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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 19 DE AGOSTO DE 2015

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

Cobardía política

Por Jesús González


Tal vez no les falte razón a quienes identifican la cobardía política con el ‘apaciguamiento’. En la historia reciente tenemos algún caso de cobardía política o, llamémosle, ‘apaciguamiento’, como se quiera. Pero lo cierto es que fue funesto y condujo a un desastre sin parangón alguno. Se cede pensando en que nos lo agradecerán. Que llegado el momento, ellos, los otros, también cederán, y aquí paz y después gloria. El que cede suele ser considerado, en no pocas ocasiones, por los otros, como un débil, no como poseedor de una rara habilidad. Acaso el problema no esté en ceder, sino ante quien se cede. Es obvio que no todos saben apreciar el valor de ceder. Esos son, precisamente, ante quienes nunca se debe ceder. Esos creen que el que cede no tiene el valor suficiente para llevar a cabo lo que, en realidad, querría hacer.

Allá, a finales del mes de junio de este año, visitó Ceuta el cónsul general de Portugal para Andalucía, Ceuta y Melilla, Jorge Manuel de Cunha Monteiro, y dejó algunas ‘perlas’ que, en esta hora, es de justicia rescatar. Así, dijo que “Es un orgullo y un honor visitar Ceuta. Portugal siempre ha tratado a Ceuta con particular cariño”. La fecha del VI Centenario es “historia universal”, afirmó el cónsul. Asimismo, el cónsul portugués hizo alusión a que la ciudad “ha conservado y bien cuidado los símbolos de Portugal”, y ello “nos enorgullece”. Cunha Monteiro puso el acento, de la relación histórica de Ceuta con Portugal, cuando recordó que el 10 de junio se inauguró en Oporto, cuna de Enrique el Navegante, una magna exposición, con motivo del Día de Portugal, centrada exclusivamente en la historia de la “llegada” de los portugueses a Ceuta. Obsérvese que el propio cónsul utiliza la palabra “llegada”, en vez de “conquista”. Bien sabe el cónsul que en el original portugués es la “Tomada” de Ceuta. En esta declaración, y no solo en esta, apuntó maneras de buen discípulo de lo políticamente correcto. Finalmente, y, a este respecto, el cónsul enfatizó que en 2016 la exposición se trasladará a Ceuta en donde permanecerá durante cierto tiempo. “Seguro que va a traer a mucha gente”, apostilló el cónsul. ¿Entre esa “mucha gente” se contarán quienes se han opuesto visceralmente a ‘conmemorar-celebrar’ la ‘llegada-conquista’ de los portugueses? Pregunto.

Por otro lado, Cunha Monteiro fue de lo más políticamente correcto cuando puso de relieve que todo este “acervo cultural e histórico se ve reforzado y enriquecido” por la convivencia ejemplar de las diferentes culturas y religiones que conviven en Ceuta. Esta declaración no pasa de ser un lugar común que no aporta nada sustantivo cuando, en estos días, hacemos referencia a cualquier lugar en el que coexisten, pues eso, diferentes culturas, etnias, razas y religiones. ¿Qué se va a decir?, pues lo que ha dicho el cónsul. Es una muletilla para alabar y dar pábulo a las sociedades multiculturales, multirraciales, multiétnicas y multirreligiosas. Respecto de Ceuta, no acierta el cónsul, pues no pocos miembros destacados y sus seguidores de una de las culturas –la islámica– que convive en nuestra ciudad se oponen radicalmente a celebrar el “acervo cultural e histórico” al que se refiere Cunha Monteiro. El caso es que ninguna nación nace multicultural. El llamado ‘multiculturalismo’ es una situación no natural, sino artificial, y casi nunca es virtuoso en cuanto que en el seno de esas sociedades multiculturales, debido a su propia naturaleza e idiosincrasia, surgen fuerzas opuestas que, por serlo, podrían arruinar, de algún modo, la convivencia. El multiculturalismo es, a todas luces, una utopía, una nueva forma de religión laica, cuyos apóstoles hacen referencia a una sociedad cuyo dogma iniciático es la ‘integración’ para ‘convivir’ en paz. Por tanto, de ahí los lugares comunes al referirse a la convivencia ejemplar en esas sociedades multiculturales. Mucho bla, bla, bla, para no decir nada sustantivo.

Como no podía ser de otra manera, visto lo visto, el cónsul portugués hizo alusión a la disolución de la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015. A este respecto, restó importancia a la citada disolución de la Fundación Crisol de Culturas, de la que dijo que ha hecho un trabajo de importancia desde 2010 y enmarcó su desaparición en un “acto soberano” de las autoridades ceuties por el que mostró su “respeto”. ¿Qué podía decir el cónsul para salir airoso de ese amargo cáliz? Pues lo que dijo. Lo que se dice en estos tiempos multiculturales y políticamente correctos.

A estas alturas, nada sabemos en qué va a consistir, el 21 de agosto, la conmemoración-celebración de la llegada-conquista de los portugueses. Hasta la fecha, aparte de aquel Festival Sete Sóis Sete Luas (FSSSL), música y gastronomia portuguesas, que tuvo lugar en la plaza Nelson Mandela a mediados del pasado mes de julio, tan solo se sabe que este 21 de agosto el Centro Gallego de las Murallas Reales acogerá el llamado ‘Salazón Fest’ (Festival Internacional de Salazón), en el que se promocionará “los salazones de Ceuta en un menú degustación con salazones de pescado de Portugal”. “Ofrecemos, dice Keke Raggio, presidente del Proyecto Salzone, doce platos de salazón con doce vinos, seis de España y seis de Portugal”. Habrá música tradicional como flamenco y fado. Y eso parece ser todo respecto de la conmemoración de la conquista de Ceuta por los portugueses. Al menos, que yo sepa, hasta el momento el alcalde Vivas no ha hecho pública ninguna declaración de intenciones sobre en qué va a consistir la conmemoración del VI Centenario.

Este VI Centenario de la “Tomada de Ceuta” se ha ido diluyendo como un azucarillo en un vaso de agua. Arrancó hace cinco años con mucha fuerza y muchas ilusiones. En el proyecto que se ideó, la Fundación Ceuta Crisol de Culturasl 2015, se implicaron personas de relieve, y fue llevada y paseada por España y Portugal. Recuérdese la inestimable colaboración del profesor Carmona Portillo, así como la del presidente del Senado, Pío Escudero, el esfuerzo del mismo Jesús Fortes, presidente de la Fundación, el cónsul de Portugal en Andalucía, Ceuta y Melilla, Cunha Monteiro, el cónsul honorario de Portugal en Ceuta, José Ríos Claros, la colaboración de la Casa de Ceuta en Algeciras, los Alcázares de Sevilla y el Hotel Ulises, de Ceuta, que pusieron sus instalaciones para mayor gloria de la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015. Todo ello para llegar al 21 de agosto y degustar unos pescados en salazón y unos vinos, por mucho respeto que se pueda tener al arte culinario.

Llegados a este punto, quien no haya visto claro que el autor de todo este desaguisado –del fracaso de la celebración del VI Centenario y, por ende, de la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015– es el alcalde Vivas, con su ‘apaciguamiento’, al ceder ante quienes nunca le agradecerán su cobardía política, es que mira para otro lado, se siente indiferente ante su pasado, o se ha entregado con ‘armas y bagajes’ a quienes se han opuesto visceralmente, por motivos inconfesables, a la comemoración del VI Centenario. Me pregunto, a este respecto, cómo la Historia de Ceuta tratará, en el futuro, el VI Centenario y al alcalde Vivas.
 

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