Soy profesora del IES Abyla desde hace muchos años. Utilizo
este medio para compartir algunas reflexiones sobre la
situación que estamos viviendo con motivo de la selección y
posterior elección de director en nuestro centro.
Hace dos semanas suscribí un
manifiesto, dirigido al Delegado del Gobierno, que un
profesor del centro muy preocupado me mando por correo
electrónico. Mi intención fue mostrar mi descontento por la
forma de proceder de la Administración en este asunto.
Volvería a suscribirlo para apoyar
a nuestro director porque ha realizado un excelente trabajo
durante más de dos décadas y todos le tenemos en muy buena
estima tanto a nivel profesional como personal. Hasta aquí,
creo que estamos de acuerdo la totalidad de compañeros y
compañeras que suscribimos dicho escrito.
En lo que no estoy de acuerdo es
en los acontecimientos posteriores. No estoy de acuerdo en
emprender una campaña de desprestigio al actual director, D.
Carlos Benítez. No estoy de acuerdo en que se le menosprecie
por trabajar en el turno nocturno o en que se cuestione su
validez por impartir docencia en la Formación Profesional.
No estoy de acuerdo en que se cree una cuenta de correo
electrónico anónima “profesdelabyla”, tratando de
identificarse con el escrito que suscribimos y que desde
ella se le envíe un correo poco respetuoso, con
observaciones y advertencias improcedentes hacia un director
de un centro educativo. No estoy de acuerdo en que se le
haga responsable de la pérdida del Bachillerato de
Humanidades que sucede durante el mandato del anterior
director. No estoy de acuerdo en que determinadas personas
se postulen como mis representantes sin que yo los haya
elegido. No estoy de acuerdo en que nuestro centro aparezca
en los medios de comunicación, por conflictos de intereses
ajenos a la educación.
En algún momento de estos últimos
días, comencé a sospechar que lo que yo suscribí, el apoyo a
Juan Fernández, quedaba relegado y afloraban otro tipo de
intereses de un pequeño grupo. El día 24 de julio, la
sospecha se convierte en certeza al recibir un correo de un
compañero; cito textualmente “…Debemos dejar temas como la
destitución de Juan Fernández o la pérdida del Bachillerato
de Humanidades, que casi con total seguridad no vayan a
regresar…”. Precisamente, este compañero, es miembro de una
plataforma de docentes del Abyla cuyo objetivo principal
es/era recuperar el Bachillerato de Humanidades y canalizar
el malestar por lo sucedido al anterior director. En dicho
correo, nos propone una “votación” sobre una pregunta
maliciosamente redactada, relacionada con la elección del
director y cuya respuesta es obviamente afirmativa.
Claro está, que a todos nos
encantaría que nos consulten sobre esta y muchas otras
cuestiones relacionadas con la vida del centro y nuestra
profesión. Por ejemplo, si estamos de acuerdo con la
ampliación de la ratio, la supresión de nuestro Bachillerato
de Humanidades o del PCPI de Jardinería, el número de horas
lectivas semanales, la congelación de nuestro sueldo durante
tantos años, la pérdida de la paga extra…Evidentemente,
nunca nos han preguntado ni nos preguntarán.
Me gustaría aclarar que todos los
funcionarios que cumplíamos los requisitos, tuvimos la
oportunidad de participar de modo igualitario y democrático
en el proceso establecido para el nombramiento de
directores. Ningún profesor de nuestro centro manifestó
interés en la dirección; solo participó Juan Fernández
Maese, a título individual y sin consenso de ninguno de los
Órganos de Gobierno ya que no era necesario.
Al no superar Juan Fernández el
proceso selectivo y no haber candidato, sabíamos cuando nos
fuimos de vacaciones el día 30 de junio, que la
administración procedería a un nombramiento con carácter
extraordinario como prevé la convocatoria y que nos podía
tocar a cualquiera de nosotros.
Hasta que no se supo el nombre del
nuevo director no comenzaron los movimientos supuestamente
en contra del procedimiento. Lo que evidencia que el
problema no es tanto el procedimiento, como la persona
elegida.
Otro dato que reafirma la anterior
hipótesis es que se podría haber realizado una votación con
anterioridad al nombramiento del nuevo director y haberla
trasladado a la Inspección tal y como hizo el CEIP Juan
Carlos I. Si realmente queríamos haber participado y que la
Administración hubiera tenido en cuenta “el sentir del
claustro” por qué esperar a que nombren a Carlos Benítez.
Somos profesores. Qué ejemplo
vamos a dar a nuestros alumnos y alumnas. Cómo vamos a
exigirle un comportamiento adecuado y que respeten las
normas cuando no estén de acuerdo con un SUSPENSO por haber
realizado un mal examen o incluso, no haberse presentado
(NP). Qué les diremos cuando en vez de expresarnos su
malestar de modo asertivo y en persona en el instituto, se
dediquen a recoger firmas y hacer escritos a niveles
superiores, acudan a periódicos desde el anonimato y
ensucien nuestro nombre, manden correos a través de cuentas
denominadas “suspensosabyla” con afirmaciones del tipo
“Somos un grupo unido, más de lo que puedas llegar a
imaginar, y en este asunto agotaremos juntos hasta el último
resquicio…” y, finalmente, al ver frustradas sus
aspiraciones, nos pidan amablemente que dimitamos y que se
realice un PROCESO DEMOCRÁTICO. Cómo les explicaremos que
estamos en una democracia y que precisamente “lo democrático
es aplicar las leyes aprobadas por el Parlamento”. Que su
aprobado no depende de lo que vote el grupo de amigos sino
de lo establecido en las normas educativas. Sería imposible
realizar nuestro trabajo en estas condiciones.
Todavía es pronto para saber si D.
Carlos Benítez será un buen director o no. Para poder emitir
un juicio de valor tendremos que esperar, el tiempo lo dirá.
Lo que si tengo claro es que va a depender de su competencia
y personalidad y nunca de la fórmula utilizada para su
nombramiento. Han sido muchos los casos en nuestra Ciudad.
Sin ir más lejos, tenemos un ejemplo muy cercano, un
compañero del IES Abyla fue nombrado discrecionalmente
director del IES Clara Campoamor (Huerta Téllez) en el año
2.006, por el entonces Director Provincial y nadie puede
cuestionar la gran labor que ha realizado en ese centro
desde entonces.
Por encima de intereses
personales, gustos y preferencias, turnos o especialidades,
o tipos de nombramientos…está el nombre del instituto Abyla,
sus alumnos y las familias. Es nuestra obligación
transmitirles tranquilidad y seguridad y no dar este
espectáculo lamentable en los medios de comunicación. Nos ha
costado muchos años de trabajo mejorar la imagen de nuestro
centro pero en muy pocos días se puede deteriorar.
Desde aquí quiero hacer un
llamamiento a la cordura. Es pronto para saber si como algún
medio ha comunicado, D. Carlos Benítez “se aferra al cargo”,
recordemos que solo lleva veinticuatro días. Demos a nuestro
compañero una oportunidad.
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