Parte de las personas de ideología de izquierdas, argumenta
que el deporte es una distracción de la lucha de clases, una
herramienta de la clase dirigente para alienar a la clase
trabajadora desviando su atención sobre clubes,
competiciones y grandes eventos. Algunas personas incluso
cree que el deporte es la nueva droga del pueblo. ¿Sería
mejor sentirse de clase obrera y festejar la victoria de una
plantilla en huelga? Por supuesto, no hay ninguna duda.
Aunque una y otra cosa no son incompatibles. El deporte
competitivo es un hecho cultural de las sociedades modernas
y como tal no podemos ni despreciarlo ni olvidar sus
contradicciones. No es un debate de blanco o negro, tiene
muchos más matices.
Es cierto que el capitalismo ha
moldeado el deporte durante el último siglo y medio como
nunca antes había sucedido. Basta con señalar que los clubes
deportivos y los atletas más exitosos, abrumadoramente
pertenecientes a categorías masculinas, tienen una imagen y
proyección globales. El Manchester United, por ejemplo,
nació como un equipo de trabajadores ferroviarios de Newton
Heath en 1878 y hoy en día reclaman tener más de 300
millones de fans.
En los años previos al Mundial de
rugby que se celebre en Sudáfrica, Sudáfrica vivía en pleno
“apartheid”, blancos y negros buscaban cualquier pretexto
para enfrentarse entre ellos. Uno de tantos pretextos era el
rugby. Los ‘Springboks’, como se conoce a la selección
nacional de Sudáfrica, era un símbolo del poder blanco.
Todos sus jugadores menos uno eran blancos y sus aficionados
eran blancos y críticos con Mandela. Se daba la irónica
situación de que los sudafricanos negros animaban al rival
de Sudáfrica, fuera el país que fuera, con tal de que los ‘Springboks’
no ganaran partidos. Tal situación hizo ver a Mandela la
necesidad de conseguir la unión entre blancos y negros y vio
que la única forma de conseguir sería a través del deporte.
Mandela no se equivocó. Un año antes del inicio del Mundial,
Mandela activó la máquina para conseguir que todos los
sudafricanos, independientemente del color, animasen a los ‘Springboks’.
En 1936, los Juegos Olímpicos se
celebraron en la Alemania Nazi, respectivamente en
Garmisch-Partenkirchen (Baviera) y Berlín. En esta doble
ocasión, el deporte sirvió para aplicar la estética nazi y
fue usado como vehículo de propaganda por el régimen
hitleriano como nunca antes había ocurrido. La elección de
las sedes no fue particularmente polémica. Sin embargo, tras
la subida de Hitler al poder, hubo propuestas de boicot e
incluso intentos de organizar olimpiadas alternativas.
Durante los juegos, Alemania redujo la represión antisemita
e intentó mostrar una mejor imagen al mundo. Al mismo
tiempo, el gobierno alemán llevó a cabo una campaña
diplomática intentando captar la simpatía de dignatarios
extranjeros que visitaron el país durante los juegos.
Todo lo expuesto en este articulo,
viene a demostrar que la política y el deporte son extraños
compañeros de viaje. Hemos visto como los políticos han
utilizado el deporte a su beneficio propio, ya sea apoyando
una buena causa como para unir naciones e intentar eliminar
el odio interracial entre los ciudadanos de un mismo país.
También para engrandecer una filosofía de política
dictatorial y repugnante como fue el pasado hitleriano de la
Alemania Nazi.
Dos realidades que confluyen
mutuamente, la grandeza del deporte y la miseria de la
política. Que una debe prevalecer sobre la otra es el ideal
que debemos enseñar a nuestros hijos. Es el deporte el que
tiene que influir en la sociedad haciendo que los ciudadanos
se comporten conforme a esos valores que lo ensalzan,
demostrando cada día que la educación y la practica
deportiva hace mejores personas..
Después de tantos años
vinculado al deporte, cada día compruebo como la grandeza
del deporte te hace creer en unos valores perdidos en la
sociedad en que vivimos, valores como lealtad, compañerismo,
constancia en el trabajo y en los ideales, caballerosidad,
honradez, etc, etc... son los valores que hay que inculcar a
nuestros políticos, los cuales han olvidado lamentablemente
todo lo que significa realmente las palabras deporte y
política.
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