Tal cual como ayer les contaba,
salvo que al final no subí hasta Igueriben (el binomio
estaba a sus infantiles años un tanto cansado) y el desayuno
no fue en el Casino Militar de Melilla pero si la cervecita
a medio día, el resto del guión como estaba previsto. Tras
amanecer cruzando la siempre bella bahía de Alhucemas,
alcanzamos la hoya de Annual poco antes de las 9 de la
mañana hora española, una más que en Marruecos tras el
ajuste horario tras el final de Ramadán. Empezaba ya a caer
un sol de justicia y Tensamán cada año se ve más urbanizado,
llamando la atención edificaciones de envergadura así como
el imponente hotel Achbani Trade, que uno ni sueña encontrar
por estos apartados lares. Señales de que Temsamán prospera,
pregúntense ustedes por qué, aunque los accesos desde
Alhucemas y la carretera por llamarla de alguna forma que
baja hasta Ben Tieb, cruzando Annual, está cada vez más
hecha polvo. En esta última localidad ha desaparecido hasta
el nombre del lugar (Annual no existe) aunque sigue,
colorista, el monolito con la imagen del emir del Rif y el
“Monumento de la Victoria”, si bien un tanto pintarrajeado y
sometido a cierto deterioro.
Les adjunto traducción literal del
texto en árabe, una retórica panegírica de hinchadas cifras
(“decenas de miles de soldados”) alentada por la procelosa
diplomacia paralela, de uso tan común y efectista en el
vecino país:
EN EL NOMBRE DE DIOS, EL
CLEMENTE, EL MISERICORDIOSO
Cuantos grupos reducidos han
vencido a grupos numerosos con la Gracia de Dios, Dios
siempre está con los pacientes.
Aquí se hallan una vez más los
hijos del Rif, dando la bienvenida a las almas de los héroes
muyahidines, en honor y respeto a su fe sincera y a su
patriotismo eminente en dicha montaña que fue testigo de la
batalla de de Annual, el viernes 21 de julio de 1921, entre
un grupo de muyahidines liderados por el gran muyahidín
Mohamed hijo de Abdelkrim El Jatabi contra el ejército
español colonizador, el cual constaba de decenas de de miles
de soldados bajo las órdenes del general Silvestre.
He He aquí donde surgió la
verdad y decayó la falsedad, donde la fe de los muyahidines
venció al colonizador inviinvencible, convirtiéndose en un
ejemplo vivo del espíritu genuino de la resistencia del
pueblo, el cual tuvo la lla admiración del mundo. Influyendo
en un gran número de líderes populares como Ho Chi Minh en
VieVietnam, bajo el lema:
- La victoria de la
colonización, aunque sea en un remoto territorio es una
derrota para nosotros. Y la victoria de la libertad en
cualquier lugar es una victoria para nosotros.
- Las armas de los muyahidines
son las arrebatadas al enemigo, ya que son las únicas para
matar al enemigo (ilegible).
- Su colonización es una
sombra que desaparece ante la voluntad de los hombres, no de
los pseudo-hombres.
Presidente de la asociación:
El Mansouri Benali
Dicha placa fue colocada por
la Asociación Cultural y Social de la Cuenca del Mar
Mediterráneo para el eteeterno recuerdo de la batalla de
Annual. 11 de julio de 1979
Traducción literal, ya digo. Por
cierto que para acabar ya de rizar el rizo el apellido del
tal Benali es, como no podía ser menos, El Mansouri, o sea
“El Victorioso”. Todo suma en la propaganda, echando por mi
parte en falta tan solo el llamamiento a la “yihad
defensiva” lanzado conforme a la ley islámica (otra cosa era
la política oficial del Estado marroquí, a cargo del Sultán)
por Mohamed Ben Abdelkrim El Jatabi.
Como saben, el miércoles 22 tuvo
lugar en 1921 la desastrosa retirada de Annual que
desencadenó el desastre, precedida de los reveses de Abarrán
(1 de junio) e Igueriben, en los que la guarnición española
(en la primera el oficial moro Haidra se pega un tiro con su
última bala) se defiende bravamente y hasta la muerte. Entre
las causas internas de la derrota (militares y políticas),
suele obviarse una decisiva de carácter externo: la
traición. No ya de las Mías de Policía Indígena (que por
cierto llevaban meses sin cobrar) y que en general, al
contrario de los fieles Regulares, chaquetearon en masa, no.
Si no de las tribus presuntamente amigas, cuyos jefes
todavía el 28 de junio habían asistido a una “fiesta de
fraternidad hispano-musulmana” en Dar Quebdani mostrando
públicamente su adhesión a España, a la que asistieron los
generales Silvestre y Navarro, organizada por uno de los
felones de uniforme que, caja regimental en mano, compró su
vida mientras sus tropas (a excepción del capitán Amador y
los suyos) eran asesinadas tras rendirse: Silverio Araujo,
coronel del Regimiento Melilla 59. La defección de las “harkas
amigas” (y de las unidades indígenas) empezó en Abarrán,
continuando luego imparable. Y mientras el 22 los efectivos
concentrados en Annual empiezan a intentar escapar de su
destino, en una retirada caótica y sin mando, los
escuadrones del regimiento de Caballería Alcántara 14, al
mando del Teniente Coronel Primo de Rivera cabalgan desde
Dar Driuss para luchar hasta la extenuación y acabar
sucumbiendo como unidad, cargando al paso con los caballos
agotados, en el paso del Igán. En cualquier caso y como
advertiría el heroico comandante Benítez, “la tropa nada
tiene que ver con los errores del mando”. Y en Marruecos en
1921 (en 1925 el ejército español era otro) al igual que en
la guerra con los Estados Unidos en 1898 (Cuba y Filipinas),
tal y como denunciaría Ramón y Cajal “no fracasaron ni el
soldado ni el pueblo, que dio cuanto se le pidió, sino un
Gobierno imprevisor… Fue el sacrificio de gran parte de una
generación”.
Es posible que, tanto en España
como en Marruecos, algunos se pregunten porque me revuelvo
regularmente con el asunto de Annual. La respuesta es
sencilla: ¡porque para Marruecos la guerra del Rif no ha
acabado! Si por un lado y oficialmente, sin decoro y ninguna
vergüenza, desde Rabat (ahí confluyen todos los caminos, no
se equivoquen) se manda cada año al Alto Comisario de
Antiguos Resistentes y Antiguos Miembros del Ejército de
Liberación para hacer el papelón y celebrar “la victoria
sobre los españoles en Annual” (¡qué caradura tiene esta
gente del Majzén!, la victoria fue de las insurgentes harkas
rifeñas, no del Sultán!), por otro y desde la digamos
sociedad civil, peculiares asociaciones exigen reparación
moral y económica por los daños sufridos por la población
(cáncer) tras los bombardeos con gases tóxicos llevados a
cabo por el Ejército español… por cierto después y no antes
de Annual. En el Desastre de 1921 varios miles de soldados
españoles fueron indignamente vejados, salvajemente
torturados y cruelmente asesinados tras pactar su rendición
confiando en el “amán”: en Dar Quebdani, Zeluán, Monte
Arruit… ¡Claro que hay que recordar! Y luego se quejan con
absoluta demagogia de la guerra química, sin prueba
científica alguna sobre sus efectos en la población actual.
Haya salud.
Visto.
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