PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - MARTES, 21 DE JULIO DE 2015

 
OPINIÓN / COLABORACION

El deporte y la política

Por Carlos Folch Valero


Parte de las personas de ideología de izquierdas, argumenta que el deporte es una distracción de la lucha de clases, una herramienta de la clase dirigente para alienar a la clase trabajadora desviando su atención sobre clubes, competiciones y grandes eventos. Algunas personas incluso cree que el deporte es la nueva droga del pueblo. ¿Sería mejor sentirse de clase obrera y festejar la victoria de una plantilla en huelga? Por supuesto, no hay ninguna duda. Aunque una y otra cosa no son incompatibles. El deporte competitivo es un hecho cultural de las sociedades modernas y como tal no podemos ni despreciarlo ni olvidar sus contradicciones. No es un debate de blanco o negro, tiene muchos más matices.

Es cierto que el capitalismo ha moldeado el deporte durante el último siglo y medio como nunca antes había sucedido. Basta con señalar que los clubes deportivos y los atletas más exitosos, abrumadoramente pertenecientes a categorías masculinas, tienen una imagen y proyección globales. El Manchester United, por ejemplo, nació como un equipo de trabajadores ferroviarios de Newton Heath en 1878 y hoy en día reclaman tener más de 300 millones de fans.

En los años previos al Mundial de rugby que se celebre en Sudáfrica, Sudáfrica vivía en pleno “apartheid”, blancos y negros buscaban cualquier pretexto para enfrentarse entre ellos. Uno de tantos pretextos era el rugby. Los ‘Springboks’, como se conoce a la selección nacional de Sudáfrica, era un símbolo del poder blanco. Todos sus jugadores menos uno eran blancos y sus aficionados eran blancos y críticos con Mandela. Se daba la irónica situación de que los sudafricanos negros animaban al rival de Sudáfrica, fuera el país que fuera, con tal de que los ‘Springboks’ no ganaran partidos. Tal situación hizo ver a Mandela la necesidad de conseguir la unión entre blancos y negros y vio que la única forma de conseguir sería a través del deporte. Mandela no se equivocó. Un año antes del inicio del Mundial, Mandela activó la máquina para conseguir que todos los sudafricanos, independientemente del color, animasen a los ‘Springboks’.

En 1936, los Juegos Olímpicos se celebraron en la Alemania Nazi, respectivamente en Garmisch-Partenkirchen (Baviera) y Berlín. En esta doble ocasión, el deporte sirvió para aplicar la estética nazi y fue usado como vehículo de propaganda por el régimen hitleriano como nunca antes había ocurrido. La elección de las sedes no fue particularmente polémica. Sin embargo, tras la subida de Hitler al poder, hubo propuestas de boicot e incluso intentos de organizar olimpiadas alternativas. Durante los juegos, Alemania redujo la represión antisemita e intentó mostrar una mejor imagen al mundo. Al mismo tiempo, el gobierno alemán llevó a cabo una campaña diplomática intentando captar la simpatía de dignatarios extranjeros que visitaron el país durante los juegos.

Todo lo expuesto en este articulo, viene a demostrar que la política y el deporte son extraños compañeros de viaje. Hemos visto como los políticos han utilizado el deporte a su beneficio propio, ya sea apoyando una buena causa como para unir naciones e intentar eliminar el odio interracial entre los ciudadanos de un mismo país. También para engrandecer una filosofía de política dictatorial y repugnante como fue el pasado hitleriano de la Alemania Nazi.

Dos realidades que confluyen mutuamente, la grandeza del deporte y la miseria de la política. Que una debe prevalecer sobre la otra es el ideal que debemos enseñar a nuestros hijos. Es el deporte el que tiene que influir en la sociedad haciendo que los ciudadanos se comporten conforme a esos valores que lo ensalzan, demostrando cada día que la educación y la practica deportiva hace mejores personas..

Después de tantos años vinculado al deporte, cada día compruebo como la grandeza del deporte te hace creer en unos valores perdidos en la sociedad en que vivimos, valores como lealtad, compañerismo, constancia en el trabajo y en los ideales, caballerosidad, honradez, etc, etc... son los valores que hay que inculcar a nuestros políticos, los cuales han olvidado lamentablemente todo lo que significa realmente las palabras deporte y política.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto