Tal vez no les falte razón a quienes identifican la cobardía
política con el ‘apaciguamiento’. En la historia reciente
tenemos algún caso de cobardía política o, llamémosle,
‘apaciguamiento’, como se quiera. Pero lo cierto es que fue
funesto y condujo a un desastre sin parangón alguno. Se cede
pensando en que nos lo agradecerán. Que llegado el momento,
ellos, los otros, también cederán, y aquí paz y después
gloria. El que cede suele ser considerado, en no pocas
ocasiones, por los otros, como un débil, no como poseedor de
una rara habilidad. Acaso el problema no esté en ceder, sino
ante quien se cede. Es obvio que no todos saben apreciar el
valor de ceder. Esos son, precisamente, ante quienes nunca
se debe ceder. Esos creen que el que cede no tiene el valor
suficiente para llevar a cabo lo que, en realidad, querría
hacer.
Allá, a finales del mes de junio
de este año, visitó Ceuta el cónsul general de Portugal para
Andalucía, Ceuta y Melilla, Jorge Manuel de Cunha Monteiro,
y dejó algunas ‘perlas’ que, en esta hora, es de justicia
rescatar. Así, dijo que “Es un orgullo y un honor visitar
Ceuta. Portugal siempre ha tratado a Ceuta con particular
cariño”. La fecha del VI Centenario es “historia universal”,
afirmó el cónsul. Asimismo, el cónsul portugués hizo alusión
a que la ciudad “ha conservado y bien cuidado los símbolos
de Portugal”, y ello “nos enorgullece”. Cunha Monteiro puso
el acento, de la relación histórica de Ceuta con Portugal,
cuando recordó que el 10 de junio se inauguró en Oporto,
cuna de Enrique el Navegante, una magna exposición, con
motivo del Día de Portugal, centrada exclusivamente en la
historia de la “llegada” de los portugueses a Ceuta.
Obsérvese que el propio cónsul utiliza la palabra “llegada”,
en vez de “conquista”. Bien sabe el cónsul que en el
original portugués es la “Tomada” de Ceuta. En esta
declaración, y no solo en esta, apuntó maneras de buen
discípulo de lo políticamente correcto. Finalmente, y, a
este respecto, el cónsul enfatizó que en 2016 la exposición
se trasladará a Ceuta en donde permanecerá durante cierto
tiempo. “Seguro que va a traer a mucha gente”, apostilló el
cónsul. ¿Entre esa “mucha gente” se contarán quienes se han
opuesto visceralmente a ‘conmemorar-celebrar’ la
‘llegada-conquista’ de los portugueses? Pregunto.
Por otro lado, Cunha Monteiro fue
de lo más políticamente correcto cuando puso de relieve que
todo este “acervo cultural e histórico se ve reforzado y
enriquecido” por la convivencia ejemplar de las diferentes
culturas y religiones que conviven en Ceuta. Esta
declaración no pasa de ser un lugar común que no aporta nada
sustantivo cuando, en estos días, hacemos referencia a
cualquier lugar en el que coexisten, pues eso, diferentes
culturas, etnias, razas y religiones. ¿Qué se va a decir?,
pues lo que ha dicho el cónsul. Es una muletilla para alabar
y dar pábulo a las sociedades multiculturales,
multirraciales, multiétnicas y multirreligiosas. Respecto de
Ceuta, no acierta el cónsul, pues no pocos miembros
destacados y sus seguidores de una de las culturas –la
islámica– que convive en nuestra ciudad se oponen
radicalmente a celebrar el “acervo cultural e histórico” al
que se refiere Cunha Monteiro. El caso es que ninguna nación
nace multicultural. El llamado ‘multiculturalismo’ es una
situación no natural, sino artificial, y casi nunca es
virtuoso en cuanto que en el seno de esas sociedades
multiculturales, debido a su propia naturaleza e
idiosincrasia, surgen fuerzas opuestas que, por serlo,
podrían arruinar, de algún modo, la convivencia. El
multiculturalismo es, a todas luces, una utopía, una nueva
forma de religión laica, cuyos apóstoles hacen referencia a
una sociedad cuyo dogma iniciático es la ‘integración’ para
‘convivir’ en paz. Por tanto, de ahí los lugares comunes al
referirse a la convivencia ejemplar en esas sociedades
multiculturales. Mucho bla, bla, bla, para no decir nada
sustantivo.
Como no podía ser de otra manera,
visto lo visto, el cónsul portugués hizo alusión a la
disolución de la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015. A
este respecto, restó importancia a la citada disolución de
la Fundación Crisol de Culturas, de la que dijo que ha hecho
un trabajo de importancia desde 2010 y enmarcó su
desaparición en un “acto soberano” de las autoridades
ceuties por el que mostró su “respeto”. ¿Qué podía decir el
cónsul para salir airoso de ese amargo cáliz? Pues lo que
dijo. Lo que se dice en estos tiempos multiculturales y
políticamente correctos.
A estas alturas, nada sabemos en
qué va a consistir, el 21 de agosto, la
conmemoración-celebración de la llegada-conquista de los
portugueses. Hasta la fecha, aparte de aquel Festival Sete
Sóis Sete Luas (FSSSL), música y gastronomia portuguesas,
que tuvo lugar en la plaza Nelson Mandela a mediados del
pasado mes de julio, tan solo se sabe que este 21 de agosto
el Centro Gallego de las Murallas Reales acogerá el llamado
‘Salazón Fest’ (Festival Internacional de Salazón), en el
que se promocionará “los salazones de Ceuta en un menú
degustación con salazones de pescado de Portugal”.
“Ofrecemos, dice Keke Raggio, presidente del Proyecto
Salzone, doce platos de salazón con doce vinos, seis de
España y seis de Portugal”. Habrá música tradicional como
flamenco y fado. Y eso parece ser todo respecto de la
conmemoración de la conquista de Ceuta por los portugueses.
Al menos, que yo sepa, hasta el momento el alcalde Vivas no
ha hecho pública ninguna declaración de intenciones sobre en
qué va a consistir la conmemoración del VI Centenario.
Este VI Centenario de la “Tomada
de Ceuta” se ha ido diluyendo como un azucarillo en un vaso
de agua. Arrancó hace cinco años con mucha fuerza y muchas
ilusiones. En el proyecto que se ideó, la Fundación Ceuta
Crisol de Culturasl 2015, se implicaron personas de relieve,
y fue llevada y paseada por España y Portugal. Recuérdese la
inestimable colaboración del profesor Carmona Portillo, así
como la del presidente del Senado, Pío Escudero, el esfuerzo
del mismo Jesús Fortes, presidente de la Fundación, el
cónsul de Portugal en Andalucía, Ceuta y Melilla, Cunha
Monteiro, el cónsul honorario de Portugal en Ceuta, José
Ríos Claros, la colaboración de la Casa de Ceuta en
Algeciras, los Alcázares de Sevilla y el Hotel Ulises, de
Ceuta, que pusieron sus instalaciones para mayor gloria de
la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015. Todo ello para
llegar al 21 de agosto y degustar unos pescados en salazón y
unos vinos, por mucho respeto que se pueda tener al arte
culinario.
Llegados a este punto, quien
no haya visto claro que el autor de todo este desaguisado
–del fracaso de la celebración del VI Centenario y, por
ende, de la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015– es el
alcalde Vivas, con su ‘apaciguamiento’, al ceder ante
quienes nunca le agradecerán su cobardía política, es que
mira para otro lado, se siente indiferente ante su pasado, o
se ha entregado con ‘armas y bagajes’ a quienes se han
opuesto visceralmente, por motivos inconfesables, a la
comemoración del VI Centenario. Me pregunto, a este
respecto, cómo la Historia de Ceuta tratará, en el futuro,
el VI Centenario y al alcalde Vivas.
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