Los ceutíes llevan días alzando la voz en contra de la larga
lista de “asesores” que el Gobierno de Juan Vivas ha tenido
a bien nombrar, no sabemos con qué criterio, dado el
desconocido o inexistente currículo de algunos de ellos. Son
muchos, demasiados, todos ellos con un tufillo bastante
intenso a pago de favores o a las intenciones de quedar bien
que nuestro Presidente debe tener con la familia de turno,
la que en estos momentos le conviene.
Está bien protestar por algo tan
evidente, tan notorio, pero los árboles no nos están dejando
ver el bosque. Sólo hace falta rascar un poco en el
Ayuntamiento y sus organismos y sociedades dependientes,
para encontrarnos con una larguísima lista de asesores
“ocultos”, que no figuran en ninguna lista, que no aparecen
en ningún boletín oficial de la Ciudad, pero que están,
claro que están.
Y están muy bien, cobrando más que
sus compañeros, adquiriendo posiciones que no les
corresponden y obrando mal, muy mal, porque un empleado
público debe ser independiente, hacer bien su trabajo,
cumplir con su cometido profesional y poco más. Lo de
dedicarse a dar lametones a diestro y siniestro y a pegarse
al costado de los de arriba para mantener una posición que
no les corresponde, no entra en las obligaciones de una
nómina engordada sin justificación alguna.
Haciendo números, puede darse la
paradoja de que algunos de estos asesores ocultos, cobren
más que responsables políticos del área correspondiente.
Esto, que se produce en demasiados puntos de nuestro
Ayuntamiento y por pluses concedidos sólo porque el de
arriba quiere, sin atender a ese grito de “igualdad, mérito
y capacidad” que tanto están pregonando en los últimos días,
es un engaño más del Gobierno de Vivas y un desprecio
absoluto por el resto de trabajadores. Todo ello, sin contar
a los Consejeros, Viceconsejeros, directores, gerentes y
otros responsables que se convierten en el hazmerreír de sus
compañeros políticos, teniendo responsabilidades, con firmas
delicadas, dando la cara y cobrando menos. De risa, vamos.
En definitiva, la aberrante lista
de asesores y cargos nombrados a dedo es mucho más larga de
lo que parece a simple vista. Es ahí donde está la verdadera
vergüenza y el verdadero desprecio por los empleados
públicos de esta ciudad. Es ahí donde la oposición, que
parece dormida en los laureles o cómplice, debería poner el
punto de mira y donde los propios trabajadores deberían
decir “basta”. No tenemos muchas esperanzas, conociendo la
postura de algunos diputados sin escrúpulos que se sientan
enfrente de los que conforman el Gobierno, pero no se puede
permitir esa discriminación positiva hacia quienes la
reciben por el simple hecho de tener el carnet del partido o
ser amiguete del político de turno.
La polémica no ha hecho más
que empezar y el momento de poner orden en todo esto es
ahora que la opinión pública está pendiente del despilfarro
en sueldos y prebendas que el Gobierno de la Ciudad está
llevando a cabo, amparado en la seguridad de su muy justa,
de “por los pelos”, mayoría absoluta. No nos quedemos ahí,
profundicemos, lleguemos hasta el final de un iceberg del
que sólo estamos viendo la punta. Ya basta de intentar
engañar a todos, ya basta de repartir sueldos inmerecidos
como si el dinero fuera suyo y no de todos los ceutíes
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