No es extraño que el PP, aunque no
haya sido todo el PP el que cometió los desatinos, esté en
el punto de mira, en cuanto salta a la escena el asunto de
la corrupción, especialmente en parte de Madrid y en
Valencia.
Veo ayer la portada de ABC y , en
ella, hablando del sumario del caso Púnica se nos dice que
el socio de Granados cobró diez millones de euros por
servicios no prestados, a eso se le puede llamar un lince,
un sinvergüenza, un jeta y todo lo que a cada uno se le vaya
ocurriendo.
No es para menos. El socio en
cuestión, hasta ahora, parecía menos conocido, pero Granados
trataba de dar lecciones de moral y ética, cada vez que
aparecía en alguna de las tertulias de las televisiones a
las que le invitaban.
Afortunadamente, hoy se pueden
detectar cientos de conversaciones, aparentemente secretas y
con ellas reconstruir una serie de tramas que, de otra
forma, hubieran dormido para siempre el sueño de los justos.
Y a medida que se va escarbando,
cada vez aparecen más jetas, en torno al cerebro de la
trama, llevándose dinero a espuertas o contratando obras que
no existieron y todas ellas que han costado un riñón para
enriquecerse una pandilla de delincuentes de los de cuello
duro, que se mostraban como el modelo de lo que debe ser un
ciudadano de bien, ahora en el siglo XXI, cuando la realidad
está demostrando, y cada día más, que altos cargos de
ciertas administraciones estaban regentados por lo más
asqueroso de la sociedad que habitamos hoy.
El sumario de la Púnica, de ahora
en adelante, podrá interpretarse como un verdadero tratado
de lo que es la corrupción, con movimientos de billetes, de
los grandes para que abultara menos la situación, de hasta
10 millones en tres años.
¿Sabría usted contar ese dinero?
Es la pregunta que hacemos a cualquier aldeano de mi tierra,
a cualquiera de esos que tienen las manos encallecidas por
su trabajo diario, y lo primero que se nos responde es:” eso
no lo sabe contar ni el director de la Caja de Ahorros de mi
pueblo”, y creo que tiene razón, hasta podríamos coincidir
con él, pero estos sátrapas, con trajes de marca y cara
compungida como si acabaran de salir de unos “ejercicios
espirituales”, lo han sabido robar, eso lo primero, en
principio, lo de contar no les hará falta, aunque se les
pierda algo por el camino.
Auténticas carreras de hacer
dinero, por ejemplo, a Marjaliza “le tocó la lotería tres
años seguidos”, vaya suerte, habrá que decirle que nos
indique el número que tenemos que comprar para la de Navidad
de 2015. Granados parece un aprendiz de todo a su lado, y ya
es decir, porque el pájaro no tenía escrúpulos cuando
prometía que no había inconveniente en que le aprobara la
materia correspondiente su mujer, por influencia suya.
Maldito hijo de perra, jugar con el resultado de un final de
curso, en una asignatura cualquiera, en un curso
determinado.¡¡ Con eso no se juega, c....!, que hay muchos
que hemos estado por encima de 40 años impartiendo clases y
examinando todos los años, sin que esas sombras u
oscuridades aparezcan a nuestro lado.
Y yo decía líneas arriba que ahí
había habido auténticas carreras de amasar dinero y de no
hacer nada, tal como parece que manifestaba otro de los
linces de la trama, un ex diputado de Madrid, que además era
alcalde de otro de esos pueblos con movimiento en la trama:”
me hice diputado de la Asamblea de Madrid para estar
tocándome ...”.
Sencillamente, lo de Madrid ahora,
como lo de otras comunidades, en otros momentos, es lo que
justifica que grupos de aventureros sin rumbo alguno hayan
llegado a cargos que parecían sólo para una élite.
Más vale que estos ejemplos
no sean capaces de cruzar el estrecho, aunque todo lo malo
corre o puede correr en todas las direcciones.
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