PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - JUEVES, 16 DE JULIO DE 2015

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

La memoria del VI Centenario estorba

Por Jesús González


Cuando la cantante portuguesa Ana Lains, durante el festival de música portuguesa “Sete Sóis Séte Luas”, en la noche del pasado viernes, hizo referencia al vínculo que une Ceuta con Portugal, “ya que este año se conmemoran 600 años de la conquista portuguesa”, no estoy seguro de que la mayoría de las varias decenas de personas que se dieron cita en la llamada Plaza de Nelson Mandela tuvieran fehaciente conocimiento de la importancia que tuvo para nuestra ciudad la conquista de la misma por el rey portugués Juan I. También es cierto que desde hace unos quince años para acá el orgullo que generaciones de ceutíes habían sentido por su pasado portugués ha ido menguando al tiempo que la población de confesión musulmana ha ido creciendo a pasos agigantados. La idea de que celebrar o recordar siquiera que hace 600 años los portugueses conquistaron la ciudad es celebrar una ‘matanza’, un ‘genocidio’, ha hecho fortuna hasta el extremo de que al alcalde Vivas, sin encomendarse ni a dios ni al diablo, no le tembló la mano y disolvió de un plumazo la ‘Fundación Ceuta 2015, Crisol de Culturas’. Tal vez el alcalde había olvidado el adagio de que no se puede apostar por un pueblo que no tiene ningún respeto por su pasado. Y eso que ese pasado portugués nos está reclamando continuamente tan solo con dar un paseo por nuestra ciudad: murallas, apellidos, nombres de calles, escudo, bandera, comida, la virgen que trajeron los portugueses y, sobre todo, sentirnos parte de una civilización como la europea, la occidental, depositaria de valores democráticos, desarrollada, pujante, y todo ello empezó en nuestra ciudad con la conquista de los portugueses. No es difícil imaginar cómo sería Ceuta si los portugueses no se hubieran dejado caer por aquí: basta con echar un vistazo a las ciudades de nuestro alrededor por si tenemos alguna dificultad en imaginarnos cómo sería Ceuta en estos momentos.

De seguir en esta tesitura de negar continuamente nuestra historia, de contemporizar con la minoría islámica para no herir sensibilidades, de suprimir celebraciones históricas o modernas (como el Día de Ceuta) por temor a ofender a esa minoría, nos conducirá más pronto que tarde a una encrucijada de la que será difícil salir. Como dice el refrán castellano, ‘de tanto agacharnos llegará a vérsenos el culo’. Mientras algunos de esa minoría no estén dispuestos en modo alguno a ceder en nada, a contemporizar con nada que huela a un pasado que no sea anterior a la llegada de los portugueses, esta dimisión que hacemos de nuestro pasado portugués animará a esos recalcitrantes, españoles por conveniencias, a oponerse y a rechazar todo lo que no sea islamización de las costumbres, del paisaje y del paisanaje, se deben tan solo a su etnia, a su cultura y a su religión. Nuestro silencio miserable es la victoria de esa quinta columna étnico-religiosa que tan solo satisfará sus ansias con la islamización cada vez más visible de nuestra ciudad. Pero cuando esos ceutíes de religión musulmana exigen lo que ellos creen a lo que tienen derecho no se suelen parar en barras en sacar a pasear modos y maneras muy alejados de lo que exige la cortesía y la cordialidad. Si no fuera porque lo estamos viviendo día a día en nuestra ciudad, nos costaría imaginar que en las minorías islámicas aún no ha llegado el momento de que piensen en pertenecer a una nación determinada, con todo lo que ello lleva añadido, pero parece que no, que esas minorías islámicas tan solo se adscriben a la Umma, a la familia islámica, independientemente del país en el que hayan nacido o hayan emigrado. Su casa solariega es la Umma. De esta manera, la brecha entre musulmanes y no musulmanes se irá agrandando, y no solo eso, sino que los recelos, la desconfianza, la sospecha, elevarán un muro suficientemente alto como para que las relaciones entre unos y otros se hagan cada vez más difíciles y tortuosas.

Tomando como punto de partida estos polvos, el futuro de Ceuta no se contempla demasiado halagüeño respecto de ser una comunidad homogénea, al margen de culturas, etnias y religiones diferentes. Mientras en el imaginario de ciertos ceutíes musulmanes siga gravitando la pertenencia a un pasado que nada tiene que ver con la actualidad heredada de la conquista portuguesa, y después de nuestra pertenencia a la corona de Castilla, mientras esos ceutíes se sientan ajenos al país en donde han nacido, al solar en donde viven, y manifiesten una clara afinidad con sus correligionarios de religión que viven en países lejanos de confesión islámica, con quienes forman la llamada Umma, en vez de estar en sintonía con sus connacionales de diferente religión, el futuro se vislumbra harto problemático. Desde el punto de vista musulmán la pertenencia religiosa es (y fue) aun más decisiva, si cabe, que desde el punto de vista cristiano; así, escribe Serafín Fanjul en su ‘Al-Andalus contra España’, “cuando Ibn Battuta recala en la lejana China la comunidad islámica local lo recibe y lo agasaja como un auténtico ‘hermano’, con una proximidad afectiva mucho mayor que la proximidad existente entre los ingleses o franceses con los castellanos”, más cercanos geográficamente unos a otros .

No ayudan, al contrario, entorpecen y dificultan, a las relaciones que no sean meramente superficiales entre musulmanes y demás ciudadanos ceutíes, el asentamiento en la ciudad de doctrinas rigoristas y fundamentalistas del Islam de procedencia extraña a estos pagos. La labor de captación de esas doctrinas rigoristas se está haciendo visible en el cambio de costumbres de todo tipo en el ciudadano de religión islámica. Así parece, pues, que la memoria de la conquista portuguesa de la ciudad les resulta un claro estorbo para llegar a ponerse en sintonía con el resto de sus compatriotas de otras confesiones. “Mezclar el hecho religioso con el comportamiento cívico conduce a crear sociedades que ocupan las últimas posiciones en la sociedad mundial”. Echemos un vistazo para averiguar cuáles son esos países que se agolpan a la cola del concierto mundial.

(PD/ Recuerde: faltan 6 semanas para celebrar el 6º Centenario de la conquista de Ceuta por los portugueses: el 21 de agosto de 2015)
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto