Se equivocan quienes dicen que la
lucha entre la UE y Grecia, ha sido una victoria del pueblo
griego, más bien de sus mandatarios. Ha sido una victoria,
sin paliativos, de los “ultraconservadores europeos” que
diría Tsipra o de los “prestamistas” de los que hablaba
Varufakis. Nada de eso, ni toda la culpa de la Merkel, el
gran derrotado ha sido, sin lugar a duda alguna, Syrizas.
Total que al final del cuento, porque esto es todo un cuento
y no chino, los que falsificaron la contabilidad para entrar
en el club de la UE para conseguir unos buenos ingresos
fueron los griegos, pensando que con su ingreso en la UE se
acaban todos sus problemas con el dinero que recibiría por
ser un Estado miembro.
Así estaban las cosas, que
decidieron que para acabar con esa enorme deuda que tenían
contraída, nada mejor que ponerse en manos de aquellos que
les contaban el cuento de que con su mandato se acabarían
todos los problemas económicos de Grecia. Pues ellos, sólo
ellos, tenían esa varita mágica de tocar las piedras y
convertirlas en oro. Lo mismo que aquellos charlatanes que
recorrían los pueblos vendiendo peines sin púas para los
calvos, y mucho incautos compraron esos peines que, al final
de cuenta, no valían para nada.
Claro, que cuando comprobaron que
esos peines eran inútiles totales, se enfadaron echándoles
las culpas a los charlatanes que les habían convencidos para
comprarlos. Las culpas, de haber comprados esos inútiles
peines, eran sólo de aquellos que los habían adquiridos.
En Venezuela esos charlatanes
vendieron humo, y los venezolanos se creyeron que era el
humo milagroso, que envolvería Venezuela en la máxima
riqueza para su pueblo. Al final del cuento, de estos
vendedores de humo, hicieron que el país más rico de America
latina, se sumiera en el hambre y la miseria, con una
dictadura férrea, que mete en la cárcel a aquellos que
simplemente no piensan como el Maduro. Ese enorme
intelectual que habla con un pajarito, que le aconseja lo
que tiene que hacer en cada momento.
Grecia hacía seis meses, que con
grandes sacrificios iba camino de un notable crecimiento
hoy, desgraciadamente para el pueblo griego, la cuna de la
Democracia esta instalada en una recesión de alcance
imprevisible, lo que ha obligado a los antisistema, a esos
que tenían la varita mágica para acabar con todos sus
problemas a pactar un tercer rescate en condiciones mucho
más duras que antes de que se le ocurriera al Tsipra hacer
el referéndum. Ese, todo hay que reconocerlo, que ganó por
goleada.
Perteneciendo a la UE, es difícil
querer hacer su propia política diferente a la marcada por
los Estados miembros de ese club. Eso hasta lo ha entendido
Tsipra, no teniendo más remedio que aceptar todo lo que les
han propuesto por el bien de Grecia.
Estar por ver qué efecto produce
el fracaso de Syriza entre sus colegas españoles Podemos y
sus franquicias. Eso quedará en manos de los votantes en las
próximas elecciones generales, que tendrá la obligación de
mirarse al espejo antes de ir a depositar su voto, antes de
que los de la varita mágica los pongan frente a un cajero
cerrado o le quieran vender un peine sin púas para los
calvos.
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