El Plan General de
Ordenación Urbana seguirá siendo una asignatura pendiente
para el Gobierno local. Después de haber recorrido un camino
que parecía interminable, el 7 de agosto de 2014 el
Ejecutivo aprobaba en el pleno de forma inicial y en
solitario un proyecto que pretendía dar solución a los
problemas urbanísticos de la ciudad y permitir un
crecimiento ordenado. Entre los objetivos estaba lograr el
consenso que no se había alcanzado con el resto de grupos
políticos en el periodo de alegaciones, y ahora tantas han
sido las recibidas que el Ejecutivo se plantea, no sólo
incluirlas, sino redactar un nuevo plan partiendo de estas
propuestas que, curiosamente, hasta ahora no se les habían
ocurrido a nadie o, al menos, no habían sido atendidas por
los responsables de redactar un PGOU que tardó 16 años en
ver la luz después de que el anterior dejara de tener
vigencia en 1999. Así que, como consecuencia, otra vuelta
más de tuerca a la ordenación urbanística en la ciudad, que
seguirá sin estar actualizada. El Gobierno dice que apenas
habrá un retraso de nueve meses, a lo sumo un año, debido a
esta vuelta a empezar. Un retraso que sumado a otro año
necesario para nuevamente recibir alegaciones y programar la
aprobación definitiva, lleva el proyecto a dos años vista.
Dos años que se suman a una larga lista de retrasos que
parecen no acabar y que dejan en el tintero proyectos de
reordenación que parecían la solución definitiva a muchos
problemas, entre ellos el caótico barrio del Príncipe. Este
es el gran reto del PGOU y que, hasta ahora, parecía no
haberse abordado con gran acierto. Si el nuevo proyecto
sirve para darle solución, igual merece la pena la espera.
Mientras, el Gobierno se aferra a que servirá para reactivar
el sector de la construcción. Una vuelta más al PGOU.
|