No cabe la menor duda de que,
desde Cataluña y, especialmente, desde el ayuntamiento de
Barcelona se han pasado de frenada y lo que parecía el juego
de “amagar y no dar” se ha transformado en ver “quien da más
fuerte”, algo que si con las leyes del Estado y con todas
las demás instituciones no se corta de raíz puede llevar a
que se corte de otra manera, antes de que llegue ese
“referéndum” separatista, para salirse del marco geográfico
de España.
El desmantelamiento de lo que no
les interesa, saltándose todas las leyes a la torera, y eso
que desprecian la fiesta de los toros, está dejando
perplejos a muchos y está hartando a muchos más.
El primer aviso, por su parte, lo
han dado con la retirada del busto del Rey emérito, Juan
Carlos I, sin que haya habido ley o fuerza que les haya
impedido desmontar algo que no era de su competencia y
haciendo realidad aquello de Ana Colau de que “las leyes que
no nos gusten no las obedeceremos”. Ahí está el primer paso,
ahí está ese desafío y frente a ello, cuando se han empezado
a saltar las líneas rojas de una forma inaceptable, desde
las alturas se habla de leyes, pero de leyes que esta serie
de iluminados no quieren ver, no quieren cumplir y van a
seguir rechazando.
Aquí parece que la fuerza de la
razón no va con ellos, aquí llega el iluminado Mas a Madrid
y se carcajea de todos para, más tarde, en sus dominios
burlarse del primero de los españoles no separatistas y de
las leyes que nos obligan a todos a los no separatistas y,
mejor fuera, a los separatistas, también.
Se está dejando actuar demasiado a
los que se ríen de nuestras leyes y aunque con palabras
serias y sensatas, el rey Felipe VI está teniendo que
soportar más de la cuenta, ante ese enemigo común al Rey y a
España que es Arturo Mas y todo su séquito.
Creo que el presidente de la
Generalidad se ha tomado muy poco en serio estas palabras
del joven Rey de España:”Para las instituciones del Estado,
el respeto a la ley nunca ha sido, ni es un mero trámite,
una formalidad, una alternativa”.
Palabras llenas de sentido, pero
sentido total para quien las quiere aceptar, no para los
dementes que las están rechazando, desde antes de que se
pronunciaran.
Los jueces van a tener un largo
camino, muy amplio se me ocurre, pero es de esperar que
recorran es largo camino, con la velocidad que requiere la
situación y con las leyes por encima de todo lo demás.
Y en la misma Barcelona, con el
presidente de la Generalidad, al lado del Rey, se deja
traslucir algo que se me ocurre incuestionable:”Ley, derecho
y Constitución como seria advertencia a quien insiste en
quebrantar los pilares básicos de la Nación, que no debe
tolerar un desafío como el que se viene tramando, desde hace
ya muchos meses”.
Esta es la situación y el rey
Felipe VI no se echa para atrás, no anda con diplomacias
baratas, al decir:” Respetar la ley es la fuente de
legitimidad y la exigencia ineludible para una convivencia
democrática en paz y en libertad”.
Las palabras están siendo
muy claras, no hay amenazas, pero no se está jugando con lo
que se dice, para alguien, posiblemente la amenaza esté ya
muy cercana, yo no lo creo, pero lo que sí creo es que para
estos de corte separatista, la seriedad de todo lo que se
les está advirtiendo es algo así como si estuvieran
comenzando “los fuegos artificiales”.
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