El servicio de Radioterapia es una
de las grandes asignaturas pendientes para la sanidad ceutí.
Poder contar con el servicio en la ciudad, supone además de
una atención más directa a los pacientes, otorgarles más
dignidad a aquellos que en los peores momentos de una cruel
enfermedad se ven obligados a tener que coger un barco para
poder recibir su tratamiento y luego regresar a sus casas
hechos trizas para recomponerse de un viaje demasiado
incómodo y molesto. Desde distintos colectivos y partidos
políticos se ha presionado al Ingesa y al Gobierno para
instaurar este servicio en la ciudad. Sin embargo, el dinero
es la barrera insalvable que se pone para asegurar que es
inviable contar con el tratamiento de Radioterapia en el
hospital ceutí.
Ahora, con la llegada de un
nuevo oncólogo al Hospital Universitario, se reabre el
debate. Y es que, los facultativos apuestan por contar con
este servicio y esperan verlo funcionar algún día. Ellos son
testigos de excepción de la alta factura que pagan los
pacientes por recibir este tratamiento fuera y tener que
enfrentarse al barco, incluso con temporal, para poder ser
atendidos. La dignidad de estas personas no debe cifrarse en
euros y ya es momento de exigir todos a una que llegue este
servicio a la ciudad. Da igual el número de pacientes que
tengan que utilizarlo, pero es esencial que estos tengan la
posibilidad de ser asistidos en su ciudad. Esta es una
consecuencia de la extrapeninsularidad que nadie debería
pagar y menos los más indefensos, los enfermos de cáncer que
lo que necesitan del Estado no es que haga números sino que
responda y ofrezca la mejor atención. Cueste lo que cueste.
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