La lacra de la inmigración, lejos
de poder erradicarla, sigue siendo uno de los graves
problemas a los que se enfrenta la sociedad actual. La
búsqueda de una vida mejor, lejos de las guerras y de la
opresión de algunos gobiernos, provoca que sean miles los
inmigrantes que huyen de sus países de origen jugándose la
vida.
Muchos de esos inmigrantes
que finalmente logran acceder a territorio español y llegar
a Ceuta, ven como el primer escollo ya lo han conseguido
salvar pero que todavía les queda mucho por alcanzar, ya que
ellos mismos consideran la ciudad autónoma como una cárcel
desde la que mirar ese ansiado futuro, que no es otro que
alcanzar la península. Y como en toda cárcel, esos siempre
hay “presos” que intentan buscar la fórmula para poder
lograr escapar y alcanzar esa ansiada libertad, aunque en
ello le lleve la vida, y es lo que a diario prácticamente se
puede observar en Ceuta. Nuevamente ayer fueron
interceptados cuatro inmigrantes que, jugándose la vida,
intentaban llegar hasta la península ocultos en los bajos de
un camión, enganchados entre los ejes del mismo. Por suerte
o por desgracia para ellos, fueron descubiertos por los
agentes portuarios así como por miembros de la Policía
Nacional, ya que ocultarse en los bajos de estos vehículos
es poner en serio riesgo la vida, no es el primer inmigrante
y no será el último, lamentablemente, que pierda la vida de
esta forma. Lo más alarmante, es que también son cada vez
más los menores que se ven en esta tesitura y que lejos de
pensar las graves consecuencias que puede tener intentar
llegar hasta la otra orilla de esa forma y de la
peligrosidad que ello conlleva, se aferran a esta
posibilidad como si fuera la única que realmente tengan para
alcanzar ese sueño tan ansiado.
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