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OPINIÓN - LUNES, 27 DE JULIO DE 2015

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Bravo campeones

Juan González y José L. Gómez han vuelto a darnos una alegría un año después de sus éxitos deportivos logrados en Budapest. El ceutí Juan González revalidó ayer el título mundial de Piragüismo Sub-23 logrado el pasado año en Budapest. El caballa fue medalla de oro en el K-4 1000 metros en la prueba celebrada en Portugal junto a M.Walz, A. Martín y R. Rodríguez. Mientras que José L. Gómez subó un puesto en el podium, logrando la medalla de plata en K-1 200 metros.

Es la recompensa a un trabajo bien planificado por parte de Los Delfines desde que empezaron en el Pantano del Renegado, y que ahora tiene su continuación defendiendo los colores de la Selección Española. Son medallas en unos mundiales de una modalidad complicada como el piragüismo, que además no tiene la cobertura mediática de otros deportes como el fútbol. Ellos apenas saldrán en los medios de comunicación nacionales, como sí hizo la selección Sub-19 de Fútbol campeona de Europa, pero su alegría por lo conseguido no se la va a quitar nadie, ni el que ayer, nada más terminar, tuviesen que regresar a España en sus propios vehículos particulares o en los del Club Los Delfines. Es el precio de practicar un deporte como el piragüismo en España.

Ambos dedicaron el triunfo a todos los españoles que estaban en las gradas, a sus padre, a su equipo y en definitiva a todos los que han confiado en ellos. Un triunfo del que los ceutíes nos sentimos orgulloso. Ayer domingo fue un día que se escribirá en letras de oro de nuestro deporte y de nuestra ciudad.
 

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