Siempre durante la época estival
se dispara el número de inmigrantes que intentan alcanzar la
península, produciéndose situaciones altamente peligrosas,
como las que el pasado domingo acababa con la tragedia del
fallecimiento por ahogamiento de cuatro inmigrantes que
intentaban alcanzar su sueño de llegar a territorio español.
Durante la jornada de ayer se vivió un importante repunte de
embarcaciones, cargadas de inmigrantes, que se lanzan a la
aventura de cruzar el Estrecho sin ser descubierto por la
guardia costera y poniendo en riesgo sus vidas. La
inmigración ilegal está alcanzando cotas muy preocupantes,
cotas que año tras año pese a parecer que será difícil
superar, no tardan en ser rebasadas por cifras cada vez más
espeluznantes.
Las autoridades deben tomar
cartas en el asunto y buscar medidas a través de las cuales
evitar que estas personas pongan en riesgo sus vidas en
busca de un futuro mejor. También ayer se tuvo constancia de
un caso como el del pequeño Adou, que intentaron introducir
a Ceuta metido en una pequeña maleta, aunque esta vez el
final no ha sido el mismo, ya que el joven oculto en la
maleta y a su vez en el vehículo de un hermano suyo, y que
viajaba en el ferry de Melilla hacia Almería, perdió la vida
por asfixia, sin duda otro trágico suceso dejado por esta
lacra que es la inmigración ilegal y por la que todos los
países debería acordar medidas y unificar criterios con los
que evitar estos lamentables sucesos.
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