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OPINIÓN - JUEVES, 6 DE AGOSTO DE 2015

 
OPINIÓN / COLABORACION

Los asesores “ocultos”

Por A. Escobar


Los ceutíes llevan días alzando la voz en contra de la larga lista de “asesores” que el Gobierno de Juan Vivas ha tenido a bien nombrar, no sabemos con qué criterio, dado el desconocido o inexistente currículo de algunos de ellos. Son muchos, demasiados, todos ellos con un tufillo bastante intenso a pago de favores o a las intenciones de quedar bien que nuestro Presidente debe tener con la familia de turno, la que en estos momentos le conviene.

Está bien protestar por algo tan evidente, tan notorio, pero los árboles no nos están dejando ver el bosque. Sólo hace falta rascar un poco en el Ayuntamiento y sus organismos y sociedades dependientes, para encontrarnos con una larguísima lista de asesores “ocultos”, que no figuran en ninguna lista, que no aparecen en ningún boletín oficial de la Ciudad, pero que están, claro que están.

Y están muy bien, cobrando más que sus compañeros, adquiriendo posiciones que no les corresponden y obrando mal, muy mal, porque un empleado público debe ser independiente, hacer bien su trabajo, cumplir con su cometido profesional y poco más. Lo de dedicarse a dar lametones a diestro y siniestro y a pegarse al costado de los de arriba para mantener una posición que no les corresponde, no entra en las obligaciones de una nómina engordada sin justificación alguna.

Haciendo números, puede darse la paradoja de que algunos de estos asesores ocultos, cobren más que responsables políticos del área correspondiente. Esto, que se produce en demasiados puntos de nuestro Ayuntamiento y por pluses concedidos sólo porque el de arriba quiere, sin atender a ese grito de “igualdad, mérito y capacidad” que tanto están pregonando en los últimos días, es un engaño más del Gobierno de Vivas y un desprecio absoluto por el resto de trabajadores. Todo ello, sin contar a los Consejeros, Viceconsejeros, directores, gerentes y otros responsables que se convierten en el hazmerreír de sus compañeros políticos, teniendo responsabilidades, con firmas delicadas, dando la cara y cobrando menos. De risa, vamos.

En definitiva, la aberrante lista de asesores y cargos nombrados a dedo es mucho más larga de lo que parece a simple vista. Es ahí donde está la verdadera vergüenza y el verdadero desprecio por los empleados públicos de esta ciudad. Es ahí donde la oposición, que parece dormida en los laureles o cómplice, debería poner el punto de mira y donde los propios trabajadores deberían decir “basta”. No tenemos muchas esperanzas, conociendo la postura de algunos diputados sin escrúpulos que se sientan enfrente de los que conforman el Gobierno, pero no se puede permitir esa discriminación positiva hacia quienes la reciben por el simple hecho de tener el carnet del partido o ser amiguete del político de turno.

La polémica no ha hecho más que empezar y el momento de poner orden en todo esto es ahora que la opinión pública está pendiente del despilfarro en sueldos y prebendas que el Gobierno de la Ciudad está llevando a cabo, amparado en la seguridad de su muy justa, de “por los pelos”, mayoría absoluta. No nos quedemos ahí, profundicemos, lleguemos hasta el final de un iceberg del que sólo estamos viendo la punta. Ya basta de intentar engañar a todos, ya basta de repartir sueldos inmerecidos como si el dinero fuera suyo y no de todos los ceutíes
 

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