En el estamento político de nuestra ciudad, que me imagino
que este caso se dará en casi todo el territorio español,
son muchos los políticos que al principio de la legislatura,
con la emoción de su nueva situación personal de
responsabilidad y la entrada en la vida publica, es muy
frecuente que a todo el que se encuentre, incluso a los
trabajadores de la administración que desde la entrada a su
nuevo cargo publico están bajo su responsabilidad, es muy
común escuchar algunos latiguillos, o frases ya gastadas por
los políticos anteriores, como: “mi puerta siembre estará
abierta”, “ven a verme cuando quieras y te atiendo”, “los
problemas de los ceutíes son mis problemas”. Podríamos
seguir escribiendo cientos de esas frases en la misma linea
de las anteriores que repiten los políticos para quedar bien
y que no los sigan molestando. La cruda realidad es bastante
más curiosa, si tocas en su puerta siempre la encontraras
cerrada, argumentando cientos de reuniones, si vas a verlo,
siempre esta ocupado viéndote en la situación coger cita
para poder verlo, que lo más común es que te digan que dejes
tu numero de teléfono que ya te avisaran, lo cierto es que
esa llamada nunca se produce, cuentan con el aburrimiento y
la desilusión del ciudadano para que no los vuelvas a
molestar, aquellos problemas que tanto les importaban a los
políticos al principio de la legislatura, pasan a un segundo
o tercer plano astral dentro de las prioridades del
político, que una vez situado en su cargo, ve desde otro
planteamiento las prioridades de su nueva situación como
cargo publico de nuestra ciudad, aquello que antes era una
prioridad, ahora es algo que puede esperar, porque lo
importante para el ciudadano ha dejado de ser importante
para el político.
Estamos siendo testigos, de como
los políticos nos intentan convencer de que han cambiado su
forma da actuar, de como los últimos resultados electorales
les han enseñado que deben cambiar su forma de hacer
política, que recibieron el mensaje de los ciudadanos con la
imperiosa necesidad de cambio, su intención de que la
transparencia, la austeridad y una buena gestión comenzaran
a formar parte del día a día de la forma de actuar en cada
decisión tomada que repercuta en la vida de los ciudadanos
de nuestra ciudad. Hasta el día de hoy nada de esto se ha
visto, seguimos viendo como los mismos beneficiados de la
política en la legislatura anterior, siguen entrando en los
despachos de los nuevos políticos para reclamar una solución
a lo suyo, despreciando una vez más lo prometido en la
campaña electoral, engañando a las personas que depositaron
su voto para darle la confianza y la responsabilidad de
gobernar esta ciudad con igualdad de oportunidades y
transparencia. Una nueva traición política sobrevuela esta
ciudad, como niebla de levante cuando se ve acercarse por
los montes de nuestra ciudad. Aquellas promesas de
transparencia en la gestión, igualdad de oportunidades,
pulcritud en las actuaciones del gasto del dinero publico,
se han quedado de momento en nada.
Nuestra percepción sobre el
estilo de gobernar de este nuevo equipo, sigue siendo igual
o peor valorado que el equipo de la anterior legislatura,
las actuaciones y los acontecimientos vistos en este corto
espacio de tiempo, nos desilusionan y desmotivan en la
creencia de que vendrían tiempos mejores para Ceuta. Los
ciudadanos seguimos siendo invitados de piedra en una ciudad
que se aproxima lamentablemente a un precipicio de caos y
despilfarro, seguimos esperando un cambio en los nuevos
políticos que nos haga albergar algún tipo de creencia de
que esto comienza a cambiar hacia una nueva forma de hacer
política, donde la transparencia, el buen gobierno, la
correcta gestión de los recursos económicos de nuestra
ciudad, sean tratado con total respeto y honradez, donde la
libertad y la igualdad de oportunidades para todos los que
quieran trabajar con la administración local sea una
realidad, que sirva para que nuestra ciudad consiga los
mejores servicios para los ciudadanos pagando el precio más
competitivo y con una gestión profesional en el ámbito que
corresponda. El político en su gestión debe huir del
amiguismo y el beneficiar siempre a quien solo busca su
enriquecimiento personal olvidándose del la calidad del
servicio para el cual la administración le paga, que al
final el dinero publico no es del político de turno que
firma los mandamiento de pagos, el dinero realmente es de
los ciudadanos que esperamos que el político lo gestione
buscando el mejor servicio al menor precio. Lo realmente
triste es que todo lo expuesto anteriormente fue lo que se
nos prometió en campaña, y todo lo expuesto anteriormente
para el beneficio de nuestra ciudad todavía no se ha
cumplido.
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