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OPINIÓN - JUEVES, 30 DE JULIO DE 2015

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Castilla-León y Extremadura
 


Jesús Carretero
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

No podemos decir que ninguna de estas dos comunidades autonómicas haya sido mimada y tenida en lugar preferente sobre las demás, ni que haya gozado de más privilegios que cualquiera de las otras, absolutamente en nada.

Sin embargo, y desde siempre, lo que está claro es que aquí, en Extremadura y en Castilla-León hay una nobleza y una lealtad que para sí quisieran todas las demás, comenzando desde sus pueblecitos, incluso los más pequeños, hasta las localidades más grandes.

Y a esos pueblecitos me tengo que referir hoy, en primer lugar a Calzadilla de los Barros, pequeña localidad extremeña, provincia de Badajoz, con escasamente 500 habitantes, situada a unos 15 kilómetros de Zafra, en plena Ruta de la Plata, Nacional 630.

El Ayuntamiento de Calzadilla de los Barros una vez que vio el desprecio y la indignidad con que se ha tratado el busto de S.M. el Rey, Juan Carlos I, convocó un pleno extraordinario y decidieron reclamar ese busto para su Ayuntamiento, para darle el trato que realmente merece y para que presida los plenos de un pueblecito humilde, pero digno y español, por los cuatro costados.

Además y para que el Ayuntamiento de Barcelona, que preside Ana Colau y a la que asesora “en no sé qué” esa dama a la que “cariñosamente” se la ha empezado a designar “la meona”, digo que para que ellos no tengan gasto alguno con el envío, sería el propio alcalde el que iría, con su coche y pagándose él mismo el combustible, a recoger ese preciado busto que en el Ayuntamiento de Barcelona han denigrado.

Conozco un poquito la población de Calzadilla de los Barros, he pasado cientos de veces por esta población y yo creo que, a partir de ahora, merece figurar en el mapa de la geografía de España como “uno de los pueblos de bien”, como un lugar a visitar, no por los monumentos que tenga, sino por las buenas gentes que lo habitan.

Quienes hemos vivido en Extremadura, casi una decena de años, nos sentimos identificados con esa dignidad, esa casta de bien y ese sentir, de verdad, que hay en esta gente, desde los pueblos más pequeños hasta las poblaciones más grandes.

Y como los que menos reciben suelen ser los más agradecidos, aquí tenemos en Castilla-León, mi tierra, provincia de Ávila, a escasos 8 kilómetros de mi pueblo, Piedrahita, otro pueblecito, Villar de Corneja, que hace muy pocos días, en sus fiestas patronales, con su alcaldesa, Carmina Hernández Rollán, a la cabeza, por así haberlo aprobado en un pleno, decidieron inaugurar una pequeña plaza en el pueblo a la que han dado el nombre de Plaza de las Fuerzas Armadas, un nombre que ahora a ciertas progresías no parece agradarle mucho.

Lo más llamativo es que para esta inauguración y sólo para la interpretación del Himno Nacional, se contrató una banda de música, que no interpretó ni una nota más que las del Himno mientras se izaba la bandera de España.

Esto, lo de Calzadilla de los Barros y lo del Villar de Corneja, me dirá alguno de la “progresía barata”, no mejora las condiciones de los habitantes de estos pueblos, pero sí marcan la diferencia que hay entre los que son españoles, de verdad, y los que, siéndolo, quieren apartarse de nosotros.

Dos comunidades serias y dos pueblecitos dignos de pertenecer a Castilla-León y a Extremadura. España, por aquí, no se resquebraja.
 

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