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OPINIÓN - VIERNES, 14 DE AGOSTO DE 2015

 
OPINIÓN / COLABORACION

Mi puerta siempre estará abierta

Por Carlos Folch Valero


En el estamento político de nuestra ciudad, que me imagino que este caso se dará en casi todo el territorio español, son muchos los políticos que al principio de la legislatura, con la emoción de su nueva situación personal de responsabilidad y la entrada en la vida publica, es muy frecuente que a todo el que se encuentre, incluso a los trabajadores de la administración que desde la entrada a su nuevo cargo publico están bajo su responsabilidad, es muy común escuchar algunos latiguillos, o frases ya gastadas por los políticos anteriores, como: “mi puerta siembre estará abierta”, “ven a verme cuando quieras y te atiendo”, “los problemas de los ceutíes son mis problemas”. Podríamos seguir escribiendo cientos de esas frases en la misma linea de las anteriores que repiten los políticos para quedar bien y que no los sigan molestando. La cruda realidad es bastante más curiosa, si tocas en su puerta siempre la encontraras cerrada, argumentando cientos de reuniones, si vas a verlo, siempre esta ocupado viéndote en la situación coger cita para poder verlo, que lo más común es que te digan que dejes tu numero de teléfono que ya te avisaran, lo cierto es que esa llamada nunca se produce, cuentan con el aburrimiento y la desilusión del ciudadano para que no los vuelvas a molestar, aquellos problemas que tanto les importaban a los políticos al principio de la legislatura, pasan a un segundo o tercer plano astral dentro de las prioridades del político, que una vez situado en su cargo, ve desde otro planteamiento las prioridades de su nueva situación como cargo publico de nuestra ciudad, aquello que antes era una prioridad, ahora es algo que puede esperar, porque lo importante para el ciudadano ha dejado de ser importante para el político.

Estamos siendo testigos, de como los políticos nos intentan convencer de que han cambiado su forma da actuar, de como los últimos resultados electorales les han enseñado que deben cambiar su forma de hacer política, que recibieron el mensaje de los ciudadanos con la imperiosa necesidad de cambio, su intención de que la transparencia, la austeridad y una buena gestión comenzaran a formar parte del día a día de la forma de actuar en cada decisión tomada que repercuta en la vida de los ciudadanos de nuestra ciudad. Hasta el día de hoy nada de esto se ha visto, seguimos viendo como los mismos beneficiados de la política en la legislatura anterior, siguen entrando en los despachos de los nuevos políticos para reclamar una solución a lo suyo, despreciando una vez más lo prometido en la campaña electoral, engañando a las personas que depositaron su voto para darle la confianza y la responsabilidad de gobernar esta ciudad con igualdad de oportunidades y transparencia. Una nueva traición política sobrevuela esta ciudad, como niebla de levante cuando se ve acercarse por los montes de nuestra ciudad. Aquellas promesas de transparencia en la gestión, igualdad de oportunidades, pulcritud en las actuaciones del gasto del dinero publico, se han quedado de momento en nada.

Nuestra percepción sobre el estilo de gobernar de este nuevo equipo, sigue siendo igual o peor valorado que el equipo de la anterior legislatura, las actuaciones y los acontecimientos vistos en este corto espacio de tiempo, nos desilusionan y desmotivan en la creencia de que vendrían tiempos mejores para Ceuta. Los ciudadanos seguimos siendo invitados de piedra en una ciudad que se aproxima lamentablemente a un precipicio de caos y despilfarro, seguimos esperando un cambio en los nuevos políticos que nos haga albergar algún tipo de creencia de que esto comienza a cambiar hacia una nueva forma de hacer política, donde la transparencia, el buen gobierno, la correcta gestión de los recursos económicos de nuestra ciudad, sean tratado con total respeto y honradez, donde la libertad y la igualdad de oportunidades para todos los que quieran trabajar con la administración local sea una realidad, que sirva para que nuestra ciudad consiga los mejores servicios para los ciudadanos pagando el precio más competitivo y con una gestión profesional en el ámbito que corresponda. El político en su gestión debe huir del amiguismo y el beneficiar siempre a quien solo busca su enriquecimiento personal olvidándose del la calidad del servicio para el cual la administración le paga, que al final el dinero publico no es del político de turno que firma los mandamiento de pagos, el dinero realmente es de los ciudadanos que esperamos que el político lo gestione buscando el mejor servicio al menor precio. Lo realmente triste es que todo lo expuesto anteriormente fue lo que se nos prometió en campaña, y todo lo expuesto anteriormente para el beneficio de nuestra ciudad todavía no se ha cumplido.
 

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