De vacaciones, uno escasamente
piensa en sus ocupaciones pasadas y futuras, por lo que se
trata de llenar el tiempo, ahora en el mes de julio, hasta
el domingo próximo, con lo que va dando de sí el Tour de
Francia que, en esta ocasión nos ha dejado sin miel y casi
sin labios, por la regular actuación de los ciclistas
españoles que ven como un británico, Froome, está
intratable, incluso cuando parece que comienza a dar
síntomas de cansancio.
El deporte, que no sé por qué lo metieron en el mismo
Ministerio de Educación y Cultura, nos llena alguno de esos
momentos vacíos de las vacaciones. Y de momento, ni siquiera
la “progresía barata” nos dice que sea “pecado” seguirlo.
Menos mal.
Y digo eso de “menos mal” porque no son pocos los pueblos, a
lo largo del verano, que se pueden encontrar con que les
mutilen sus fiestas, si han tenido la mala suerte de que esa
“progresía barata” les haya caído en “suerte” para regir sus
ayuntamientos, por cuanto hay un sector de esos “progres
baratos” más preocupados de los animales que de sus abuelos,
que tratan de entrar a saco en lo de la fiesta de los toros,
prohibiéndola en su pueblo o poniendo todo tipo de
impedimentos para que no se celebre, especialmente en el día
grande de esas fiestas, ningún espectáculo taurino.
La incultura, el desconocimiento de lo que son muchos
pueblos y sus fiestas, así como la ausencia de visión de lo
que es su propia historia, está haciendo que no haya una
serie de cambios para bien, pero que “la prohibición por el
desconocimiento esté llegando a unos límites insospechados
hace diez años.
Afortunadamente, en Castilla-León, donde las tradiciones se
siguen manteniendo, no tenemos como rectores de nada a esa
“jarca” que tanto puede corromper los principios que nos han
acompañado.
Por tanto, a quienes en mi tierra nos gustan los toros,
aunque sólo fuera para no formar ningún tipo de grupo
separado, no nos quitarán algo que hemos tenido cada año en
el programa de fiestas.
¿Y lo de la misa?. Eso es otro cantar, pero igual que a los
toros o al fútbol va el que quiere y, además, sin tener que
pasar por la taquilla, cosa que se ha dado desde tiempo
inmemorial y seguirá dándose, creo que también en Cataluña,
donde sus fiestas, en uno más de sus actos llevaban
aparejada la Misa y programada por quienes organizaban,
también en Barcelona, las fiestas patronales.
Claro que aquí la idea de romper va con todo y en esa fiesta
tan suya como es la de la Mercé, este año la Corporación
Municipal no parece que vaya a ir por el camino de siempre.
Posiblemente habiéndose olvidado de que hay: Capítulo
segundo, artículo 16, 1 de la Constitución de 1978, donde se
dice:”Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de
culto de los individuos y las comunidades sin más
limitación, en sus manifestaciones que la necesaria para el
mantenimiento del orden público protegido por la ley. ....
(3) Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes
públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la
sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones
de cooperación con la Iglesia Católica y las demás
confesiones”.
Está claro que en Barcelona se han olvidado, en el
Ayuntamiento, de parte de esta Constitución, o la han
interpretado a su manera.
Por lo que respecta a Ceuta, ahora muy pronto ya estaremos
en ferias, en las que espero que no se olviden de ciertos
ajustes a esos problemas recientes que más que partir de la
cabeza de un director provincial, pueden haber estado en
...,algunas otras cosas que pueden salir a la luz, cuando
menos falta haga, especialmente si es en vísperas de unas
elecciones.
|