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OPINIÓN - SÁBADO, 1 DE AGOSTO DE 2015

 

OPINIÓN / SNIPER

Bosnia: ¿nueva base yihadista
del Estado Islámico? (I)
 


José Luis Navazo
yebala07@yahoo.es

 

Los Balcanes no me son extraños. Tuve la oportunidad de conocer la Yugoslavia de Tito, un interesante proyecto frustrado de convivencia étnica e ideológica así como de autogestión social. Y también los Balcanes en plena guerra civil, alentada en una primera fase por los espurios intereses de dos estados europeos, Alemania y el Vaticano, mientras iban estallando una serie de conflictos curiosamente concatenados: guerra en Eslovenia (27 de junio al 7 de julio de 1.991), guerra en Croacia (junio de 1991 a febrero de 1992), guerra en Bosnia (marzo de 1992 a diciembre de 1995) y guerra en Kosovo (en conflicto desde 1990 y en guerra desde 1996 a 1999), pese a los Acuerdos de Paz de Dayton (21 de noviembre de 1995, ratificados el 14 de diciembre en París). La crisis de los Balcanes desembocó finalmente en 1999 con la guerra (euroamericana) contra la República Federal de Yugoslavia.

Efectivamente, una cautiva OTAN hacía de punta de lanza del imperialismo americano bombardeando, entre el 24 de marzo y el 10 de junio de 1999, un estado legítimo y de derecho y destruyendo un país soberano, la República Federal de Yugoslavia, demonizando de paso en una estudiada campaña mediática a su población serbia. ¿Los resultados....? No tan brillantes (sin comillas) como en Libia tras la planificada voladura del régimen de Gadafi, pero cuando menos notables (también sin entrecomillar): destrucción de las infraestructuras y retraso de la región, enfrentamiento velado con Rusia, ascenso del islamismo más extremista e instalación en el artificial estado de Kosovo, para protegernos a todos naturalmente, de la mayor base militar norteamericana en Occidente. ¿Da qué pensar no les parece...? Y España, como otros países europeos, en el papel de “tontos útiles” de la tramoya al ritmo de barras y estrellas después de la oscura masacre de Racack, enero de 1999. Si ustedes conocen a algún diplomático norteamericano, aprovechen para preguntarle sobre la “Operación Raíces”. A ver qué coño les cuenta.

Este fue el primer capítulo de la tragedia balcánica, en pleno corazón de Europa, que vio la actuación criminal de los yihadistas de Osama Ben Laden y su particularísima Legión Árabe (¿les suenan los nombres, verdad? Si no saben de qué va pregúntenle al profesor Javier Jordán, gran experto universitario, presunto al menos, en Al Qaída), generosamente financiada por los petrodólares de Arabia Saudí con el visto bueno de Washington, pues no en vano el entonces bueno de Osama asesoraba, junto a un conocido político estadounidense, al presidente bosniaco, el islamista (y ex nazi) Alija Izetbegovic, autor en 1970 de la controvertida Islamska Decklaracija o Declaración Islámica, toda una declaración de intenciones y profesión de fe. ¿Teherán? También movió ficha como veremos mañana. Más tarde surgió la guerrilla terrorista del ELK (o UCK, Ejército de Liberación de Kosovo) que cogió alas faltaría más con la tradición al uso, es decir con el habitualmente estúpido beneplácito occidental. Oportunos que somos en nuestro ambivalente papel de bomberos-pirómanos.

Señalemos también de paso que los Balcanes representan, para el fértil imaginario musulmán, la misma enfermiza atracción que España en su mitificada versión de “Al Andalus”: los dos fueron territorios islámicos y, por tanto, para todo buen musulmán es preciso hacer la “gran yihad” (o se esforzarse) para que vuelvan a serlo. Inch´Alah naturalmente. Observen que en este caso traduzco “yihad” como esfuerzo, a fin de mantenerme en la ortodoxia islámica: esfuerzo intelectual, político, de plegaria.... ¡para recuperar los Balcanes y Al Andalus! Claro que en “la senda de Dios” (sic) de la Gran Yihad (esfuerzo) y la Pequeña Yihad (Guerra Santa), la última, la Guerra Santa o Pequeña Yihad, también ha sido reivindicada específicamente para el caso de Al Andalus (España) por Al Qaïda... y la organización terrorista Hamás, brazo armado palestino de los Hermanos Musulmanes. Aunque para este trivial detalle de la recuperación de Al Andalus con la que Hamás educa a sus alevines, si tienen interés estoy seguro de que en Ceuta y Melilla encontrarán los hilos conductores que les conduzcan a ello.

Volviendo al segundo capítulo (la cosa va para largo) del tema que nos ocupa, resulta que el llamado “corredor” de los Balcanes, con especial incidencia en Bosnia Herzegovina (federación política con dos entidades: la República Srpska serbia y la comunidad bosnio-croata) y Kosovo (éste antiguo territorio “robado” a Serbia), se está convirtiendo en los últimos tiempos en eventual “santuario” de los fanatizados yihadistas del Estado Islámico (EI, Daesh en su acrónimo árabe), mediante el sencillo recurso de compra de terrenos con vista a la instalación de refugios y campos de entrenamiento terrorista: son los casos, solo en Bosnia Herzegovina, de las zonas de Osve, Gornia Maoca y Dubnica. El mentor, un antiguo y cualificado dirigente de Al Qaída pasado con armas y bagajes (no es el único, mientras que el trasvase al revés no se conoce) al Estado Islámico (EI) y su putativo “califato”: Nusret Imamovic.

¿La islamización radical de los Balcanes? Tras la voladura de Yugoslavia, dos países han competido en la misma con un río de dinero y mezquitas: Arabia Saudí (sunnismo wahabí) y República Islámica de Irán (shiísmo duodecimano), seguidos aunque en menor medida de Pakistán, aliado de los saudíes. Ya antes de los macroatentados del 11-S en Nueva York, los iraníes mantenían en Bosnia al menos dos centros de entrenamiento terrorista (tanto Ryad como Teherán han “jugado” a ello), uno en Podgorelica.

¿Yihadistas balcánicos en el Estado Islámico (EI)? Según mis fuentes en la región, más de mil. Les adelanto algunos datos contrastados a la baja, de mayor a menor número de “voluntarios”: 400 bosniacos, 400 albano-kosovares, 40 montenegrinos y 30 macedonios. La realidad es que el Estado Islámico se aproxima a la incauta Europa como una tenaza con dos dientes: uno en Libia (para ello fue fundamental liquidar a Gadafi) y otro en Kosovo y Bosnia-Herzegovina. Y mientras, preocupados por Crimea...

En los sufridos Balcanes el dios Marte vuelve a rugir. “Los meses no son largos, ni los días ni las noches. La guerra es la que es larga”, decía G. Apollinaire. Sí, muy sucia.... y muy larga.

Haya salud. Visto.
 

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