a que los enemigos de la fiesta de los toros se vuelvan cada vez más obtusos y reacios a que la fiesta se siga celebrando.

Sin embargo y hay que decirlo, de antemano, esas carreras de reses sueltas por las calles no son la verdadera fiesta de los toros, porque lo primero que hay es que muchas de esas carreras no están reguladas, no hay en ellas un control riguroso y como se mete en ellas todo el que quiere y, a veces, en unas condiciones no aptas para mantenerse en pie, por sí solos, con lo que llegan los accidentes con tanta frecuencia y con tantos problemas para la integridad física de muchos de ellos.

Los encierros por excelencia en nuestra geografía son los de Pamplona y ahí, con accidentes y todo, pocas veces hay tantos problemas como ha habido este verano en multitud de ciudades y pueblos en Castila-León, en Levante y en otras partes.

Ante tanta tragedia y para evitar, en parte, accidentes, San Sebastián de los Reyes, a unos 20 kilómetros de Madrid, en sus encierros de estos días y para que a ellos vayan muchos menos de los que iban otros años, en malas condiciones, a las 8 de la mañana, como prolongación de la”larga noche” y el alcohol, ha decidido y así se están celebrando, retrasar tres horas el comienzo del encierro. Todos saldrán ganando, los que han bebido mucho, a esa hora se habrán ido a “dormir la mona” y los corredores de verdad no serán obstaculizados por esos “patanes” del alcohol que no sabían a donde iban, ni a qué se estaban arriesgando.

Pero volviendo al principio, hay que recordar que la fiesta de los toros es otra cosa y si en una circunstancia y en otra hay riesgos, en un festejo regulado se sabe quien actúa, se sabe como hay que actuar y son profesionales los que están en el ruedo.

El riesgo lo hay, como lo hay para un conductor de autobuses, pero es distinta la misión y la formación de un conductor de autobuses que la de “un niñato” que coge el volante para hacer varios “derrapes” ante los amigos y luego presumir de saber derrapar.

Eso es lo que, como comparación, hay en la fiesta de los toros, el profesional aun sabiendo lo que hace puede sufrir un serio percance, como el de Francisco Rivera Ordóñez, hace muy pocos días en Huesca, pero él sabía a qué se arriesgaba, en tanto que muchos de los que entran en un encierro y con un poco de alcohol, van a la ventura y ..., que luego ocurra lo que tenga que ocurrir.

Es cierto, y vuelvo al comienzo, que esto parece que les da pie a los “anti” para clamar contra la fiesta de los toros, una fiesta controlada y regulada, a pesar de los muchos errores que se den en ella.

Ahora bien, los errores que hay ahí los detectamos y los rechazamos quienes conocemos lo que es la fiesta, no esos que hablan de “mal trato” sin conocer lo que es un toro de lidia, sin saber los terrenos que se pisan y sin que distingan una banderilla de un estoque, pongamos por caso.

Con la temporada ya muy avanzada, lo cierto es que, este año ha habido más accidentes en esas carreras no reguladas que en todos los espectáculos que se han dado en ferias o fiestas de pueblos y ciudades, festejos en los que sí hay riesgos, en los que sí hay problemas y accidentes, pero donde se sabe lo que hay y lo que puede haber a lo largo de cada uno de los festejos que allí se dan, por lo que cada uno sabe lo que tiene que hacer.
 

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