Mientras mañana les cuento cómo
acabó, en Annual, el aniversario de la batalla del 22 de
julio 1921 que enfrentó a las tropas españolas (y por ende
al Sultán) con las harkas insurgentes de El Jatabi, futuro
Emir de la independentista República Islámica del Rif como
así llegó a ser reconocido en su exilio de El Cairo por el
propio “Rais” Nasser, daremos otro repaso al curso “El
Estado de Derecho frente al fenómeno yihadista”, que como ya
les he ido contando se celebra en Melilla entre el 20 y el
24 de julio.
La jornada de ayer fue muy
francesa, tanto en cuanto a las formas por el idioma
empleado por los tres ponentes (el joven traductor hizo todo
lo que pudo, ¡bien muchacho!) como en cuanto al fondo…
porque si en Mali y el África subsahariana Francia ha
desempolvado sus viejos mapas y planes, en Marruecos pese al
último desencuentro ya superado sigue teniendo mucho que
decir. La mañana fue abierta con la ponencia del marroquí
Abderrahmán Mekkaoui, profesor de la Universidad Mohamed V
de Casablanca, quien además de advertir desde su óptica que
“La implosión de Argelia ha comenzado” (desde luego la
situación argelina es inquietante), llamó la atención sobre
la necesidad de “un contradiscurso bien estructurado y
fuerte” como mejor alternativa “a la fuerte manipulación de
los textos (coránicos) por parte del terrorismo”, destacando
que “hay muchos valores laicos en el Corán” y reconociendo,
a su vez, después de recordar el papel de Estados Unidos en
la fundación de Al Qaïda (junto a Pakistán y Arabia Saudí,
completemos la información), que “las sociedades árabo-musulmanas
han sido responsables de lo que está pasando”. Por su parte
Karim Ifrak (quien luego en conversación privada reconocía
sin ambages la guerra civil que actualmente desgarra el
Islam, un problema estrictamente interno de los musulmanes),
doctor en Islamología e Historia del Corán e investigador
del “Centre National de Recherche Scientifique” de París, se
explayó abiertamente sobre el concepto de radicalismo y
violencia en la religión islámica, el nacimiento y evolución
del islamismo político, el concepto de Califato que para
nada corresponde, en la historia y tradición islámica, con
el autoproclamado por el Estado Islámico / Daesh, el
desarrollo de la corriente takfirista (ligado al egipcio
Qutb) y, curiosamente, las tres ramas en las que está
dividido el wahabismo, “enfrentadas entre sí” y el
ambivalente papel jugado por los Hermanos Musulmanes. Sin
duda una densa e importante ponencia, rematada por una
amplia explicación del polisémico término “yihad” y su
explicación en el texto coránico. En su explicación, “Las 17
batallas durante la vida del Profeta fueron todas una yihad
defensiva” y en cuanto a la yihad ofensiva, “empezó debido a
tensiones geopolíticas con el Califato Omeya, comenzando a
alterarse los principios del Islam”. En el ínterin, vestido
hasta la cabeza de un blanco impoluto y convencido de su
mensaje, intervino un joven cuadro tuareg del Movimiento
Nacional de Liberación de Azawad (MNLA) de Mali, Mohamed,
sustituyendo por problemas de agenda a Mousa A. G.
Acharatoumane. Tras un esbozo histórico a partir de la
descolonización francesa, el tuareg se esforzó en explicar
al auditorio las señas de identidad “laicas” de su formación
(“No estamos por la sharia ni la yihad, solo queremos la
liberación de nuestro territorio”), condenando enérgicamente
el yihaterrorismo y abordando la legitimidad de Azawad, “el
territorio histórico de los tuaregs”, enfatizando y lleva
toda la razón en que “si no hay solución política para
Azawad, no hay solución de seguridad”, mostrándose abierto y
pragmático al sugerir que “Hay más fórmulas además de la
independencia, el modelo territorial español es una
posibilidad, o los estados federales en Norteamérica”. El
mensaje sin duda llegó.
Retomando Annual, acabemos con la
petición de auxilio lanzada en 1925 por el buen Sultán al
mariscal Petáin, sucesor de Lyautey al frente de las fuerzas
francesas destacadas en Marruecos: “Líbrame de Abd - el
Krim”. No sé cómo interpretarán esta histórica cita el Alto
Comisario de Antiguos Resistentes y Antiguos Miembros del
Ejército de Liberación, así como el resto de ilustres
autoridades majzenianas que, habitualmente, le acompañan en
la ópera bufa a representar, año tras año, en Annual.
¡Joder, qué tropa!
Por cierto que tengo también
pendiente saludar (y de paso esclarecer algunos
malentendidos) a mi amigo Rachid Raha, portavoz habitual de
la Asamblea Mundial Amazigh (AMA), a ver qué opina de la
tradicional celebración por Rabat de este esperpento, “la
victoria marroquí en Annual”, robándole el protagonismo y la
historia a los auténticos vencedores del desafortunado
general Fernández Silvestre, las harkas rifeñas de
Beniurriaguel y Tensamán. Las tropas jalifianas, el ejército
oficial marroquí del Sultán… ¡combatían al lado de los
militares españoles y franceses! ¡Qué caradura más grande
tienen en Rabat!
Haya salud.
Visto.
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