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El delegado del Gobierno, Nicolás
Fernández Cucurull, confirmó ayer el cese del Director
Provincial de MECD, Cecilio Gómez, y el nombramiento de León
Bendayán como nuevo responsable. Pero lo más destacable de
la comparecencia de Cucurull, ya que la citada información
ya fue adelantada por EL PUEBLO el pasado martes, fue
observar su interés por dejar claro algo que en principio
debería ser una obviedad, que “tanto el nuevo director
provincial como yo vamos a dedicar el máximo esfuerzo a
aplicar la LOMCE en beneficio, sobre todo, del alumnado
ceutí”. Y es que el nombramiento de Bendayán, miembro de
CCOO y hombre cercano a Aróstegui, ha sentado muy mal entre
muchos funcionarios de la Admistración y en gran parte de
los simpatizantes del Partido Popular. ¿Se imaginan, por
ejemplo, a Rajoy nombrando a Errejón portavoz de su
Gobierno? Pues eso.
Cucurull sabe perfectamente que su
decisión va a estar cargada de polémica, de ahí que ayer se
afanara en asegurar que estaba en condiciones de garantizar
“la plena y total lealtad del nuevo director provincial a la
administración que lo ha designado” y que respondía
“personalmente de ese nombramiento y de su lealtad”. No
obstante, a pesar de su intento, todo hace indicar que esta
decisión podría pasarle factura al Partido Popular en un
futuro, aunque eso solo el tiempo podrá confirmarlo.
También quiso dejar claro
que ha actuado con “plena independencia y sin ninguna
presión”, en el ámbito de sus competencias, algo que ha
quedado en entredicho tanto por el propio Gómez como por
muchos funcionarios del MECD; y lo peor es que puede quedar
más en entredicho aún si finalmente son aceptados los
recursos de alzada de los directores suspendidos y pronto
volvemos a ver a Juan Luis Aróstegui al frente de cualquier
instituto.
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OPINIÓN / EDITORIAL
