Defensores de los derechos
humanos, anunciaron ayer que apelarán la destitución de
cargos contra ocho guardias civiles, filmada en 2014
golpeando un inmigrante que intentó entrar en Melilla.
“Vamos a apelar”, dijo José
Palazón, portavoz de la incidencia de las oenegés Prodein
Humano, que se había filmado la escena y se había remitido a
la justicia.
Un juez de instrucción de Melilla
dictó el martes un auto, alegando que el joven inmigrante
que supuestamente habría sido golpeado con porras mientras
había cruzado la valla fronteriza “no podía ser
identificado” y que había “sido imposible” obtener las
declaraciones de los inmigrantes que habían sido localizados
por las fuerzas de seguridad marroquíes.
Palazon dijo “no entender” el
argumento del juez de que le faltaba para el expediente
judicial el testimonio de la víctima, esencial para el
establecimiento de la naturaleza de sus heridas.”
Para Prodein, “el Ministerio de
Justicia podría haber hecho todo tipo de medidas para
identificar a la víctima en Marruecos.”
El juez sostuvo que el delito se
había establecido, “la evidencia está limitada a los
registros de video y declaraciones, la Guardia Civil y
algunos testigos.” Reconoció, sin embargo, que las imágenes
mostraban una acción de los agentes que calificó de
“desproporcionadas”.
En el video, siempre según Prodein,
los guardias habrían llevado al inmigrante, al parecer
inconsciente, para entregarlo a las fuerzas marroquíes de
orden, sin tratar de aprender más acerca de él o
proporcionar atención.
El caso había levantado la
indignación en España, según fuentes mediáticas marroquíes.
Los enclaves españoles de Ceuta y Melilla son los pasos a
Europa de miles de inmigrantes procedentes de zonas de
conflicto o países pobres. En el paréntesis estival, el
flujo migratorio se acrecienta.
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