Cuando el periodista tiene una
información contrastada, y se dispone a escribir un artículo
de opinión, no lo dudes publícala porque no te van a poder
desmentir la noticia, ni tan siquiera en Versión Original.
Por supuesto, no creo que esa
Versión Original suponga una “censura”, como ha dicho la
Presidenta de la Federación de Asociaciones de la Prensa. Y
mucho menos un copia del Aló, presidente, como ha criticado
el PP. Pues cualquier medio que se precie de serlo va a
seguir publicando lo que quiera y como le venga en ganas
sobre el Ayuntamiento de Madrid o de cualquier pueblo de
España. Y si esa informaciones son verdaderas, a los
periodista libres, nos dará igual que desde la V. O de
Madrid se pretenda enfangarlas para distorsionar la
realidad.
Desde ese punto de vista, y la
libertad que tengo al no pertenecer a ningún partido
político, voy a seguir opinando que la mayoría de la clase
política es de una mediocridad que espanta. Muchos de estos
mediocres, han conseguido el sillón de mando, y una buena
pasta gansa por el sistema del “dedatil”. No hay que irse
muy lejos para comprobarlo.
Además, dentro de esa mediocridad
de la que hacen gala, se les une el desconocimiento
cultural. Por tanto vamos a hacer méritos para que se nos
corrija desde la V. O, y no dé la notoriedad suficiente para
que nos llamen de alguna cadena, par participar en una de
sus tertulias.
Por ejemplo la señorita que tiene
un buen cargo en Madrid, que entre otras frase, cuando entro
en la Capilla de la Complutense, dijo “arderéis todos como
en el 36”. Mire, es usted una indocumentada, fue en mayo del
31 y no en el 36 cuando se incendiaron los primeros
conventos y propiedades de la Iglesia y el Gobierno de la
República cerró el ABC y El Debate.
Sigamos con las catetas y falta de
cultura llevada a cabo, por algunos de esos nuevos “salva
Patrias” y populistas que han entrado a formar parte de los
gobiernos de algunas ciudades
La nueva alcaldesa de Córdoba, la
socialista Isabel Ambrosio ha decidido que como España es un
estado aconfesional no debe haber ningún elemento religioso
en el Ayuntamiento. La alcaldesa ha ordenado que estos se
saquen del Ayuntamiento, empezando por desalojar una pintura
del siglo XVII de San Rafael y un crucifijo de marfil, una
auténtica obra de arte. Esto, hay que reconocerlo, no lo
hicieron ni Julio Anguita, ni Rosa Aguilar. Sólo lo ha
llevado a cabo esta gran intelectual que, en estos momentos,
preside el Ayuntamiento de Córdoba.
¿Se imaginan usted lo que esta
señora, con ese gran conocimiento cultural que atesora,
tuviese colgado en su Ayuntamiento cuadros de Rafael,
Leonardo, Miguel Ángel o Velazquez, con temas religiosos lo
que haría con ellos?. De pena.
No se le puede obligar a
nadie a hacer lo que no quiere, pues eso es ir contra la
libertad del individuo, el don más preciado que la persona
tiene. El alcalde de La Coruña prefiere indemnizar al
empresario taurino Tomás Entero antes de que se dé una
corrida de toros. ¿Cuánto van a pagar, de sus bolsillos,
todos los coruñeses, éste deseo de su alcalde.?. ¡¡País!!
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