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Hace cinco años todo hacía
pensar que 2015 iba a ser un año muy especial para Ceuta y
sus ciudadanos. En esta fecha se conmemora la llegada de los
portugueses, la conquista de la ciudad y la entrada en la
época moderna que ha llevado a los ceutíes a ser la
comunidad multicultural de la que hoy se hace gala. El
Gobierno creyó que para resaltar este aniversario había que
trabajar y hacerlo con antelación. Y para ello decidió crear
la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015. En julio de 2010
se aprobaba así en pleno, con los votos de PP, PSOE e IU, la
creación de la fundación a la que ya entonces se oponía UDCE
criticando que se conmemorara una conquista bélica. Sin
embargo, eso no fue óbice para comenzar a trabajar y
entablar relaciones con Portugal para que 2015 fuera un año
lleno de actividades y grandes actos con repercusión
nacional e internacional. El objetivo era poner el foco
sobre Ceuta y aprovechar para dar a conocer su
multiculturalidad. Asimismo, desde el Ejecutivo de Juan
Vivas insistieron en que esta conmemoración se quería hacer
desde la laicidad de la historia. Una postura que han
defendido a capa y espada hasta que, a finales de 2014 y con
la vista puesta en las elecciones de mayo de 2015, se tomó
una decisión radicalmente opuesta: disolver la fundación.
Los motivos alegados eran económicos. Sin embargo, no dejó
de sorprender a propios y extraños que se diera carpetazo al
trabajo y que, a partir de entonces, se dejara de hablar de
la conmemoración de la conquista como si fuera un tema tabú.
Postura que ha llamado la atención, más si cabe, el día 21,
el de la conquista. Un día en el que la Ciudad Autónoma se
ha pronunciado a través de un comunicado y escasas palabras
de su portavoz haciendo de esta una conmemoración
descafeinada y perdiendo la oportunidad de promocionar
Ceuta.
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OPINIÓN / EDITORIAL
